Con la presencia de varios ministros, legisladores y autoridades nacionales, este martes se realizó en el Auditorio del Sodre un acto homenaje por el 125 aniversario del Banco República (BROU). El presidente de la institución, Salvador Ferrer, destacó las líneas de acción y el camino para el “banco de desarrollo”.
La ceremonia se abrió con las palabras del presidente del BROU, Salvador Ferrer, que participó junto al directorio de la institución. La periodista y comunicadora Victoria Rodríguez fue la encargada de presentar el evento, donde se proyectó un video institucional histórico y la posterior gala principal a cargo del Ballet Nacional dirigido por María Riccetto, que interpretó la obra ‘El Mago de Oz’.
Durante su exposición, Ferrer hizo hincapié en las fortalezas del banco como la confianza, el accionar en la pandemia y la visión de futuro. No obstante, su repaso comenzó por una valoración histórica. “Al repasar la historia de la creación del Banco de la República Oriental del Uruguay, las causas que llevaron a su fundación, y los objetivos que se le asignaban, creo que por un lado no podemos más que agradecer y reconocer a aquellos impulsores”, sostuvo.
“El Banco surgió en tiempos económicos y políticos complejos, -recordemos que a menos de un año de su creación estallaba la revolución del 97’ de Aparicio Saravia-. Se le atribuye al presidente Idiarte Borda, junto al ministro de Hacienda de la época, Federico Vidiella, el impulso creador. Este último era quien reclamaba entonces, que la acción de las diversas instituciones financieras existentes, -sucursales de casas matrices radicadas en el extranjero o bancos locales con escaso capital– era insuficiente para contribuir con el desarrollo del país”, destacó Ferrer.
“Son 125 años que hablan de la mejor historia del Uruguay, del Uruguay emprendedor, del Uruguay abierto a la inmigración y el desarrollo, y que, sobre la base fundamental del sector agropecuario, va desarrollando su actividad industrial, comercial y de servicios, junto al creciente desarrollo urbano”, agregó.
Ferrer subrayó que el BROU “nació con vocación de Banco País”. “Creo que hoy podemos reconocer que aquel impulso creador, pretendiendo el desarrollo de una Institución que en base a la confianza de sus depositantes canalizara el ahorro en beneficio del desarrollo económico del país, que desde el inicio hiciera hincapié en la importancia del sector agropecuario y el interior de la república, mandatando a sus autoridades a abrir sucursales en los 19 departamentos en el primer año de su creación, que actuara en buena medida como regulador del crédito y combatiera la usura tan típica de aquella época, ha cumplido con sus objetivos”, afirmó.
Durante su discurso, el presidente del BROU señaló que los bancos son depositarios de confianza por excelencia y ese es el principal atributo de diferenciación en el mercado y también “el tesoro más importante a custodiar”.
También se refirió a la actuación del banco y su rol durante la pandemia. “Creo que hemos tenido un rol muy relevante en poder dar soporte al mantenimiento de los motores encendidos. Mediante refinanciaciones y otorgamiento de nuevos créditos, el Banco República ha jugado un rol fundamental en el soporte de la actividad y el apoyo a empresas -pequeñas y medianas empresas en particular-, que han pasado por problemas de liquidez importantes consecuencia del parate de la actividad que la pandemia ha implicado. Han sido tiempos complejos, pero el Banco ha estado a la altura de las circunstancias”, sostuvo.
“El haber sido un jugador fundamental para contribuir a la expansión del crédito en circunstancias donde la economía se contrajo fuertemente seguramente va a ser determinante de una etapa más promisoria por delante para el país”, añadió Ferrer.
Además, el economista y jerarca del banco expresó que existen tres grandes líneas de acción: la transformación digital, enfocada básicamente hacia la experiencia de usuario y el desarrollo en particular del sistema de pagos, y todo aquello que hace al rol tan especial que también nos corresponde, como banco de desarrollo.
“En lo que hace al primer punto, el desarrollo comercial, pretendemos un banco activo, y visualizamos oportunidades de crecimiento en todas nuestras líneas de negocio, es decir a nivel de lo que es la banca corporativa o empresarial, dentro de la cual pese al peso muy relevante que tiene el sector agropecuario, no descuidamos el foco en ningún sector”, dijo Ferrer. “A nivel de nuestra banca de personas, seguiremos impulsando y desarrollando nuestras soluciones de crédito, y en particular el crédito social, que es sin dudas el producto de crédito al consumo más relevante del mercado, al tiempo que venimos trabajando intensamente en el reposicionamiento del Banco en el mercado de las tarjetas de crédito”, agregó.
