Ernesto Talvi fue la gran revelación de las elecciones internas del pasado mes de junio. Por el contrario de lo que vaticinaban casi todas las encuestas, salió victorioso y con gran ventaja sobre su contendiente, Julio María Sanguinetti, obteniendo el 53% de los sufragios, mientras que el dos veces presidente alcanzó el 32%.
Durante las semanas siguientes, el economista fue ganando terreno en el electorado y llegó a ubicarse a tan solo tres puntos porcentuales de su rival más próximo, el nacionalista Luis Lacalle Pou (22% a 25%). Así lo determinó la consultora Cifra en agosto. En ese entonces, la directora de la empresa, Mariana Pomiés, manifestó que los colorados tenían posibilidades de pasar al balotaje.
Sin embargo, esas chances se ven cada vez más lejanas, debido a que Talvi sufrió una importante caída en el último mes, dato en el que coinciden la mayoría de las encuestadoras. A grandes rasgos, afirman que el candidato frenteamplista Daniel Martínez mantiene el liderazgo, que Lacalle Pou se encuentra claramente en el segundo puesto, al tiempo que Talvi se posiciona en el tercer lugar. Esto último no es compartido por Opción, ya que esa consultora proyecta un empate entre el presidenciable por Cabildo Abierto (CA), Guido Manini Ríos, y Talvi, con el 12% de intención de voto cada uno.
Lo cierto, más allá de esos matices –que se deben a las distintas técnicas que utilizan para medir los datos-, es que desde varios frentes y por diversas razones, el postulante colorado ha perdido electores. Entrevistado por La Mañana, el sociólogo y analista político Federico Irazabal, detalló los factores que explican esos movimientos.
El especialista señaló que el crecimiento que había logrado Talvi en los sondeos, en realidad, es bastante característico de los candidatos nuevos.
Además, el hecho de haber ganado la interna del PC con luz sobre Sanguinetti, le permitió una visibilidad que no tenía a nivel nacional antes de esa votación. De esa manera, mucha gente comenzó a verlo como una opción de cara a octubre. A pesar de ese cambio favorable para la colectividad colorada, no hay dudas de que durante el mes pasado el economista disminuyó su intención de voto, y sus chances de pasar a la segunda vuelta son “bastante improbables”.
El candidato colorado perdió votos por izquierda y por derecha
La aparición de Manini Ríos, con un espacio a la derecha del espectro ideológico, le quitó votos a Talvi, de aquellos ciudadanos que probablemente tenían la intención de votar a Sanguinetti. Se trata de un electorado más conservador, que vio cómo la figura del candidato de CA crecía y, en ese sentido, se transformó en una alternativa válida. Es decir, “ya no estaba la idea de que votar a Manini era tirar el voto”, argumentó Irazabal.
Agregó que optar por el ex comandante en jefe del Ejército sigue teniendo un componente contestatario, de disconformidad, antipolítico, pero no implica votar a un partido testimonial, como puede ser el de Gustavo Salle, líder del Partido Verde Animalista.
La negativa a que el senador Pedro Bordaberry integrara listas en esta elección, va dentro del mismo paquete que le lleva votos a Manini. Esto es así –aseguró- puesto que el electorado más afín a Vamos Uruguay no se vio representado por Talvi, se sintió traicionado y percibió en el general retirado una opción más atractiva.
Por el otro costado ideológico del PC, o sea, la ubicación más batllista, también se le fueron votantes a Talvi. Es, más precisamente, el electorado que está en el centro o centro-izquierda del perfil ideológico, que veía en él un candidato interesante “como alternativa a la propuesta que tradicionalmente presentaba el Frente Amplio (FA)”, indicó Irazabal. Ahí hay dos elementos importantes a tener en cuenta. Primero, el triunfo de Martínez, que es un postulante relativamente moderado dentro de la oferta del partido de gobierno. En segundo término, la consolidación de un espacio también moderado, que es Progresistas, de Mario Bergara, y que “actúa de contrapeso a la otra ala del FA”. Esto hace que la coalición pase a estar un poquito más cerca del elector medio y no tan corrido a la izquierda.
