La mayor parte del sector se vio paralizada por las prohibiciones en materia de transporte aéreo. Sin embargo, este tiempo de pausa se ha aprovechado para dialogar, plantear planes, mejoras y buscar realizar una hoja de ruta que promueva un mayor desarrollo del rubro en nuestro país. En entrevista con La Mañana, Ravera opinó sobre la llegada de los aviones Hércules y aseguró que se trata de dos potencias que ayudarán al país.
¿Cómo se conforma la Cámara Uruguaya de la Industria Aeronáutica y qué rol posee para el país?
La CUIA tiene unos 30 años en el país, aproximadamente, y está formada por los aeroclubes, las escuelas de vuelo, los talleres y los particulares que estén vinculados al ámbito aeronáutico, así como se vinculan desde la Fuerza Aérea y Aviación Naval. El rol para el país es asesorar a los diferentes mandos de las Fuerzas Armadas y al ministro de Defensa Nacional en cosas que tengan que ver con la industria nacional. Por ejemplo, la adquisición de aviones de diferentes tipos, de ámbito civil o militar y drones, y todo lo que tenga que ver con el ámbito aeronáutico. Hemos tenido una ardua actividad sobre la red nacional de aeropuertos, hemos estado en diálogo con la Cámara de Comercio Israelí, Alemania y Suiza, para tratar de mejorar la aeronáutica de nuestro país.
¿Cómo se encuentra el desarrollo del sector en Uruguay en este momento?
En primer lugar estamos en un mundo de pandemia, esto nos trae para abajo a la industria aeronáutica y nos ha afectado, particularmente al Uruguay, bajando la cantidad de vuelos que llegan al aeropuerto principal y al aeropuerto alterno principal, que es el de Laguna del Sauce. Además, los vuelos de aeroclubes y escuelas de vuelo se vieron claramente disminuidos en este período de pandemia. Pero igual tenemos mucha gente que quiere seguir volando, aprender a volar, mantener el profesionalismo del vuelo, y hacer otras actividades conexas en ese sentido como ser el paracaidismo, piloto drone y logística comercial.
Con la pandemia de por medio, ¿cómo se proyecta seguir desarrollando el área? ¿El país está alineado a las actualizaciones en materia de nuevas tecnologías?
Le hemos hecho llegar al nuevo gobierno una cantidad de proyectos -seis y tenemos tres en el laboratorio- para ser aplicados en la industria nacional. Estamos en un buen momento para mejorar, porque la pandemia se supone que bajará y la aeronáutica volverá a crecer en el país.
Lamentablemente, los gobiernos anteriores han perdido aerolíneas de bandera, incluso a principios de diciembre desapareció Amaszonas Uruguay, es decir, que prácticamente no tenemos aerolíneas de bandera. Queda Air Class como aerolínea logística con esta característica, así como un montón de aeroclubes, escuelas de vuelo, talleres, que quieren salir adelante. Ellos tienen el alma, corazón y mente puesta en la aeronáutica nacional y se juegan la vida por la industria.
¿Se han tenido diálogos con autoridades por estos asuntos? ¿Entiende que existe interés en el tema?
Hemos tenido algunos actos de asesoramiento con parlamentarios del nuevo gobierno y también con algunos ministros como los de Defensa Nacional, de Transporte y Obras Públicas, de Industria, Energía y Minería, que están vinculados a la aeronáutica de diferentes maneras. Los diálogos se han enfocado, fundamentalmente, para que podamos tener contacto con otros países que tienen una industria aeronáutica fuerte y que sean de ayuda para el desarrollo. De eso tenemos novedades que aún no puedo comentar por el momento, pero son importantes. Hay intereses de expandir el desarrollo de la industria en Uruguay por parte de países como Brasil, República Checa, Ucrania e Israel.
La llegada de los aviones Hércules generaron controversia en algunas personas, ¿cuánto hay de desinformación en las severas críticas que se hicieron públicamente?
En lo personal, pienso que mucha. Las personas que hicieron esas críticas son gente que no está vinculada a la industria y no comprende o no conoce los procedimientos de compra, tanto de aeronaves civiles como de aeronaves militares.
Voy a poner un ejemplo de algo que es muy común: un auto usado no se compra con garantía. Un cero kilómetro tiene garantía de service, de la chapa, y algunas otras partes más. Lo mismo pasa con la aeronáutica. Que los Hércules son aviones usados es correcto. Fueron usados por Estados Unidos y luego trasladados a España donde los utilizaron mucho, también es correcto. Pero están certificados, controlados y auditados por la Fuerza Aérea de manera correcta, por lo tanto, pueden comenzar a operar. Incluso hay uno que está pronto para ir a la Antártida en esta semana.
¿Qué expectativas se tienen del año que va a comenzar? ¿Cuáles son los deseos para la industria a la que pertenece?
Hemos tenido un año muy malo en la aeronáutica en general y empezamos un nuevo año con el deseo de que todo cambie y que sea para mejor. Que en los ministerios en los que hemos hecho llegar asesoramientos técnicos se dé la posibilidad de compra de nuevas plataformas: que se concreten los proyectos de la Cámara de Comercio Israelí y Alemania con nuestro país, que se continúe con la educación dual, que las nuevas tecnologías aplicadas a la industria con drones, por ejemplo, puedan venir al Uruguay, que está muy quieto en ese sentido.
También queremos resaltar la potencialidad que tiene el proyecto de ley recientemente aprobado por el parlamento del Sistema Nacional de Aeropuertos, que puede dar lugar a una inversión muy importante y que cambiaría los aeropuertos nacionales e internacionales del interior y desarrollaría la comercialización hacia el interior, en ciudades como Melo, Rivera, Salto, Paysandú y Rivera.
Las características de los Hércules
Los Hércules son aviones que pueden llevar a unas 90 personas o cargas equivalentes, pueden ser utilizados para carga de combustible, pueden ir a la Antártida, ser de apoyo logístico, traer a las personas al Uruguay, ir al Congo en cualquier momento, dejando al país preparado en materia logística en esos sentidos. Además, estos aviones tienen un remanente de 35 años más, y poseen una aviónica digital que, quienes entienden del tema, la destacan notoriamente.
Estas aeronaves son de transporte multipropósito, si bien están específicamente diseñadas para cargar combustible, logra extender su rango de acción y autonomía mejorando las capacidades operacionales de la Fuerza Aérea. El modelo C-130H fue fabricado hasta el año 1982, el cual fue sometido a un proceso de modernización de sus sistemas principales con nuevas tecnologías.
Una de las mejoras más notorias fue la de su cabina de vuelo equipada con Glass Cockpit (instrumental de vuelo basada en pantallas) sus sistemas de automatización de vuelo (piloto automático) y sistemas específicos de operación militar.
Como señaló Ravera, estas aeronaves tienen un potencial de vida útil de 38.000 horas de vuelo, teniendo en cuenta que la FAU vuela en el entorno de 500 horas anuales en Hércules, la vida útil de estas aeronaves con sus mantenimientos preventivos, sería superior a 35 años. Dada su autonomía extendida, pueden alcanzar hasta 18 horas de vuelo, desarrollando una velocidad de 520 km/h, pudiendo recorrer sin escalas aproximadamente 9.350 kilómetros.
Su capacidad de transporte de personal es de 92 pasajeros, 64 paracaidistas o 74 camillas. En cuanto al transporte de carga es de 33.000 kilogramos y pueden alcanzar una altura de vuelo de 11.500 metros.
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