“En segundo lugar, queremos desarrollar una verdadera inclusión financiera, entendiendo por tal, el poder dar soluciones transaccionales digitales a nuestros clientes que transformen su experiencia de usuario”, subrayó. Ferrer llamó a enfocarse en el sistema de pagos, reconociendo que el cliente elige cuál es su método preferido y atender la demanda insatisfecha en el interior del país con la instalación de cajeros automáticos. “La presencia territorial es clave”, aseguró.
Por otra parte, Ferrer dijo que en este último año se ha puesto el foco en sectores específicos, como el arrocero o el lechero, “que tiene mucho que ver con ese rol de desarrollo que le asignamos al Banco País”. “Lo mismo lo que ha sido el relevante accionar en pandemia para colaborar con la expansión del crédito y el soporte de medianas y pequeñas empresas, en un contexto muy complejo. Del mismo modo, la posibilidad de financiar a largo plazo, y de extender el horizonte del mercado de financiamiento en moneda local, son elementos que hacen a este rol de banco de desarrollo tan significativo que el Banco puede aportar”, añadió.
Finalmente, el presidente del BROU dijo que “es momento de reforzar el compromiso” con los clientes, los trabajadores y con el estado uruguayo. “Estoy seguro que desde el Banco República tenemos muchos años por delante para seguir apoyando a los hacedores de este maravilloso país”, finalizó.
Lecciones de la historia
El 24 de agosto de 1896 se instaló el Primer Directorio del Banco República, en tiempos del presidente Juan Bautista Idiarte Borda. Ese día, el ministro de Hacienda, Federico Vidiella, hombre vinculado a la actividad rural, que ejerció en dos oportunidades el cargo de ministro, pronunció un discurso que hasta el día de hoy sirve de faro para la institución.
“La acción del Banco República será poderosa, amplia, vasta, útil, proficua porque viene a ser esfuerzo impulsor de nuestra riqueza acumulada; regulador normal del crédito, sin intermitencias ni caprichos en sus múltiples manifestaciones; ayuda constante de la producción y del trabajo”, sostuvo Vidiella
En el sitio web de la institución está publicado un resumen de su historia. “El Banco de la República Oriental del Uruguay fue una de las consecuencias de la crisis de 1890. Representaba la concreción de las aspiraciones de numerosos grupos sociales que, hasta ese momento, no tenían acceso al crédito y al dinero o debían recurrir, en condiciones de usura, a los bancos privados y a diversos prestamistas (pulperos, barraqueros, comerciantes)”, señalan.
“Ya el Congreso Agrícola Ganadero de 1895 había reclamado la creación de una institución que proporcionara crédito agropecuario, “adaptado a los plazos y condiciones de la producción rural”, mientras que en la ciudad “varios grupos urbanos reclamaban la difusión de crédito bancario que alcanzara a industriales, pequeños comerciantes, empleados públicos y patriciado empobrecido”. “En opinión de los productores rurales y de los hombres nuevos de la industria, la restricción del crédito y la usura trababan el desarrollo de las fuerzas productivas de la economía nacional”, puntualiza el texto.
La crisis a la que se aludía es la del llamado ‘Pánico de 1890’, provocado por la caída de la banca Baring Brothers en Londres y la crisis económica en Europa que impactó en esta región con una corrida bancaria. Según Miguel Arregui, “como en otras ocasiones, los bancos Comercial y de Londres cambiaban diariamente por oro todos los billetes del Banco Nacional que poseían. Nadie deseaba atesorar aquellos papeles. El 5 de julio de 1890 el Nacional no pudo responder: no tenía oro para cambiar por sus propios billetes. Había jugado casi todas sus cartas a créditos incobrables. La Bolsa de Comercio o de valores, que resumía todo el auge y la especulación de la década de 1880, se convirtió en un campo de batalla”.
Argentina había entrado en cesación de pagos provocando la quiebra del Banco Nacional y la consecuente renuncia del presidente Miguel Juárez Celman. Al asumir la presidencia Carlos Pellegrini, en 1891 se crea por ley el Banco de la Nación Argentina.
En Uruguay, fue el 4 de agosto de 1896 que el Parlamento, después de una importante discusión que también se trasladó a la prensa, sancionó la ley que contenía las bases de la Carta Orgánica, que otorgó al banco el privilegio de la emisión mayor y menor de billetes y a partir de 1907 el monopolio de aquella. Posteriormente, fue desarrollando otras actividades.
En el trabajo El Banco de la República en su cincuentenario. Memoria histórica 1896-1946 se explican algunas de las características de ese tiempo de creación de la institución. “La lección constante de la historia fue que el país tenía necesidad de un Banco nacional sólidamente estructurado y defendido por su estatuto legal (…) La campaña ansiaba, pues, la restauración del crédito bancario, y con ella lo deseaba también el comercio y la industria urbanos que carecían de fuentes amplias del mismo, pues la banca particular, como consecuencia de la crisis, había restringido severamente las operaciones”, describe el texto.
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