El diputado César Vega, líder del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), considera que en materia medioambiental se está peor que hace dos décadas. En diálogo con La Mañana acota que en la Comisión de Ambiente, la cual integra, los temas avanzan de manera “muy lenta”.
¿Cuál es la situación que usted observa en Uruguay con respecto al cuidado del medioambiente?
Desde mi punto de vista, estamos entre aquellos que lo hacen peor que nosotros y los que lo hacen mejor. Estábamos mejor que otros, pero desde el 2000 para acá, estamos peor. Esto es en la medida en que no evaluamos el daño de la contaminación en tierra, agua y aire, básicamente por la generalización de un par de sistemas productivos que tienen que ver, entre otros, con la soja. Dentro de la manipulación global para la producción, quedamos fuera del proyecto “Hierro para el mundo”, pero estamos inmersos en el proyecto “Celulosa para el mundo” y los millones de litros de agroquímicos que se importan se tienen que aplicar en algún lado.
Además de la utilización de agroquímicos en los cultivos, ¿qué otros sectores observa que generan problemas medioambientales en Uruguay?
Considero que hay que ir mucho más rápido en lo que refiere al reciclaje de los neumáticos usados. Eso se ve bastante bien en los papeles, pero en la realidad lo que está pasando es que no estamos gestionando ese tema. Tampoco lo hacemos con el vidrio, que se importa y después se tira; y con el plástico, muy poco. Esto me lleva a decir que la realidad pinta, para mí, muy preocupante.
Precisamente, el tema de los neumáticos en desuso es una de las principales preocupaciones a nivel global. ¿Cómo califica que se maneja este tema en Uruguay, en un contexto en el que crece el mercado automotor?
Está trancado, ya que había una especie de competencia en los papeles entre dos sistemas diferentes de gestión. Fue aprobado uno, pero está solo absorbiendo un porcentaje bajo de las cubiertas para el reciclaje. Lo ideal es hacer con esas cubiertas polvo para incluir en las carreteras. Pero acá siempre estamos mal, demoramos mucho en hacer las cosas.
Usted integra la Comisión de Ambiente de Diputados, ¿qué proyectos quedan sin aprobar que considere importantes?
Como mínimo, no se ha aprobado el 80% de los proyectos ingresados. Por ejemplo, presenté un proyecto para la prohibición de geoingeniería en cielos del Uruguay. Esto se trata de una brutal contaminación que te hace cualquier país del mundo sobre tu cielo. Durante la sequía, una empresa chilena propuso hacer llover, de eso se trata la geoingeniería, de la manipulación climática. Este proyecto no tuvo tratamiento ni de un minuto. Pero en otras comisiones pasa lo mismo. Ingrese el 18 de mayo de 2020 un proyecto en la Comisión de Ganadería para el control de agroquímicos tóxicos prohibidos en el primer mundo y en la Comisión de Bienestar Animal sobre el sangrado de yeguas preñadas. Si bien son proyectos tratados, no los votan. La verdad es que estoy muy desencantado del funcionamiento de las comisiones. Nunca pensé que fuera tan lamentable, por lo menos en las que estoy.
¿A qué atribuye que muchos proyectos dentro de la Comisión de Ambiente no prosperen? ¿Existe mucho lobby de las empresas o sectores interesados?
No creo que sea así. El tema de los proyectos que no avanzan no es solo en comisiones, donde puede haber lobby, se repite en otras. Con respecto a los lobbies, lo que vi fue en la Comisión de Ganadería, respecto a mi proyecto sobre agroquímicos, mucho lobby de las empresas importadoras, pero eso fue inmediatamente después de que lo presenté. En la Comisión de Ambiente no he notado la presencia de lobbistas, ya que no se ha tratado ningún proyecto que implique a grandes grupos o sectores económicos. Y cuando se tratan temas que tienen que ver con UPM, la empresa no viene a la comisión, lo hace el Ministerio de Ambiente y habla por UPM.
