Un extenso debate de más de 11 horas en el día de ayer entre la coalición de gobierno y el Frente Amplio sobre el balance de las cuentas públicas efectuadas durante el gobierno anterior, mostró dos visiones contrapuestas: la bancada de la coalición de gobierno condenó los resultados obtenidos, mientras que el Frente Amplio defendió y justificó la inversión realizada.
En su alocución el Senador Guillermo Domenech fue claro y contundente asegurando que “¡Hace quince años nosotros esperábamos un gesto de rebeldía: desarrollar políticas económicas que pusieran al país en el camino de la dignidad, independizándonos de esos grandes poderes plutocráticos!”, y agregó que lo que revela la Rendición de Cuentas de 2019 “son las cifras de un fracaso”
Transcribimos debajo su disertación:
Esta rendición de cuentas viene acompañada de una frondosa cantidad de cifras, estadísticas y gráficas que, verdaderamente, es algo abstruso para los que somos legos en el manejo de estas cosas. Pero bueno, si un señor presidente se dio el lujo de decir que firmaba sin leer, quizás nosotros podamos aprobar esta rendición de cuentas sin entenderla mayormente o sin revisar las cuentas propiamente dichas.
Digo que esta rendición de cuentas se resume en una cifra que arroja un déficit de un 5 % del Producto Bruto Interno. Y esa cifra resume una gran decepción del pueblo de la república expresado en las últimas elecciones. Cómo no recordar discursos que hablaban del no pago de la deuda externa o que, de alguna forma más modesta, ponían en la picota la deuda externa de la república. Ese tema parecería que hoy desapareció de la preocupación de la gente, sin embargo, como se decía aquí en sala, pagar los servicios de esa deuda nos cuesta 2000 millones de dólares. Esa deuda creció enormemente. Y celebrábamos cuando colocábamos los títulos de deuda pública como si eso fuera un gran logro. La verdad es que cuando he entrado a firmar un vale a algún lugar, lo he hecho con mucha tristeza por tener que someterme a las condiciones que me imponían los acreedores.
Entonces, lo que hicimos fue endeudarnos, endeudarnos y volvernos a endeudar, aumentando el peso de las cadenas de la dependencia de la independencia nacional. Y no es falso amigo Bergara, es una verdad de a puño. ¡Hace quince años nosotros esperábamos un gesto de rebeldía: desarrollar políticas económicas que pusieran al país en el camino de la dignidad, independizándonos de esos grandes poderes plutocráticos! Cuanto más plutocráticos, más tiránicos, parafraseando al doctor Herrera. ¡Sí, es mi gran mentor ideológico! Eso es lo que hemos vivido.
Se nos habló de reforma agraria, pero asistimos a la mayor concentración de tierra del Uruguay, y no en manos de unos pocos ricos con ciudadanía oriental, sino de multinacionales, de las multinacionales forestales, de los fondos de inversión extranjeros. Vivimos un gran cuento chino los que creímos en algún momento que podía encenderse una luz de independencia en el horizonte de la república. Por cierto que eso no sucedió.
El tema de la tierra, de la deuda externa y de los altos intereses siguen siendo problemas centrales en la economía. No soy un experto en economía, pero como cualquier ciudadano de este país sufro las consecuencias de una economía que veo que se desbarranca. Y luego de estos quince años, ¿qué es lo que hemos visto? La propia izquierda nos dice que hay un 60 % de analfabetos funcionales entre los educandos que integran las clases menos favorecidas; y un 30 % entre los demás. ¿Ese es el resultado de las inversiones en educación que se han hecho en este país? Digamos con dolor que no es así. Las muelas de esa gran tenaza de pico de loro que se cierne sobre el país se han apretado desde la izquierda y desde la derecha, desde lo que se llama izquierda y desde lo que se llama derecha. Esa es la gran verdad y ahí está el pueblo oriental, ahí estamos unos pocos que vemos con mucha preocupación esto y buscamos ese paso de las Termópilas donde vamos a dar la pelea por la independencia nacional. ¡La vamos a dar en serio, a pesar de que son grandes los poderes económicos del mundo y hay muchos CEO en la república al servicio de la banca internacional y de las multinacionales! Hay muchos que esperan eso. Los que estamos en Cabildo Abierto nos revelamos frente a ese futuro y hacemos lo que podemos, somos los pocos soldados de Leónidas.
De las 14:000.000 de hectáreas del Uruguay, 7:000.000 están en manos de las multinacionales. El pago de servicios de la deuda externa fue de USD 2.000:000.000. ¿A quién se la pagamos? A la banca internacional que nos pone los colmillos en la yugular. ¡Esa es la verdad! Digámoslo con palabras claras, sin tecnicismo. Y ante eso nos revelamos. De un día para el otro aparecieron 400.000 personas trabajando en negro, 200.000 desocupadas y 50.000 en seguro de paro. La industria nacional no existe y un país sin industria es un país sin trabajo; por lo tanto, estaremos arrinconados en las ciudades. Los proletarios del mundo y del Uruguay estarán en las ciudades, sin trabajo, porque hemos permitido que se barra la industria nacional. ¡Esa es una gran verdad! Si recorremos la calle Veracierto podremos comprobar que no queda una textil, y estamos hablando de un país que tenía 25:000.000 de lanares y que producía 60:000.000 de toneladas de lana. ¡Hace años que en el campo no cuereamos una vaca muerta! ¿Y saben por qué? ¡Porque el cuero no vale un peso! Resulta que es más barato curtir un cuero en Italia que en Uruguay. Es decir que van a desaparecer las curtidurías y, en consecuencia, el trabajo de muchas personas. Estamos asistiendo a la destrucción de la economía nacional, insensiblemente.
Perdone, señora presidenta, la vehemencia, pero estas son las cifras de un fracaso. Espero que en estos cinco años podamos revertirlo. Quiero confiar en que vamos a reaccionar y a desandar las políticas que aunque han cambiado los partidos políticos siguen siendo las mismas, porque los grandes poderes del mundo nos ponen unos días una caras y otros días, otras, pero los titiriteros siguen siendo los mismos.
Muchas gracias.
TE PUEDE INTERESAR: