La situación actual del agro sigue complicada. El déficit hídrico continúa, y se estima que las preñeces caerán un 10% con respecto al año pasado. Para hablar de esta problemática La Mañana entrevistó al diputado Rafael Menéndez de Cabildo Abierto.
En primer lugar, le pregunto cuáles consideran serán las consecuencias del déficit hídrico en la próxima zafra.
Para responder esa pregunta, tenemos que analizar algunas variables que son las más importantes, por ejemplo, la situación de los campos hoy, la situación de los ganados y los porcentajes de preñez, que van apareciendo de a poco. También otros factores relevantes como el valor de dólar que eso también afecta y en gran manera al sector agroexportador en su conjunto.
¿Cuál es la situación al día de hoy en los campos?
A partir de enero y diciembre ya comenzó una faltante importante de agua que se dio hasta marzo. Ahí hubo algunas lluvias, pero luego cerramos abril y mayo con muy pocas. Esto llevó a que el campo natural, si bien tuvo algún rebrote después de las lluvias de marzo, no le dio como para estabilizar ese crecimiento y llegar al día de hoy con pasto. Lo que se ve es que prácticamente tres de cuatro productores está con una altura de pasto de menos de cinco centímetros. Eso es realmente preocupante en la entrada del invierno. Hay una gran proporción de productores que perdió mucha pradera y verdeos, no están como deberían al día de hoy. Incluso en algunos lugares hay complicaciones de algún tipo de intoxicación de los animales con nitratos y nitrito, lo cual agrega otro problema.
En resumen, el estado de los campos hoy es de muy baja oferta forrajera. Lo que han permitido estas últimas lluvias es que los campos verdearan, pero ya es tarde. Prácticamente, ya pasamos una etapa de recuperación del campo natural para poder planificar un invierno con comodidad en cuanto a la disponibilidad de pasto.
¿Qué me puede comentar con respecto al estado del ganado?
Lo que se ve es una pérdida sistemática de estado corporal por el verano seco. Luego de las lluvias de marzo, los ganados comenzaron a recuperar algo de estado, pero sobre todo como consecuencia de los destetes que los productores venían haciendo. Esto fue acompañado por la venta de terneros por parte de los productores. Eso permitió cierto grado de recuperación corporal en los ganados. Se ve en general que el estado de los ganados es bueno. También ocurrió que los quilajes de ternero producidos fueron bastante inferiores a los del año pasado, por lo menos un 10% menos de peso. En cuanto a las preñeces, vamos a tener 10 puntos porcentuales menos que el año pasado. Esto llevó a muchos costos, productores que tuvieron que desprenderse de ganado, principalmente en abril, por lo que hubo una sobreoferta con un descenso en los precios.
¿Cómo califica la situación de endeudamiento del agro?
Hoy por hoy está bastante saneado. El punto crítico son los agricultores de soja. En el caso del arroz lograron una cosecha muy buena. Yo creo que hay que ponerle el foco al productor de soja y tratar de atender esas situaciones que en términos de volumen no son muchos. El sector agropecuario está en una situación bastante saneada, producto de la experiencia de que no se pueden tomar deudas que no se pueden pagar.
¿Y cuál es su opinión sobre el precio del dólar?
El dólar está muy bajo y los costos de los insumos siguen aumentando. El productor ha tenido que gastar mucho en insumos para poder mantenerse de pie. Compatibilizar el tema de la inflación y el precio del dólar es como el caso de una sábana corta. Obviamente, es tema y preocupación de los economistas. Un dólar bajo tiene consecuencias muy graves. Uruguay está quedando muy caro a nivel regional y a nivel de países extraregión. Eso hace que seamos menos competitivos y que las exportaciones disminuyan. Además, hay otros daños colaterales como el aumento de la informalidad y el contrabando. También está la cantidad de gente que viaja hacia Argentina. Cuando el dólar está bajo, menos cantidad de gente se queja y eso lo entiendo, pero tenemos un sector agroexportador que ya está poniendo señales de alerta al gobierno. Hoy no tenemos ingreso de dólares por turismo (ya pasó el verano) ni por exportaciones (porque han caído), por lo tanto, tendría que subir el dólar. Pero Uruguay ha llevado a cabo una política monetaria con aumento de las tasas de interés en pesos, que ha logrado obviamente que el dólar se deprecie.
