Un estudio realizado por una comisión de expertos de UTE determinó que para el año 2030 el consumo de energía a nivel del agro, la industria y el comercio crecerá significativamente. El equipo fue coordinado por uno de los directores, el economista Enrique Pées Boz. En diálogo con La Mañana, el jerarca hizo referencia a la posibilidad de no ajustar por inflación las tarifas en enero de 2022.
¿En qué consistió el trabajo de la Comisión de Prospectiva Económica y cuáles fueron los resultados?
Fueron ocho meses de trabajo grupal con 12 técnicos de UTE, que tuve el honor de coordinar, para realizar la primera aplicación de la metodología prospectiva a la empresa analizándose subsectores económicos e intentando proyectar su potencial.
Se investigaron 24 subsectores pertenecientes a los sectores primario, secundario y terciario, tales como ganadería, lechería, arroz, forestación, frigoríficos, vestimenta, supermercados, hospedaje y comida, transporte, entre otros. Estos abarcan más del 70% de la facturación de UTE al sector empresarial. Las más de 200.000 empresas usuarias de la energía eléctrica que UTE genera y distribuye presentan comportamientos claramente diferenciados. El objetivo es proyectar la demanda de energía eléctrica para el período 2021 – 2030.
¿Cómo es la distribución actual de la energía consumida?
Un 60% de la producción total de energía es comercializada para hogares. Además, UTE factura a empresas el restante 40%, dividas en tres grandes sectores: al agro va el 8% de dicho 40%, a la industria un 50% y el restante 42% a comercio y servicios. Los resultados obtenidos de esta primera aplicación de la metodología prospectiva en UTE nos permitieron identificar un potencial crecimiento de la demanda de energía eléctrica hacia el 2030 de aproximadamente 470 GWh adicionales a los registrados en el año 2020 que fueron 3.400 GWh, lo que porcentualmente representa un incremento de casi un 14%. Todo ello por mero “arrastre” del crecimiento productivo proyectado para los sectores investigados, a lo que deberá sumarse las iniciativas que en el período UTE adopte.
Para el 2030, el incremento en el agro sería de 55 GWh, en la industria 278 GWh y en comercio y servicios 137 GWh. Esto incrementaría la facturación de UTE entre US$ 80 y 100 millones, la cual está proyectada para el año en curso en cifras cercanas a los US$ 2.000 millones.
¿Cuáles son los sectores que tienen una mayor potencialidad de crecimiento?
Por ejemplo, con lechería el crecimiento proyectado es un 25% para los años 2021-2030, en tanto la industria frigorífica crecería un 19% y en comercio y servicios el mayor crecimiento correspondería a vestimenta. También debo agregar que habrán nuevos productos como ser la movilidad eléctrica y la producción de hidrógeno, que consumen una importante cantidad de electricidad.
¿Cómo se encuentra estudiando UTE el tema de la movilidad eléctrica, que viene creciendo a pasos agigantados?
UTE es solo un punto en un escenario muy amplio. Lo que estamos haciendo es instalar cargadores a no más de 50 kilómetros uno de otro, y a la vez estamos saliendo al interior del país a firmar acuerdos con las intendencias para que sean estas las que determinen cuáles son los lugares más adecuados para la instalación de los cargadores.
Desde mi punto de vista, quien tiene la posibilidad o no de hacer realidad la movilidad eléctrica no es UTE ni el Ministerio de Industria, sino la propia industria automotriz. En la medida en que se reduzcan los precios de los vehículos, esto podrá ser una realidad.
Si se mira el escenario actual, en el mercado están las primeras ofertas, pero son precios todavía elevados. Acá también influye la independencia del vehículo. En UTE tenemos los primeros vehículos que surgieron en un momento en que tenían carga para 110 o 120 kilómetros, pero hoy ya se habla de 320 y 400 kilómetros de independencia.
Con respecto al tema de los costos, visto el escenario de hoy día, ¿es posible la movilidad eléctrica con el precio de la energía eléctrica?
Yo preguntaría si es posible la competitividad empresarial con los costos que tiene hoy Uruguay. El costo de la energía es parte de lo que es el costo país, el cual es elevado. Y acá hay un factor determinante que es el costo de la energía renovable, que resulta un costo fijo anual de más de US$ 500 millones por año. Esto influye fuertemente en las tarifa de familias y empresas. Ese monto hay que pagarlo, usemos o no usemos esa energía.
Esa es parte de la explicación específica de lo que es el costo de la energía en Uruguay. Siempre destaco esto; o sea, ese costo fijo asumido por las administraciones anteriores para desarrollar esa matriz energética alternativa, con la cual no estamos en desacuerdo, pero que por la forma en que se desarrolló el negocio implica un costo excesivo. Tenemos un 98% de energía renovable, pero para tenerlo lo que cuesta se debe trasladar a las tarifas.
¿Y cómo se encuentra la generación en referencia al consumo?
Tenemos excedentes y ese es un problema. UTE está obligada a pagar, como decía, US$ 500 millones por año a proveedores privados de energía ya sea eólica (molinos) o fotovoltaica (energía solar), aunque esa energía después no se consuma. Este año estamos pudiendo exportar a buenos precios a Brasil, pero eso no es lo normal. Lo normal es que UTE pierda dinero todos los años por comprar una energía que no utiliza, porque no hay demanda.
¿No hay demanda porque esta no existe o porque la energía es muy cara?
Se debe tener en cuenta que los excedentes se venden muchas veces a Argentina a un precio de US$ 28 el MWh, cuando le estamos pagando a los privados en promedio US$ 70. Y más aún, tenemos casos de fotovoltaicos que cuestan hasta US$ 126 el MWh. O sea, pagamos 126 y vendemos a 28. La propuesta que he estado realizando es mejorar la competitividad de la empresa nacional bajando el costo de la energía eléctrica, porque antes de exportar a pérdida hacia Argentina eso lo podríamos vender en Uruguay.
¿Vista esta realidad, cómo se encamina esta propuesta?
Seguiremos insistiendo en el Directorio. Propondremos que debido a los ingresos obtenidos por la venta extraordinaria de energía a Brasil, que el 1 de enero de 2022 no tengamos aumento de tarifas eléctricas. Esto significaría una reducción en el precio que sería equivalente a la inflación ocurrida en este año 2021. De esta manera estaríamos compartiendo con los dueños de la empresa, que son los usuarios, las ganancias extraordinarias del año en curso.
¿Cuál es la ganancia proyectada por UTE para este año?
En el presupuesto OPP determinó que UTE debe transferir este año US$ 60 millones a Rentas Generales, pero si se le suma lo que se recauda por IVA e Imesi, terminamos transfiriendo unos US$ 400 millones. La ganancia que proyectamos para este año excepcional las estamos estimando en cifras superiores a los US$ 200 millones. Para poder exportar energía a Brasil, que determinarán ingresos superiores a US$ 350 millones, se debió comprar a Ancap combustible por US$ 300 millones para las centrales a combustible fósil. Lo normal en un año son compras por US$ 100 millones. Indirectamente, hemos así contribuido a que Ancap pudiera frenar el aumento en los combustibles, en buena parte por estos hechos, lo cual ha beneficiado a toda la población.
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