¿Cuál sería el principal tema medioambiental del país en este momento?
Lo que más me demanda la gente por mi rol de legislador es proporcionar agua y alimentos sanos. Tienes una desesperación por el tema del agua y las nanopartículas, y en alimentos sanos no se cubre la demanda. En alimentos el tema central son los agroquímicos. Para mí el año de mayor importación de estos fue en 2014, pero ahora mismo está en los 10 millones de kilos, lo cual significa 10 mil millones de gramos. Esos gramos terminan en algún producto, que después se exporta o se consume dentro del país. Muchos de estos productos son los promotores de enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y el autismo, entre otros. El otro gran tema son las micropartículas y nanopartículas de plástico en el agua. Como eso no lo vemos, a diferencia de un trozo de plástico en el mar, entonces no se le da importancia. Pero está ahí.
Estamos en una época electoral y el tema ambiental casi no se menciona. ¿A qué lo atribuye?
Algunos temas están, pero no los centrales. Uno de ellos es qué hacemos con las botellas de plástico o las latas de bebidas como la cerveza, que ahora están por miles en todos lados. Por cercanía, tengo un ejemplo al respecto y es de un hijo de uruguayos que se fue a Estados Unidos. Se dedicaba a juntar latas de bebidas y le pagaban, lo que está incluido en el precio. O sea, cada lata tiene un componente en el precio que es el de reciclaje y cuando se lleva a los centros de reciclado, te pagan ese valor. Pero cada vez que hice una propuesta de este tipo, de impulsar el reciclaje de esta manera, se me dio para atrás. Acá está el principio de que no se puede incorporar al precio el costo del reciclaje. El problema se arregla fácil. A lo que se denominan envases descartables hay que ponerle un valor de reciclaje, para que te paguen esa suma cuando lo devuelvas y ahí se arregla este tema. Con las botellas de vidrio de vino pasa lo mismo. Yo llevo botellas de vino y aunque me den dos pesos en la bodega, las llevo igual. No es por el dinero, es por no tirarlas.
¿Por qué los partidos ecologistas no prosperan por estas latitudes del mundo?
Yo tengo 60 años y hasta los 30 y pico tomaba agua de los arroyos. O sea, para nuestra generación la contaminación era algo lejano. Podía ser alguna fábrica con ruidos molestos o humo. Por eso el tema está relacionado más que nada con la gente joven y sus preocupaciones, que se trasladan a la política y no con la mayoría de los votantes, que son de otra generación.
¿Considera que los medios de comunicación lo han censurado por sus posiciones?
Siempre voté a conciencia en la Cámara de Diputados, pero estoy censurado en los grandes medios por hablar contra las vacunas del covid y el sionismo. Mis posiciones sobre estos temas las pude publicar en Búsqueda, Brecha y La Mañana. Por lo tanto, no se puede decir que exista una censura de ideas, sí existe una censura a las personas que no comparten las ideas de aquellos que dirigen los grandes medios. Entonces me ponen “antivacunas” o me ponen “antisemita” y nada que ver. Yo no soy antivacunas ni mucho menos antisemita. Pero esto no es ahora. El plantarme de entrada contra UPM tuvo también un costo muy grande hace muchos años y por eso me sacaron un programa que tenía en una radio frenteamplista.
¿Cómo cree que le va a ir al PERI en las elecciones?
Mal. Lo veo mal, pero me queda la esperanza de que saquemos nada de votos o dupliquemos, porque no tenemos otra opción. O el pueblo está entendiendo muy bien lo que nosotros estuvimos haciendo o nos va a ir muy mal. Sabemos que no vamos a estar en los grandes medios para difundir nuestras ideas. En el tratamiento de la Ley de Medios me planté y argumenté contra el dinero del Estado para pagar la publicidad electoral y al igual que Cabildo Abierto manifesté que esos minutos de publicidad debían ser gratis. En ese momento supe que con mi postura me estaba ganando la censura de los grandes medios en un año electoral.
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