Un informe sobre los resultados de las pruebas a aquellos que pretenden ser maestros dio resultados más que preocupantes, en un marco en el que la educación viene siendo fuertemente cuestionada debido a diferentes evaluaciones realizadas a los estudiantes.
Pero esta vez la situación se considera más compleja, ya que los evaluados son aquellos que desean ser educadores. La consejera del Codicen Daysi Iglesias destacó que los niveles son “preocupantes” en los resultados de las pruebas para ingresar a estudiar la carrera de maestro.
En el caso de los aspirantes a maestro de primera infancia, en las pruebas de lectura, el 45,7% de los estudiantes no alcanza el nivel medio; y para ejercer en educación primaria el porcentaje es de 50,7%. En profesorado, el 23,2% de los que dio la prueba quedó debajo del nivel medio, y en maestros técnicos el porcentaje fue de 42,2%. Por otra parte, en educadores sociales el 36,6% no alcanza el nivel medio en las pruebas de lectura.
Iglesias también hizo referencia a las pruebas de escritura, en las que los resultados fueron similares. Un 45,7% de los aspirantes a maestro de primera infancia no llega al nivel medio, en educación primaria el porcentaje fue del 45,6% y para profesorado se ubicó en 32,7%.
En diálogo con Subrayado (Canal 10), la consejera electa por los docentes en el Codicen señaló ante estos datos que “la situación vuelve a ser preocupante y esto habla de cómo se ha transitado la educación previamente al ingreso a la docencia”. Para Iglesias los resultados muestran “la imperiosa necesidad de trabajar la enseñanza de la lengua, de la lectura y de la escritura. Hay que enseñar contenidos”.
Ante la pregunta de qué autocrítica se podía realizar, ya que se trata de estudiantes que pasaron por liceos, la consejera dijo que la autocrítica se debe hacer “más que a los docentes, al sistema y su conducción, que se han orientado exclusivamente al desarrollo de competencias”, por lo cual “hay que curvar la vara y trabajar también en los contenidos”. Por otra parte, considera que “se necesita enseñar ortografía, se necesita enseñar gramática, se necesita enseñar contenidos disciplinarios”.
Meses atrás se realizó la prueba de docente acreditado para el reconocimiento universitario de la formación del Ministerio de Educación y Cultura. Se habían inscripto 5144 docentes y 3699 rindieron la prueba. De estos, 2233 la aprobaron, lo que corresponde al 60,4%. El número también preocupó ya que la cifra entre inscriptos y quienes se presentaron bajó de manera considerable y aquellos que aprobaron la prueba fueron solamente seis de cada diez. Se debe tener en cuenta que todos los que participaron son docentes en actividad.
Sin mejoras con respecto a un año atrás
Estos resultados en las pruebas a los aspirantes a docentes son bastante similares a los de 2023. Ese año, en la prueba de escritura, de los 523 postulantes a maestro de primera infancia, de los cinco niveles, en los resultados de las categorías Bajo (0) y Bajo a medio (1,2) se ubicó un 55,7%.
En esos mismos niveles estuvieron el 58% de los 1381 aspirantes a maestro de educación primaria, el 53% en profesorado (2516 estudiantes) y 67% de aquellos que querían egresar como maestro técnico. En educador social de los 153 aspirantes, 57% estuvieron en los niveles Bajo, 1 o 2.
La prueba de escritura, de los 4730 aspirantes (para todas las categorías) los porcentajes fueron: Bajo 1 (nivel cero) 7%, Muy bajo 24%, Bajo 24,8%. Estas tres categorías sumaron 55,7%, o sea más de la mitad de los postulantes. El informe de 2023 mostró que casi un 38,3 % en lectura y un 55,7 % en escritura comienzan la carrera entre los niveles bajo, 1 y 2.
De dónde vienen estos estudiantes
Los resultados de la enseñanza en Uruguay están estrechamente ligados al nivel socioeconómico, aunque los bajos niveles registrados en las pruebas efectuadas a estudiantes de magisterio o profesorado están mostrando que el nivel en general es bajo para todas las clases sociales.
Los problemas parecen comenzar ya al finalizar la educación primaria. Un informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa señala que en matemática y para alumnos de sexto año, el porcentaje de estudiantes de contextos muy desfavorables cuyos desempeños corresponden a los niveles 4 y 5 (los más altos) es del 12%, mientras que para contextos muy favorables este porcentaje supera el 50%.
A su vez, la mitad de los estudiantes que provienen de contextos muy desfavorables tuvieron desempeños que no superan el nivel 2, mientras que para los estudiantes del contexto muy favorable dicho porcentaje apenas supera el 10%.
Y dentro de secundaria la situación es más preocupante y explicaría en parte el bajo nivel con el cual egresan los estudiantes de educación media, y que por lo tanto enfrentan dificultades al llegar a la educación terciaria.
El informe Aristas 2022 (último emitido) sobre tercero de educación media, señala que ese año el 24,9% de los estudiantes se encontraba por debajo del nivel 3 (en una escala de cinco) en lectura, siendo 2,2 puntos porcentuales más que en 2018. A la vez se observaba un crecimiento de la brecha entre los estudiantes de centros de contexto muy favorable y muy desfavorable.
En matemática la situación es aún peor, y todo indica que no solo es un problema de los estudiantes más desfavorecidos. En 2022 el 66,2% de los estudiantes estaba por debajo del nivel 3, habiendo crecido tres puntos porcentuales con respecto a 2018.
Si bien el incremento del porcentaje de estudiantes en los niveles debajo del 3 sucedió en todos los contextos socioeconómicos, es menor en los centros del contexto muy favorable (2%) que en los demás contextos (entre 4,1% y 6,5%), lo cual hace que las brechas aumenten.
Todas estas situaciones se dan en un marco donde “la mayoría de los docentes de Literatura e Idioma Español y Matemática considera que la preparación con la que los estudiantes iniciaron el curso en 2022 es peor que en 2019 u otros años previos a la pandemia.
Esta percepción es menor entre los que se desempeñan en centros de contexto muy favorable que entre sus pares del muy desfavorable y en los liceos privados que en los demás tipos de curso”.
Otro aspecto del deterioro observado está en el “clima escolar”. El informe indica que “la percepción de violencia en el entorno barrial, como en 2018, es mayor entre los directores de los centros de contextos desfavorables, en la región sur y en los centros públicos. Por su parte, el índice de clima barrial muestra percepciones de mayor cooperación entre los vecinos de los centros de contextos más desfavorables y en el interior”.
“En las afueras del centro educativo y en los baños es donde los estudiantes dicen sentirse menos seguros”, se indica. Con relación a 2018 la percepción de inseguridad de los estudiantes aumenta levemente, principalmente dentro del centro educativo (pasillos, patio y baños), entre quienes asisten a centros de contexto muy desfavorable y a formación profesional básica.
En un informe publicado tiempo atrás en La Mañana habíamos señalado que los pasillos, patios y baños son percibidos como más inseguros ya que a veces son áreas dominadas por pequeñas bandas vinculadas a la venta de drogas.
Estas situaciones terminan incidiendo en materia de egresos. En los jóvenes que tienen entre 21 y 23 años y aún están en educación media, la tasa de egreso es del 51%. Uruguay solo supera a Haití y Honduras. Se debe tener en cuenta que, por ejemplo, en Chile dicha tasa es del 98% y en Perú del 89%.
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