¿Cuánto se estima que el dólar está por debajo de su valor?
Es un mínimo de 20% y otros llevan esa cifra al 25%. Lo que uno ve es que el productor tiene que seguir haciendo frente a precios en dólares de insumos, que también han sufrido una gran inflación, producto de diversos factores como la guerra en Ucrania y el aumento en los precios del transporte.
La discusión por las denominadas carnes sintéticas está creciendo. ¿Qué opina sobre este tema?
En ese sentido pienso que va a haber un nicho para para todas las carnes. Creo que aquel que tenga un poder adquisitivo determinado seguirá comiendo carne natural, como la que producimos nosotros. Por eso digo, no hay que asustarse. Es algo que se va a venir. Debemos seguir con un fuerte marketing y mostrando las bondades de la carne natural que producimos, que no es la misma carne que producen en otros países. Porque en otros países producen esa carne a corral. Además, desmitificar un poco lo que es la huella de carbono. Hoy en día es un término ya obsoleto. Lo que hay que batallar es sobre la huella ambiental. Eso es importante, porque para producir un kilo de carne sintética se necesita mucha energía y más agua. Demostrar esto no es fácil por la presión de los lobbies internacionales.
El tema del agua
¿La situación de Montevideo, con el tema del agua, ha sacado el foco de lo que sigue pasando en el campo?
El hecho del déficit hídrico en la mitad de la población del país, lo que ha hecho es que se mire al agua con la importancia que debiera tener. Vemos muchas veces esa falta de conciencia agropecuaria, sobre todo a nivel de las metrópolis, en donde cuando los productores empiezan a quejarse por el déficit hídrico, nunca se lo mira con la importancia que tiene. No hay que olvidarse que toda la producción de alimentos depende del agua. Por lo tanto, si el que produce no tiene agua, no va a haber alimentos. Eso es lo que está pasando con la soja. La menor cantidad de agua hizo que la producción de soja haya sido un desastre, lo cual se traduce en menores exportaciones y menos divisas que ingresan al país. El hecho de que Montevideo y Canelones sufran la situación hídrica, también ayuda a concientizar la importancia del agua a todo nivel.
Sobre este punto, ¿qué consideración le merece la producción de hidrógeno verde o la utilización de agua por parte de las plantas de celulosa?
El dicho histórico es que Uruguay es un país seco, en donde llueve mucho. Ahora, ¿estas reservas de agua que utilizan estas grandes empresas, se las vamos a dar igual, aunque nos paguen? Porque cuando hay déficit no hay valor para un elemento tan trascendental como el agua. Estamos hablando de que una empresa como UPM arroja 110 millones de litros de agua contaminados al Río Negro, que se utiliza el agua del Acuífero Guaraní para producir combustible para exportar, que se han forestado miles de hectáreas de cuencas de donde se captan aguas y no solamente las que escurren, sino también las que alimentan ese Acuífero Guaraní. Todos esos son temas para ponerlos en la palestra. Hoy nos estamos dando cuenta que este tipo de países como el nuestro, privilegiados en cuanto al ciclo hidrológico, a su constitución geográfica y a su régimen pluviométrico, son la atracción de otros países que ven este recurso, el agua, como algo sumamente barato en Uruguay. A esto se agrega que no existen políticas públicas que lo protejan debidamente. Creo que eso es lo que primero tenemos que definir: si vamos a este dejar que nos contaminen y que nos usen el agua o si vamos a decir si quieren producir hidrógeno verde, háganlo con el agua del mar. Porque es algo muy loco lo de instalar una planta desalinizadora para consumo humano cuando se les da el agua dulce a las empresas para la forestación o la producción de hidrógeno. Además, durante muchos días del año el agua va a salir salada. Si alguien se pone pragmático, son cosas que no se logran entender.
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