Desde que asumió al frente del programa Juntos, Macías ha puesto el foco en la parte social, en el entendido de que para atender a las poblaciones más vulnerables no alcanza solamente con brindarles la vivienda, también es necesario darles herramientas para que puedan insertarse en la sociedad. Para esto se han realizado convenios con diversas instituciones del Estado, declaró el jerarca en diálogo con La Mañana. A su vez, detalló los logros de gestión hasta el momento y remarcó que se ha superado el promedio anual de soluciones habitacionales.
¿Cómo analiza lo que ha sido la gestión del Juntos en estos tres años de gobierno?
El Juntos viene funcionando muy bien en todos los aspectos. Una de las cosas más importantes era buscar la institucionalización del programa, es decir, que deje de ser un plan, para ser algo concreto. Con un 6% del presupuesto del ministerio, que es muy poco, el Juntos colabora con más de un 8% de soluciones habitacionales. Hoy llevamos 609 y tenemos previstas para este año 264, lo que va a significar unas 870 en total en los primeros cuatro años de la gestión. Esto supera el promedio anual, que era de 200 aproximadamente.
Hemos hecho muchos cambios en la tipología constructiva, que va acorde a la norma territorial de cada departamento, y también los hicimos de acuerdo a las necesidades de cada familia. Hemos realizado convenios con las intendencias para conseguir la tierra, que es donde nosotros trabajamos. Lo hacemos de manera regular y logramos que se pueda escriturar, o sea que las personas no solamente tienen la casa, sino que pueden escriturarla. También llevamos a cabo convenios con Odontología e hicimos acuerdos con UTE a fin de que la vivienda ya tenga un calefón. Actualmente estamos tratando de lograr un convenio con el Ministerio de Industria para que cuenten con una heladera.
¿Qué rol ha tenido el trabajo social dentro del programa?
Le hemos dado mucho énfasis a la parte social. Hemos hecho una cantidad de convenios con instituciones públicas, con la Secretaría Nacional del Deporte (SND), lo que permite que niños de todo el país puedan hacer uso de los espacios públicos, principalmente, de las piscinas, tanto en verano como en invierno. Asimismo, a través de ese convenio estamos próximos a la instalación de las estaciones saludables en aquellos lugares donde ya hemos terminado con la intervención y seguimos con la parte social. Tienen que ser saludables y accesibles porque tenemos mucha gente que tiene problemas de accesibilidad. Trabajamos en esa parte social porque las necesidades de vivienda ocupan un lugar relevante, pero no se trata solamente del lugar físico, sino que tenemos que trabajar socialmente.
¿Cuál es el objetivo en ese sentido?
Nosotros lo que queremos es brindar un espacio afectivo, social, y que se construya un hogar. Desde ese punto de vista trabajamos. De acá en adelante se van a ver todos los resultados de lo que hemos hecho. Tenemos una biblioteca itinerante que va por todo el país, y este año por primera vez implementamos la entrega de kits escolares para cubrir las necesidades básicas para el comienzo de clases. Hubo 589 participantes de preescolar, primaria y secundaria.
¿Cuáles fueron los principales logros de gestión a nivel interno?
Hay una parte que es importante, que hace a la institucionalización del programa, que es capacitar a los participantes. En ese aspecto, ya estamos en miras de la firma de un convenio con Inefop, de modo tal que se los capacite y puedan tener oportunidades de trabajo. También vamos a hacer un convenio con la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP) que depende de la Oficina Nacional de Servicio Civil (ONSC) para los técnicos que trabajan acá.
A su vez, creamos una sala maternal, porque el 85% de los funcionarios de la sede son mujeres. Empezamos a reconocer a aquellos funcionarios que llevan 10 años trabajando acá. Y hemos recuperado muchas oficinas porque es un edificio viejo al que, además, le pusimos señalética, que no tenía. Los técnicos hicieron cursos en el Claeh y también cursos de Excel. Renovamos la flota logística. En aquellos lugares donde no hemos tenido acuerdos o no hemos conseguido terrenos con las intendencias, estamos en vías de la compra de terrenos. Hacemos que la gente se sienta parte del programa, no es solo la casa, sino que proyectamos la estructura social.
Hace más de dos años, en una entrevista con La Mañana usted dijo que el organismo tenía el compromiso de brindar 450 soluciones habitacionales que habían quedado proyectadas en el período pasado, pero con un presupuesto pensado para abarcar menos de la mitad. ¿Se pudo resolver esa dificultad?
Sí, todo eso se completó a pesar del menor presupuesto y seguimos construyendo.
¿Cuáles son hoy los mayores desafíos en materia de vivienda, justamente, para atender a las poblaciones más vulnerables?
El mayor desafío siempre es social. La parte urbana no es el desafío más importante porque ya están dadas todas las estructuras, lo principal es tratar de formar comunidades. La casa es una herramienta, una infraestructura material, pero después de eso tienen que transformarla en un hogar. Hay que darles las herramientas principalmente a las futuras generaciones para que puedan salir adelante por sí solos, que los padres se sientan comprometidos y ayudarlos a que salgan todos adelante. El desafío social es muy importante, y esta herramienta que nosotros les damos, que es un techo propio donde tienen luz, un baño, una casa digna, es fundamental. Mucha gente me ha dicho: “es la primera vez que me baño con agua de arriba”. Hay cosas que son indescriptibles.
Más del 80% de nuestros participantes son mujeres jefas de hogar. Se siguen haciendo cursos de cocina, de peluquería, pero tratamos de darles otros instrumentos. Vos creás un complejo habitacional y la gente va, pero lo importante no es urbanizar, darles la seguridad del techo, sino, desde ahí, empujarlos a insertarse socialmente. Hay una gran diferencia entre habitar un lugar y ser alojado en él, entonces, nosotros queremos que constituyan un hogar y a partir de ahí seguir adelante, que tengan un vecindario, que sientan como propios los espacios. También estamos haciendo los espacios para niños, para que los vecinos tengan un lugar para encontrarse, que no se sientan ajenos. Son ellos mismos los que construyen, los que pintan.
¿Cómo se encuentra el organismo a nivel financiero?
Hoy estamos con todas las piezas acomodadas después de la pandemia –donde cumplimos con todo lo que había que hacer y un 15% más–, y a partir de este año el programa Juntos va a explotar en su máxima expresión. El programa está al día, saldamos todas las deudas, pese a que compramos a 30 días. Acá las presiones son muchas, porque es mucha la gente que necesita, o sea, todo el mundo tiene necesidades. La semana pasada fuimos a entregar los kits escolares y ellos estaban muy felices, esa es una felicidad impagable. Esta es una tarea que me gusta. Te hace feliz un abrazo de esa persona que recibe sus llaves o ver al niño con un cuaderno. Esas cosas son impagables. A los niños, por ejemplo, les damos todos los materiales para que puedan hacer piscina. En el partido de Uruguay donde le ganó a Perú, gracias a Eduardo Ache, que nos consiguió las entradas, yo me traje a 10 niños del interior que nunca habían estado en Montevideo, a pasear, a conocer, y fueron a ver a Uruguay. Imaginate lo que es eso, la felicidad de esos niños.
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