Con una vasta experiencia en el área educativa, el senador frenteamplista José Carlos Mahía se prepara para la transición de gobierno y el próximo 1º de marzo asumirá como ministro de Educación y Cultura.
En conversación con La Mañana, destacó que sus prioridades serán universalizar la educación inicial desde los tres años, reducir el ausentismo y fortalecer los apoyos en centros educativos de contextos complejos. También aspira a lograr la tan mentada Universidad de la Educación. En materia de cultura, los ejes principales serán la descentralización y el acceso universal. Para el 2025, dijo que la celebración del bicentenario será clave para analizar la historia y proyectar el futuro.
¿Cómo tomó el nombramiento como ministro de Educación y Cultura del próximo gobierno y qué cree que puede aportar dada su experiencia?
Lo tomé con orgullo y responsabilidad, eso es lo primero que uno siente cuando lo designan en una responsabilidad como esta. En segundo término, mi vida profesional y política estuvo siempre vinculada a los temas de educación y, a través de lo parlamentario, a la cultura. A nivel del programa del Frente, a lo largo de los años, también he trabajado por ese lado. Por otra parte, entiendo que es importante aportar un ángulo que tiene que ver con una práctica ciudadana como profesional en la educación; yo he trabajado en aulas, he convivido durante muchísimos años en centros liceales públicos, en escuelas técnicas, y por lo tanto puedo aportar lo que es el día a día en la educación pública uruguaya.
¿Cómo se imagina la transición?
Espero que sea una transición ordenada, con buena información para trabajar. Espero los próximos días poder tener la primera reunión formal con el ministro de Educación y su equipo.
¿Cuáles serán los principales ejes de su gestión en materia educativa?
En materia educativa hay cosas de orientación que fija el Ministerio y cosas de ejecución que fija la ANEP. En esos términos, la primera prioridad es la educación inicial y llegar hasta donde podamos en cuanto a universalizar el nivel de tres años.El segundo aspecto es generar políticas públicas que trasciendan la ANEP y el Ministerio, pero que nos ayuden a tomar conciencia en la sociedad de la necesidad de la asistencia permanente de los estudiantes a las aulas. El nivel de ausentismo es grave y, por lo tanto, iniciar un proceso de reversión es fundamental para mejorar los resultados educativos. En tercer lugar, como complementario, aparte de los cambios en materia curricular y demás, tiene que haber apoyos multidisciplinarios en los centros de estudio, que no es algo nuevo, pero es algo que debemos intensificar.
¿Qué tipo de apoyos?
Me refiero, por ejemplo, a apoyos en el lado de la psicología o de las asistencias sociales a liceos, centros de estudio y escuelas que viven situaciones violentas. Eso es muy importante para mejorar los aprendizajes. Por supuesto que nosotros anhelamos lograr una Universidad de la Educación, que nos dé la oportunidad de tener una nueva institucionalidad que Uruguay merece y que ahí se puedan recibir efectivamente docentes de nivel académico y de nivel universitario.
Esta propuesta ha sido destacada durante la campaña por Gabriel Quirici. ¿Cómo espera que se dé el proceso para buscar los acuerdos necesarios, considerando que este gobierno optó por otro camino?
Nosotros vamos a trabajar para que esto sea posible, con amplitud de criterios y buscando acuerdos que permitan una razonable institucionalidad, como se hizo con la UTEC. Cuando nosotros avanzamos en la Universidad de la Educación, estuvimos muy cerquita de alcanzar los votos, y ahora quizás haya una condición de mayor maduración de todos para lograr esos objetivos.
¿Qué importancia tiene el presupuesto a la hora de definir las políticas educativas?
Es tan importante como tener proyectos claros y gente que los lidere con equipos potentes. Ambos son caras de una misma moneda.
Porque la propuesta es, justamente, destinar un presupuesto considerable al área de la educación. ¿Es un tema para abordar en el futuro con el próximo ministro de Economía?
Sí, claro. El compromiso con el presupuesto para la educación no es del ministro de Educación ni del ministro de Economía, ni siquiera solo del presidente, es del gobierno en su conjunto y de la fuerza política que respaldó esta campaña. Por lo tanto, todos tenemos la misma responsabilidad a la hora de ir hacia los objetivos que nos hemos fijado en políticas públicas.
Usted ha hecho referencia a que no asumirá con un “espíritu refundacional”. Sin embargo, ha habido reparos por parte del FA en cuanto a la reforma educativa que ha desarrollado el actual gobierno. ¿Qué debería hacerse con la transformación implementada? ¿Se ha conversado en la interna?
Tenemos que esperar, por lo menos, a tener a las autoridades de ANEP designadas, que son claves a la hora de implementar cambios. Pero es muy claro que nosotros queremos mejorar la participación de los docentes y sus opiniones en las orientaciones educativas e involucrarlos en los procesos de ejecución. Vamos a tener que trabajar en esta materia con toda claridad, pero con tiempo. Aspiro a que los cambios que se procesen sean sostenibles, sin preconceptos. Es decir, no tengo complejo de culpa ni con sostener algunas cosas que hoy estén funcionando, ni con cambiar las que haya que cambiar.
¿Cuál debería ser el rol de los sindicatos en ese sentido?
Yo no creo que uno deba tener de antemano enemigos. Esa es la clave. El rol de los sindicatos es defender los intereses de los trabajadores a los que representan, entiendo, haciendo aportes para la educación pública en general. Ahora bien, la responsabilidad de la conducción tiene que ver con dialogar fluidamente con los sindicatos y con todos los actores educativos. Y de ese diálogo esperemos que surjan los mayores puntos de encuentro. Pero la responsabilidad última, final, central, es ineludible e indelegable y es del gobierno.
¿Cuáles serán las prioridades en el ámbito de la cultura?
Uno de los ejes claves será trabajar la territorialidad de las propuestas culturales, el acceso al interior y a todos los territorios del país en articulación con gobiernos departamentales, municipales y sociedad civil. Al mismo tiempo, desarrollar y estimular las artes escénicas y las industrias culturales.
¿Cuál es la importancia de que todos los uruguayos puedan efectivamente acceder a productos culturales?
La ventaja tiene que ver con la calidad de sociedad a la que aspiramos. La cultura es parte esencial del desarrollo de la humanidad y de los pueblos. La cultura no tiene que ser un privilegio, tiene que ser una oportunidad de desarrollo desde múltiples puntos de vista, de valores en lo humano, en lo económico, como fuente laboral multiplicadora. Y creo que, por supuesto, es una expresión de pluralidad y de diversidad. En esos términos tenemos que hacer jugar al Ministerio un rol muy importante como articulador y promotor de la cultura.
En 2025 se cumple el Bicentenario de la Independencia de Uruguay. ¿Cuáles son las perspectivas que tiene con esta fecha tan importante?
El año que viene, el bicentenario va a ser uno de los ejes de las acciones institucionales del Ministerio y del gobierno. Desde el Ministerio, articulando con otras áreas del Poder Ejecutivo, vamos a transversalizar la celebración del bicentenario promoviendo una interacción que revalorice el sentido de la orientalidad, el sentido de la integración rioplatense, de lo que fue el origen de la Cruzada Libertadora, del proceso independentista en su conjunto. Es una oportunidad de analizar en perspectiva lo que pasó y, sobre todo, el Uruguay del futuro. Como un hombre que viene de la formación de la historia, entiendo que la historia siempre es buena para interpretar el presente y proyectar el futuro.
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