Cabildo Abierto culminó en el día de ayer su primera presentación electoral, generando enorme sorpresa por el volumen de su votación, que en los hechos sólo confirmó la personal apreciación de quienes integrábamos los cuadros dirigentes de ésta organización política.
Muchas veces nos han preguntado si nuestro partido es de izquierda o derecha, sí es liberal o marxista, o sí es una expresión política de la institución militar, pretendiendo encuadrar al partido en un casillero en el que resulte fácil esquematizarlo. Invariablemente, hemos respondido que Cabildo Abierto no encuadra en ninguno de los estereotipos que se manejan en el análisis político. Ninguno de esos casilleros, en los que por comodidad o bien para elogiar o estigmatizar, se ubica a los partidos políticos permite describir cabalmente los principios y ejecutorias de nuestro novel partido, al que con absoluta falta de visión, algún pretendido experto analista político calificó de “liliputiense”. No se advirtió que el pequeño David podía enfrentar con éxito al temido Goliat. La población, como es habitual, fue bombardeada con publicidad televisiva de los grupos políticos que son próximos al poder del dinero, pero el resultado electoral muestra que miles de personas que piensan con su cabeza y no a través de la propaganda, se resisten a los engaños audiovisuales.
La elección tuvo la trascendencia de establecer cuáles son las autoridades de cada partido, sin embargo, hay quienes ahora pretenden elaborar fórmulas de frentes o coaliciones de gobierno, como si ya la población hubiera decidido la definitiva integración de los órganos de gobierno.
En los partidos tradicionales las circunstanciales mayorías han tomado decisiones que parecen dirigidas a someter o humillar a los correligionarios vencidos, e incluso en algún caso, mostrando inocultable impericia, se ha anunciado que se proscribiría de todo acuerdo a Cabildo Abierto. Como hemos pensado muchas veces, este sector proclamado alegremente como “internacionalista”, para algunos en increíble coincidencia con todos los partidos comunistas del mundo, tiene sospechosas coincidencias con el gobierno frentista, ya que se muestra renuente a enfrentar la escandalosa entrega de nuestro país a la multinacional UPM y la derogación de la bancarización obligatoria. Ello nos genera fundadas dudas respecto a cuáles son los intereses que desde la política se pretenden defender.
Cabildo Abierto exigirá, en clave artiguista, que no sólo se respete “la sagrada voluntad de los pueblos”, sino que además en dicha clave se resistirá a poner en peligro “el rico patrimonio de los Orientales”. Nuestro partido político no nació para servir a los intereses de las multinacionales y la banca, sino para proteger el trabajo fecundo de los orientales, la integridad de la familia, la convivencia pacífica y respetuosa y la justicia social. En ese entendido sólo estamos dispuestos a acordar con quienes aún en posiciones políticas diferentes coincidan en privilegiar el interés de nuestros compatriotas por sobre el interés de los grupos globalizados.
(*) Presidente de Cabildo Abierto