Desde Cabildo Abierto se está impulsando un proyecto para traer agua desde el Río Negro hasta Paso Severino y este se presentará en los próximos días. Al respecto y sobre la situación del agua en Montevideo, La Mañana dialogó con el diputado cabildante Rafael Menéndez.
¿Cómo observa la crisis hídrica que afecta Montevideo?
Lo observo como algo de mucha gravedad. Ha dejado al desnudo que no ha habido políticas relacionadas al abastecimiento del agua, sobre todo en la metrópolis. En este se gobierno se ha hecho poco, pero también se hizo poco en los gobiernos pasados. En este tema hay dos miradas: qué podemos hacer en lo inmediato y qué se tendría que hacer a futuro.
En lo inmediato pienso que lo que se puede esperar es que alguna lluvia de importancia cambie la situación, o sea estamos a expensas de lo que la naturaleza nos brinde y las medidas paliativas que se han ido tomando, como las exoneraciones de impuestos, IVA e Imesi, al agua embotellada.
También es una buena oportunidad para ir tratando el tema de las pérdidas que tiene OSE en el suministro del agua. A largo plazo es fundamental tratar de identificar cuáles son las medidas más económicas para tratar de solucionar este problema de manera definitiva.
¿Por qué considera que OSE ha quedado relegada como empresa pública en materia de inversiones, en comparación con UTE o Antel?
Eso pasa porque desde que éramos chicos, abríamos la canilla y salía agua. Además, a la clase política, lo que está bajo tierra, no le interesa hacerlo, porque no se ve. Como ahora abrimos la canilla y sale agua salada, recién empezamos a ver el problema y todo lo que no se hizo. OSE siempre fue la empresa relegada. Era de mayor rédito político hacer una avenida o una rambla, o sea una obra para que todo el mundo pase y la vea. Como consecuencia de no haber invertido en OSE, además del problema actual, el 40% del agua que se potabiliza se pierde o no se factura.
Una de sus iniciativas tiene que ver con traer agua desde el Río Negro. ¿Cómo funcionaría ese proyecto?
Estamos trabajando con un grupo de técnicos para utilizar una cuenca, totalmente distinta a la de Santa Lucía, que es la represa de Rincón del Bonete. Nos parece que el Río Negro es la solución más efectiva para el abastecimiento de agua de Montevideo y Canelones.
Esa obra desde el Río Negro, ¿qué implicaría?
Son 66 kilómetros de tubería donde hay un primer levante en Rincón del Bonete hacia el río Yí, y después un segundo levante desde el Yí al Santa Lucía. Se trata entonces de dos levantes de aproximadamente 100 metros, de los cuales, la energía para ellos la podría suministrar la empresa UPM, a la cual le estamos comprando energía sin necesidad. Esto también brindaría la oportunidad de ir dejando bocas de agua en su recorrido.
En definitiva, son 15 kilómetros hasta el río Yí y 50 kilómetros desde ahí hasta el Santa Lucía. Por lo tanto, esa tubería de 66 kilómetros, con las otras obras, nos daría una fuente definitiva de una cuenca mayor y totalmente distinta a la del río Santa Lucía. Además, nos comprometería a tratar de cuidar al Río Negro, que va a ser en definitiva la solución.
¿En qué pasos se encuentran ahora con respecto al proyecto?
Estamos en la etapa de evaluación de costos y no parecen importantes cuando lo comparamos con el proyecto Arazatí que le va a costar al Estado US$ 800 millones. Sin duda que 66 km de cañerías y dos levantes, evidentemente es una obra de un costo inferior a Arazatí. Y en Arazatí además tenemos los graves problemas de la salinidad de la fuente de agua en muchos días del año y estudios técnicos señalan otro problema como el de las cianobacterias. O sea, Arazatí no sería una fuente del todo confiable.
