La legisladora aludió a los cuestionamientos acerca del panorama con que se encontró la nueva administración del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y la situación de deterioro que se fue arrastrando durante años en el instituto Tiburcio Cachón que trabaja con personas ciegas y de baja visión.
La senadora Gloria Rodríguez se define como una mujer política y una activista social en primer lugar. Su historial como legisladora siempre la ha encontrado vinculada a las personas menos favorecidas y con derechos no reconocidos. Se ve como defensora de las organizaciones civiles, aunque reconoce que algunas se han desvirtuado. “La organización civil es para trabajar en beneficio de otros buscando mejorar la calidad de vida o fomentar actividades, no para lucrar”, entiende.
¿Cómo describe el panorama general en el que el gobierno actual debió asumir?
Nos ha tocado asumir un gobierno con situaciones complejas, una inseguridad en crecimiento y problemas en cárceles. A los 13 días de asumir se nos presenta esta pandemia mundial, pero se ha abordado con muchísima responsabilidad, sensibilidad y compromiso. Nos sentimos orgullosos como uruguayos -más allá de la respuesta del partido de gobierno-, y debemos destacar la solidaridad del pueblo, porque esta situación no tiene colores políticos, nos golpea a todos y la respuesta fue ciudadana.
Nos encontramos con un déficit fiscal que nos preocupa. No nos entregaron un país en la mejor de las situaciones, el Frente Amplio nos vendió un relato de que la realidad estaba muy bien. En el relato estábamos viviendo en una montaña, nos dijeron algo que no era, pero a los 13 días nos estalló a todos en la cara debido a la situación que debimos afrontar con un montón de precariedades. Quienes estaban viviendo en el límite de la pobreza -y se nos decía que no- lamentablemente eran más de 400.000 uruguayos, que en una semana se quedaron sin trabajo y miles debieron recurrir a las ollas populares.
El país que heredamos, tanto el presidente como el Poder Ejecutivo se lo han puesto sobre los hombros tratando de que nadie vaya a dormirse con la panza vacía. Se viene enfrentando la pandemia con mucha entrega. Tenemos un Ministerio de Salud Pública presente, cercano, que da respuesta y es muy transparente.
“Los refugios de antes no les daban dignidad a las personas en situación de calle”
¿Cuál es, para usted, el verdadero relato en cuanto a personas en situación de calle?
Desde hace tiempo veníamos reclamando que había mucha gente en la calle, cada vez eran más y que no podíamos acostumbrarnos a eso, era un tema que estaba sobre la mesa. En la calle hay personas con problemas de salud, psicológicos y de consumo problemático, razón por la que terminaron allí y el gobierno en su momento no les dio una respuesta. Estas situaciones las está abordando el Mides ahora, y el ministro Pablo Bartol dijo que no hay un solo uruguayo mayor de 65 años viviendo en la calle hoy. Los refugios de antes no les daban dignidad, además las personas eran robadas, vivían situaciones complicadas, pero la realidad actual ya no es así.
En las últimas semanas han salido a la luz muchas irregularidades que el gobierno anterior dejó en el Mides…
Sí. En abril se encontró en un depósito portuario una valiosa donación proveniente de Canadá y unos días antes se había encontrado otro que era para sanidad militar. El primero llegó en 2017 y era para el Pequeño Cottolengo Don Orione masculino, que como no pudo cubrir los gastos lo traspasó al Mides. Pero el expediente estuvo años durmiendo en un despacho.
En mayo se descubren cuatro armas de fuego en una caja fuerte, y se hizo la denuncia correspondiente. A principios de junio, en el subsuelo del Mides, se hallaron cajas llenas de comestibles vencidos, pañales, sillas de ruedas en mal estado, 120 litros de hipoclorito, agua mineral vencida, y más. Hace pocos días se hizo un hallazgo en Paysandú: en un depósito se encuentran equipos médicos en estado de abandono desde 2018. Otro asunto son las contrataciones de ONG para residenciales.
Hay que distinguir dos situaciones: una son las auditorias y otra es lo que se refiere a esta clase de hallazgos de elementos que son para personas que necesitan ayuda y que la esperaban a través del Mides. Esto no llegó a su destino por desidia, por mala gestión y por falta de responsabilidad.
Lo fundamental es que la ciudadanía esté informada, que sepan lo que está sucediendo y lo que se ha ocultado. Hubo mala gestión y mala coordinación. Gobernar durante 15 años con amplias mayorías les hizo daño, los confundió y manejaron los bienes públicos como propios. Hubo una lucha de poderes interna pero el que perdió fue el más necesitado, el que hoy pide una silla de ruedas porque la suya está deshecha, y sin embargo en los depósitos había sillas echándose a perder.
“Gobernar durante 15 años con amplias mayorías les hizo daño, los confundió y manejaron los bienes públicos como propios”
También hubo problemáticas confusas en cuanto al instituto para ciegos Tiburcio Cachón. ¿Se dieron las explicaciones pertinentes?
Es un tema que trabajamos muchísimo desde la Cámara de Diputados. Recibimos en el año 2016 a un grupo de personas ciegas y de baja visión que nos contaron que desde hacía años estaban viviendo una situación de deterioro en el centro de la calle Quesada. Nos comentaron que se había agravado y se estaba hablando del cierre. Nos comprometimos a tomar conocimiento del asunto.
En ese entonces la ministra Marina Arismendi entendió que era necesario cerrar el Centro y trasladarlo al Instituto General Artigas, pero los usuarios y algunos docentes no estaban de acuerdo por un tema de ubicación e infraestructura. Se realizó la ocupación del lugar por parte de ellos durante 71 días. Trataron de ser recibidos en el Mides pero solo los recibieron en la vereda, además le mandaron cartas a Tabaré Vázquez y no recibieron respuesta.
Nosotros realizamos una interpelación en la que Arismendi presentó muchas inexactitudes. Dijo que se trasladaría el centro ya que no tenía recursos para pagar el local, pero eso no era cierto, el dinero estaba. No entendemos el motivo exacto del traslado hasta ahora.
Hicimos pedidos de informes que no respondieron, recurrimos al pedido de información pública y tampoco. Entonces recurrimos a la Justicia. Se nos informó que se contaban con donaciones para el grupo de ciegos, de apartamentos en Montevideo, campos en Lavalleja y Flores y dinero en cuentas bancarias. Y a nosotros se nos decía que no se podía pagar un alquiler por falta de fondos. Nos quedó claro que la intención de la ministra fue cerrar el centro, y las razones jamás fueron claras.
Es grave que el Mides dispusiera a su antojo de los medios y no los destinara para lo que habían llegado. Les manifestamos a los usuarios nuestra preocupación y Bartol les dijo que se encargaría del tema. Comenzamos a buscar el lugar acorde a las necesidades de esos usuarios y recientemente lograron devolver la rehabilitación al centro Cachón. Hay mucho para realizar pero se ha avanzado muchísimo.
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