Las declaraciones desafortunadas y el enojo de los colorados
El candidato por el PC ha generado polémicas en varias oportunidades con sus posteos en Twitter. El que causó más revuelo, e hizo incluso que salieran al cruce desde la academia y el propio oficialismo, fue el referido al desempleo. “La cifra de desempleo del gobierno es un espejismo. El real es más alto hoy que cuando asumió el FA en 2005. Y la única razón por la que las cifras muestran un desempleo de 9% cuando en realidad es de 13%, es que desde el 2005 el FA agregó 70 mil empleos públicos”, afirmó en la red social.
Sobre esto, Irazabal opinó que al criticar duramente el empleo público y al hablar de esa manera acerca de las cifras de desempleo, perdió credibilidad y solvencia técnica. “Tuvo un baño de realidad de aquello que Jorge Batlle le decía de que no sabía nada de política. En definitiva pudo comprobarlo por sí mismo cuando salió a hablar del tema de los empleados públicos, y mostró un desconocimiento de lo que es hacer política en estos tiempos electorales”, expresó el analista. A su vez, tras ese episodio, Talvi retomó la idea del PC como representante del primer batllismo, lo que demuestra que “evidentemente sintió el golpe”.
Otra referencia poco oportuna fueron los dichos del aspirante a presidente en favor de la gestión oficialista en materia de seguridad. Esto le valió fuertes cuestionamientos en las redes sociales por parte de militantes colorados, y tiempo atrás había causado inclusive que el exasesor en seguridad de Bordaberry, Guillermo Maciel, abandonara el PC para apoyar a Lacalle Pou.
La afirmación más reciente con respecto a este tema la realizó el domingo pasado en el programa de canal 12, “Séptimo día”, donde sostuvo que Gustavo Leal, eventual ministro del Interior si Martínez gana la Presidencia, “es un técnico capaz y de coraje”. “Estas declaraciones molestan a los colorados, sobre todo a los sectores más afines a Sanguinetti, y especialmente a los de Vamos Uruguay. Esto le hace perder votos por derecha a Talvi”, puntualizó Irazabal.
Estos sucesos se suman a los elogios que en muchísimas ocasiones el economista ha hecho con respecto al ministro de Economía, Danilo Astori. Entre otras cosas, ha destacado la conducción económica de las administraciones frenteamplistas, y ha dicho que Astori “fue el responsable de la moderación del FA, evitando el delirio kirchnerista y chavista”. De todas maneras, de acuerdo con el sociólogo, esas expresiones llegan más bien a un electorado más informado.
El debate y una actitud “a los gritos” que generó molestia
El martes 1 de octubre tuvo lugar el tan mentado debate entre los dos candidatos favoritos, Lacalle Pou y Martínez, que fue posible gracias a la organización de varios medios de comunicación y la Asociación de la Prensa Uruguaya. Desde antes de conocerse la fecha, Talvi ya había manifestado su intención de debatir con ambos adversarios. No obstante, Lacalle Pou es contrario a esta idea por entender que si llega al gobierno, el colorado será su socio en una eventual coalición. Martínez tampoco respondió afirmativamente a la petición de su contrincante, quien ahora busca debatir con Astori.
Una semana antes del encuentro entre el blanco y el frenteamplista, Talvi convocó a una conferencia de prensa para denunciar que esa instancia de intercambio lo proscribía, lo que implicaba un atropello a la “institucionalidad democrática” y se convertía en un debate “viciado de ilegitimidad”.
Para Irazabal, si bien al principio fue una jugada entendible y hasta inteligente destacar que no lo hubieran invitado a debatir, “después exageró”. De hecho, dijo que “se pasó tanto de queja, que sus explicaciones acerca de por qué no estaba en el debate rozaban la conspiración, entonces ahí ya se desdibujó, pasó de poder generar cierta empatía a generar molestia con su actitud demasiado exagerada y ‘a los gritos ’ ”.