En los próximos días vamos a presentar nuestro proyecto en la comisión de estudio del Río Negro, para que se discuta. Queremos ver la visión de otros técnicos y que se nos diga por qué no se hace.
¿Qué comentario le merece el abastecimiento que se plantea desde el río San José y para el cual se están haciendo obras?
Si bien es una buena medida, se identificaron tarde las soluciones. Se esperó a que Paso Severino tuviera el 2% de su volumen habitual para empezar estas obras. Pero además hemos visto que hay problemas de suministro de los caños para transportar el agua, caños que ni siquiera están en Uruguay y se tienen que traer desde países vecinos. Es otro paliativo y no la solución definitiva. Creo que hay que hacer el estudio sobre el Río Negro, que es un río que nos cruza de punta a punta. Además, tiene una cuenca mucho más grande y un agua mucho mejor de la que se estaba potabilizando y que llegaba del Santa Lucía.
Una duda que queda es cómo Uruguay, teniendo tanta agua, llegó a estos problemas. ¿Cuál es su valoración sobre esto?
Esta es una situación que ha pasado en todo el mundo. Si uno mira todas las metrópolis que no han cuidado sus fuentes de agua, las tienen contaminadas y buscan el agua más lejos de donde están.
En toda la periferia de Montevideo, particulares han puesto a disposición los pozos de agua semisurgentes, pero de 80 evaluados ninguno es apto para el consumo humano. El grave problema que tienen las aguas subterráneas son dos. Uno es la contaminación y el otro la sobreexplotación. Montevideo no es ajeno a lo que ha pasado en todo el mundo. Durante decenas de años lo único que se ha hecho es consumir agua, pero sin obras. Inclusive en la fuente, el Santa Lucía, los desechos tóxicos de la potabilización son vertidos al propio río. Ese es un tema gravísimo también en el proyecto Arazatí, porque la deposición de lodos tóxicos seguramente termine como en el Santa Lucía.
¿Cómo observa el tratamiento que da Uruguay a las aguas subterráneas?
No debemos olvidar que Artigas y Rivera se abastecen del acuífero Guaraní, como otras ciudades. Ahora exoneramos de IVA e Imesi a las aguas embotelladas que provienen de aguas subterráneas y, por otro lado, estamos regalando a empresas privadas esa agua subterránea para producir hidrógeno y metanol, intentando solucionar un problema que no es nuestro. También es un buen momento para discutir si la producción de hidrógeno como combustible va a contribuir contra el cambio climático. Acá puede pasar lo mismo que con el tema del hambre, que por muchos años nos dijeron que era un problema de producción de alimentos, y hoy se están produciendo más alimentos que nunca, pero el hambre sigue. Me temo con que este verso del hidrógeno verde estemos utilizando agua que es fundamental para el país, no se solucione lo del cambio climático y agotemos nuestras reservas de agua.
Uno de los temas que se está discutiendo es el de cobrar un canon por la utilización del agua, que nunca se llegó a plasmar. ¿Qué posición tiene usted al respecto?
Primero lo que debemos establecer es que agua estamos dispuestos a vender. A mí me parece bárbaro la producción de hidrógeno, pero debería ser como en todas partes del mundo, con agua de mar. Es muy distinto el proyecto de hidrógeno planteado en Paysandú donde se usaría agua del río Uruguay, que el proyecto Tambor que utiliza agua subterránea al igual que el de Pueblo Centenario. Por otro lado, UPM toma 136 millones de litros por día, que son 14 días de consumo de Montevideo y no le paga un peso a Uruguay. Además, a pocos metros de UPM hay una empresa uruguaya que produce caviar y que se le cobra absolutamente toda el agua, eso es algo ilógico. O sea, permitimos que empresas multinacionales vengan, no se les cobra un peso y sí lo hacemos con empresas uruguayas. Por lo tanto, me parece bien que se les cobre un canon, porque además nos debemos adelantar al futuro. Las empresas multinacionales seguirán viniendo a Uruguay a sacar agua.
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