El pasado domingo en Los Ángeles se elegían los premios Óscar y en Uruguay se elegía cómo seguía el país. Los uruguayos decidieron qué película querían vivir: si continuaban con los cambios propuestos por la Ley de Urgente Consideración o si daban un paso hacia atrás en los temas legislados.
El domingo 27 de marzo, Uruguay despertaba en calma, pero se podía sentir la estática que caracteriza a los días especiales. Para los uruguayos, empezaba despacito un día de fiesta; ceremonioso, con la magia de las grandes finales, como las de fútbol, donde se define un ganador y un perdedor, pero jugado por la hinchada.
A las 8:00 de la mañana más de 49.000 personas comenzaron a trabajar en aproximadamente 2500 locales de votación distribuidos a lo largo del país, para que los 2.684.131 orientales habilitados para el sufragio hicieran uso de su soberanía directa en uno de los 7000 circuitos, eligiendo un papel, con el folclore del voto tradicional, ensobrando su decisión en el “cuarto oscuro”, para introducirlo luego con solemnidad en la urna.
En cada mesa los miembros designados por la Corte Electoral repiten una y otra vez: “Agarre un sobre, muéstramelo. No lo moje, por covid no se puede salivar… Corte la tirilla. Así nomás, no se le va a escapar…”. Entre ellos conversan. “No pegué un ojo en toda la noche, tenía miedo de dormirme por no escuchar la alarma”, dice uno. “A mí me paso igual”, contesta el otro.
La mañana transcurrió tranquila, con moderada afluencia de votantes en las primeras horas, aunque también hubo madrugadores. En un circuito de la Ciudad Vieja ya había 10 personas esperando afuera antes de las 8:00. Algunas horas después, cerca del mediodía, fueron subiendo las pulsaciones. Autoridades del gobierno se hicieron presentes para hacer lo propio, en dónde les había tocado y cómo celebridades fueron recibidos por cámaras y periodistas que asistieron a registrar el momento y a tomar testimonio.
En un circuito de Montevideo un joven votaba por primera vez. Temblaba de nervios. “Cálmate, está todo bien”. En la mesa lo trataban de tranquilizar. No podía cortar el sobre. Mientras tanto, en Tacuarembó, Rufino de 96 años hizo 3 kilómetros a caballo para ejercer el sufragio.
Pasión por la democracia
Marta se levantó temprano y desayunó bien rápido; tenía la misión de trasladar gente con movilidad reducida a los centros de votación. A las 9:00 salió de su casa y pasó a buscar a la primera persona, una señora con un esguince de pie que le impedía caminar y sin familia que la pudiera llevar. Luego llevó a cuatro más. A Marta le emociona la democracia, poder decidir, la libertad y que exista la posibilidad de hablar con los gobernantes. “Aquí un ciudadano de a pie puede decirle a la ministra de Economía ‘estamos con usted’. Es uno de los cargos más importantes dentro del gabinete del gobierno, tiene la responsabilidad de definir la política fiscal, los ingresos generados por impuestos, el manejo del gasto público, el financiamiento, ‘el bolsillo de la gente’… y me emociona la posibilidad de que, sin mucho esfuerzo, podemos decirle lo que pensamos”.
Pedro es contador jubilado, tiene 90 años. Según sus cálculos, ya participó en cerca de 100 elecciones, sumando las universitarias, municipales, nacionales y de Peñarol. En esta oportunidad votaba a cuatro cuadras de su casa, por Colonia y Cuareim, pero le cuesta caminar. “Si camino, me duele mucho la espalda, me quedo sin aire en los pulmones, y tengo que parar cada 3 pasos”. Hacer cuatro cuadras caminando le lleva 45 minutos. Pero nunca pensó en no ir a votar. Lo llevó su hija. Fue con convicción, para defender al partido con el que se identificó siempre, desde chico. “Fui hincha, pero no militante”. Dijo “hincha” y es un buen término para describir cómo percibe la política contemporánea. “Ahora o sos de Peñarol o sos de Nacional… de derecha o de izquierda…”. Y con nostalgia de sus tiempos pasados recordó: “Antes se respetaba a todos los partidos… Nunca oí a los viejos criticar a los jóvenes, ni a los jóvenes criticar a los viejos. Los jóvenes no participaban tanto de las reuniones políticas y de las opiniones políticas. Después se politizó hasta el ‘Agua Jane’, entonces ya no se sabe a quién acompañar, un día dicen una cosa, otro día otra, algunos se cambian…”.
A la hija de Pedro le encanta votar. “Me parece maravilloso y celebro que se den estas instancias: que sea posible juntar firmas para derogar algo y que haya un referéndum. Después saldrá o no, pero me parece estupendo que estemos todos conviviendo en sociedad, respetándonos mutuamente, teniendo la oportunidad de poder elegir lo que queremos o no queremos”. Cree que es una de las cosas más lindas que tiene Uruguay: el respeto y la posibilidad de elección. Sin embargo, considera que la campaña por la derogación de la LUC fue sucia y sin argumentos: “Mucha ‘pantera rosa’ y poca discusión realmente sobre por qué valía la pena derogar los artículos. Nos quedamos para la hinchada. Fueron discursos poco profundos y tribuneros”.
Para Javier, delegado por el No, fue una hermosa jornada. Contó que pudieron lograr una buena coordinación con todas las agrupaciones y sectores que integran su partido y con los cinco partidos que integran la coalición de gobierno. “Ya veníamos trabajando hace varias semanas para lograr que esta elección fuera exitosa para la coalición. Hoy pudimos poner delegados en todos los rincones de Montevideo, en las escuelas y liceos más alejados. Todo el día estuvimos trabajando hasta última hora. Hay diputados y un senador que en este momento están defendiendo los votos y ahí van a estar hasta la hora que sea para defenderlos y lograr que este proyecto de gobierno que elegimos en octubre de 2019 pueda seguir adelante”.
El gran final
Cayó la tarde y creció la efervescencia, el clima de nervios, la expectativa de los resultados con el conteo de los votos al cerrarse los circuitos. Estaba parejo y los comandos, los partidos, las comisiones y las familias siguieron el escrutinio a través de los medios, como se miran los penales. A la noche se supo: 49,9% a 48,8%. La LUC no se deroga.
A las 23:15, en la Torre Ejecutiva, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, dijo en conferencia de prensa, junto a todos los ministros del gobierno: “Se puede establecer claramente que no se ha llegado a los votos necesarios para la derogación de los 135 artículos”. La LUC “queda firme” y se cambia de página para dedicarle atención a otros temas urgentes.
Por su parte, la Comisión Nacional por el Sí reconoció la derrota en un comunicado emitido a la medianoche. “No se ha superado el 50% de los votos válidos requeridos para anular los 135 artículos de la LUC, a pesar de haber logrado una importantísima expresión de los ciudadanos, que nos ha permitido estar muy próximos a alcanzar nuestro objetivo”, y reconoció el trabajo de “todos los compatriotas que aportaron su esfuerzo y militancia”.
José Arocena, presidente de la Corte Electoral, dijo al terminar el día en rueda de prensa que fue una jornada “ejemplar” y que “no hubo absolutamente ninguna denuncia”.
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