El denominado “hidrógeno verde” y sus derivados como el metanol, son combustibles que si bien por ahora no tiene un uso extendido, se los considera una de las prioridades de futuro en algunos países que carecen de petróleo, como ser Alemania.
Es por eso que esa nación se ha convertido en la principal impulsora en desarrollar industrias que lo produzcan. El objetivo es que el parque automotor opte por el hidrógeno y no la electricidad. Producir hidrógeno consiste en extraerlo del agua con su descomposición. Esta tiene dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Pero además del hidrógeno se puede extraer metanol, que en definitiva sería el objetivo de estas empresas.
Si bien el hidrógeno se puede obtener de agua salobre, el proceso es mucho más barato si se lo hace de agua sin sal. Es por eso que Uruguay, al estar sobre grandes acuíferos, está siendo elegido por las multinacionales de este rubro para instalar sus empresas. Existen hasta el momento tres proyectos. El de Tambor (en Tambores – Tacuarembó) de la empresa Enertrag – Belasay S.A., el de UPM en Pueblo Centenario (Durazno) y otra iniciativa anunciada en Paysandú de HIF Global. Pero detrás de todas estas inversiones existen más interrogantes que certezas.
En diálogo con La Mañana, el diputado Rafael Menéndez de Cabildo Abierto anunció que se convocó al ministro de Industria, Omar Paganini, a la Comisión Especial de Ambiente para que dé a conocer algunos detalles sobre las iniciativas de las empresas privadas que desean ingresar al país para utilizar agua y producir hidrógeno y metanol. En marzo de este año, el ministro de Industria, Omar Paganini, firmó un acuerdo de asociación energética entre Alemania y Uruguay. También se le preguntará a Paganini detalles de este convenio y de qué trata la denomina “Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde” en nuestro país.
Menéndez sostiene que el tema se debe de analizar desde diferentes puntos de vista. “Hay un tema de política internacional. La empresa que lidera la producción de hidrógeno verde es de Alemania. Este país ha logrado en la Unión Europea un aplazamiento en el cese de la producción de motores a combustión, el cual era en 2035. Lo hace presentado como alternativa la importación de hidrógeno verde, como combustible, de todas partes del mundo”, indicó el legislador.
Agregó: “Todo el resto es consecuencia de un problema político de países que son los que fundamentalmente contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero. Esos países productores del problema hoy buscan las soluciones y se instalan en países fundamentalmente latinoamericanos por un tema económico. O sea, nuestros recursos naturales son para solucionar los problemas generados por otros países”.
Los proyectos de UPM y Tambor tendrán como fuente el agua dulce. El 97% de la actual producción global de hidrógeno se denomina “gris”, porque depende de agua salobre. “Al utilizar agua de un acuífero que es totalmente bebible para producir este combustible Uruguay queda como el país elegido, porque no hay conciencia sobre el agua, no hay políticas de aguas subterráneas y hay un bajísimo control medioambiental”, dice Menéndez. Sostiene que los principales fondos que financian estos emprendimientos son las grandes automotrices y el mundo financiero.
Para el legislador se está ante una “guerra de productores de energía. Están aquellos que producen petróleo, productores de energía nuclear, de energía eléctrica y ahora en el escenario aparece la producción de hidrógeno verde”. La particularidad de este último es que el proceso se debe realizar con energía renovable, como ser la solar o la que se produce con el viento.
Y esto implica otro punto: el uso del suelo, para la instalación de paneles solares o molinos de viento.
La empresa Enertrag – Belasay S.A paga hasta US$ 5000 por año a los productores para poder instalar los molinos en sus campos, con contratos que llegan a 30 años, cuando la ley indica que el máximo es de 20 años. En este sentido, para Menéndez hay un hecho que llama la atención, en especial en el emprendimiento en Tambor.
En una primera instancia Enertrag ha comprado 500 hectáreas para la instalación de los paneles solares, mientras que el resto de las hectáreas donde van a instalar los molinos eólicos son bajo contrato de arrendamiento.
En el proyecto de la empresa se señala el arrendamiento de 2000 hectáreas para la instalación de los molinos de viento y 350 hectáreas para la instalación de paneles fotovoltaicos. Pero según dijo Menéndez llevan arrendadas 18.000 hectáreas para la instalación de molinos. “Esto es importante porque cuando se nos dice que es muy poco lo que se extrae de agua subterránea, ya están haciendo contratos para traer a otras empresas, lo cual es gravísimo, ya que no tenemos estudios reales sobre la recarga de esos acuíferos” dijo el legislador.
Los problemas de los acuíferos son dos fundamentalmente, uno, la contaminación y otro, la sobreexplotación, pero en Uruguay no existen estudios sobre la capacidad de los acuíferos y tampoco la velocidad de recarga, o sea el ciclo hidrológico del agua.
Iniciando estudios
En la comparecencia de Enertrag – Belasay S.A en el Parlamento se señaló que la mayor producción sería de metanol, que es un derivado del hidrógeno. En ese sentido, un tema central es el traslado de ese combustible. La empresa tiene pensado unir su planta con el troncal de Paso de los Toros del tren de UPM, para que de esa manera llegue hasta el puerto de Montevideo para su carga en buques que transportan este tipo de combustible.
No obstante, ante los legisladores, los representantes de la empresa no explicaron si serían ellos los que pagarían ese tramo de tren o se lo solicitarían que lo financie el Estado. Por otra parte, la empresa no ha señalado una fecha de comienzo de operaciones. La desarrolladora ambiental del equipo de la empresa, la ingeniera civil hidráulica y ambiental, Griselda Castagnino, dijo “que se están iniciando los estudios tanto de disponibilidad hídrica como de impacto ambiental”.
Por su parte, el director de Enertrag – Belasay S.A, Aram Sander, sostuvo que en la hoja de ruta de Uruguay se supone que ellos quieren abrir el campo para las inversiones en las siguientes dos décadas. “En este contexto, Uruguay solo es competitivo si la energía eléctrica, eólica y solar sale de la zona con más potencial que hay, que es la zona noroeste del país, en particular”, indicó. “Es la zona para aprovechar. Todas las actividades que veremos en el futuro de los actores que apuestan a este negocio, vamos a verlos en esa zona”.
Para Menéndez estos inversores llegan a Uruguay y no a otros países de la región debido a que el agua no se les cobra y no hay demasiados controles ambientales. Y acota que el cambio climático “es un problema político, al igual que el del hambre”. “Nos han convencido, desde siempre, por decenas de años, de que era necesario producir más alimentos y utilizar agroquímicos para su producción, al igual que ingeniería genética, pero el hambre en el mundo es cada vez mayor”, agregó. “Hago un paréntesis: están muriendo 8500 niños por día de hambre en el mundo. Por lo tanto, quisiera que el tema de la producción de hidrógeno verde tuviera una consecuencia distinta al de la producción de alimentos”.
Pero también es enfático al señalar: “Si se firman estos contratos con estas empresas, a nuestros representantes tendremos que ponerles la pluma arriba”.
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