En entrevista con La Mañana, el jerarca habla sobre el déficit hídrico y las medidas desplegadas por el gobierno para paliar la situación.
Con una sequía que ya lleva tres años y perjudica la producción local, cada vez hay más “conciencia” por parte de los productores que buscan la manera de tener sistemas más “resilientes”, explicó el viceministro de Ganadería. Entrevistado por La Mañana, el jerarca detalló las medidas que el gobierno ha desplegado para paliar la situación y afirmó que desde el Estado es necesario avanzar en soluciones estructurales para resolver el problema del déficit hídrico.
¿Cómo analizan desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) la situación de sequía y déficit hídrico que atraviesa el país?
Este déficit hídrico que arrancó en octubre con la declaración de emergencia agropecuaria –que se ha venido prorrogando y ahora hubo una nueva prórroga hasta setiembre– tiene un efecto inmediato que ya se está viendo: vamos a tener dos tercios menos de rendimiento de soja, hay una reducción de la remisión de leche en planta en torno al 10-12%, tenemos una faena acumulada de alrededor de un 20% menos. Y esto también genera efectos retardados en el tiempo; en el caso de la fruticultura se ha visto que se han secado árboles, han fallado las cosechas actuales y eso va a tener consecuencias hacia adelante. A su vez, cabe resaltar que este fenómeno ocurre después de dos eventos de seca de los años anteriores, por lo que se han producido efectos acumulativos.
¿Cuál es la cuantificación de los daños?
Nosotros hemos avanzado en los procesos de cuantificación directa del impacto de la seca, que está en torno a los US$ 2.000 millones; esto es producción no lograda por parte del sector primario.
¿Qué ha hecho el Ejecutivo para paliar estos efectos?
El Ejecutivo ha ido generando medidas que se pueden dividir en tres grandes capítulos. El primero es de alivio financiero, con la prórroga de algunos pagos y la inyección de recursos para poder atender las distintas situaciones. En segundo lugar, líneas de crédito específicas para la emergencia agropecuaria por parte del MGAP con República Microfinanzas, con tasas subsidiadas, con plazos muy convenientes para los productores. También se han creado instrumentos financieros como el SiGa de emergencia y líneas de crédito por parte de ANDE (Agencia Nacional de Desarrollo). La tercera categoría es la de coordinación institucional, el MGAP ha coordinado con el Ministerio de Defensa para trabajar en algunas obras de infraestructura con los productores, limpiando tajamares; se ha realizado un convenio con todas las intendencias donde el MGAP aporta $ 50 millones y los gobiernos departamentales contribuyen con el mismo monto para recursos financieros y no financieros; con UTE se han generado iniciativas vinculadas a los productores agropecuarios para atender la situación.
¿Cuál es la lectura en particular sobre los problemas de la granja?
En la granja tenemos el llamado circuito de venta de verdes, o sea, lechuga, espinaca y demás, que fue muy afectado y eso repercute enormemente en el precio. Hemos visto una lechuga a $ 100 y eso claramente era fruto de la afectación de la seca. Eso tiene la contracara de que hay una recuperación rápida del circuito productivo de ese tipo de verduras. Por otro lado, tenemos algunos rubros que fueron muy castigados como la zanahoria, la papa, y el ministerio a través de la Digegra (Dirección General de la Granja) está apoyando a los productores granjeros.
Días atrás, apicultores se reunieron en Durazno, donde plantearon sus preocupaciones, por ejemplo, que no desaparezca la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola, que las habilitaciones de salas de extracción de miel y galpones de acopio sigan perteneciendo al MGAP y que no se los responsabilice por la contaminación de las mieles en el medio ambiente. ¿Qué evaluación hace sobre este sector?
En el sector apícola estamos trabajando muy fuertemente en la apertura de mercados, no solo para la miel, sino para el propóleo, que es otro producto relevante en la producción. La apicultura tiene ámbitos de discusión específicos de sus problemáticas que son muy valorados por los productores. También nosotros hemos trabajado en la incorporación de evaluaciones de impacto ambiental a la hora de aprobar cualquier uso de agroquímicos. Y estamos trabajando en la generación de líneas de crédito ajustadas a las condiciones de los apicultores. En la última emergencia se generaron condiciones de financiamiento muy atractivas para el sector apícola y se va a asistir con alguna ayuda financiera sobre la cantidad de tanques de miel que tengan los productores, que era una demanda que tenía el sector, porque tenían la producción y a veces el precio no convencía.
Por otra parte, jerarcas vinculados al Ministerio de Ambiente han hablado con La Mañana sobre la importancia de trabajar el tema del déficit hídrico y generar alguna política de agua a largo plazo. ¿El MGAP trabaja en esto?
Venimos trabajando junto al Ministerio de Ambiente, el Congreso de Intendentes, el Banco República (BROU), la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, en una iniciativa de estas características, y en los próximos días tendremos instancias de intercambio con Ambiente para tratar de canalizar alguna medida de corte estructural. Estamos haciendo cosas, como la generación de líneas de financiamiento a largo plazo en soluciones de agua; el BROU acaba de lanzar una línea de financiamiento a 20 años, del 90% de la inversión, con tasa de interés fija, para soluciones de agua. Son elementos relevantes a la hora de que los productores tomen la decisión de resolver estos temas de agua de manera estructural, para lo que siempre se precisa plata, por lo tanto, es fundamental tener líneas de financiamiento a largo plazo. Además, tenemos mecanismos de estímulo de financiamiento como la Comap, donde más del 80% de los proyectos que se presentan en ganadería están vinculados a las soluciones de agua. Por otra parte, necesitamos mayor capacitación en cómo gestionar el agua en los sistemas productivos, porque uno puede tener la inversión y determinados mecanismos de promoción, pero si no hay capacitaciones en ese aspecto, es difícil lograr soluciones a los problemas.
Considerando que ya van tres años de sequía, ¿se podría decir que ha faltado previsión?
No, yo creo que cada vez hay más conciencia por parte de los productores de que estos fenómenos están aumentando la frecuencia y la intensidad, de hecho, están haciendo cosas para tener sistemas más resilientes. Lo que sucede es que en Uruguay siempre en algún momento llueve, entonces, cuando eso ocurre, el empuje vinculado a concretar ese tipo de soluciones de corte estructural quizás baje un poco la intensidad. Lo que tenemos que hacer desde el Estado es seguir poniendo el tema arriba de la mesa y avanzando en soluciones estructurales.
En materia de controles, ¿qué importancia tiene la Afidi (Autorización Fitosanitaria de Ingreso), que es requerida para vegetales y productos de origen vegetal?
A la hora de ingresar cualquier producto vegetal, tiene que cumplir los requisitos fitosanitarios que establece el país y eso se hace en casi todos los productos que produce el Uruguay, que tiene un abastecimiento interno importante. Por ejemplo, en el 2016 no se importaba zanahoria porque los productores uruguayos lograban satisfacer toda la demanda de esta verdura para toda la población del Uruguay, y cuando eso no sucede es que se abre la importación de estos productos. En esa línea, como Ejecutivo tenemos que velar para que siempre haya disponibilidad de todo lo que consume el Uruguay, y de esa manera se trabaja y se actúa.
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