La Federación Uruguaya de Empleados y Empleadas del Comercio y los Servicios (Fuecys) prepara un documento a ser presentado a las fórmulas presidenciales para las elecciones de octubre. El presidente de esta gremial, Favio Riverón, dialogó con La Mañana, indicando que en el sector supermercadista se han perdido entre 1500 y 2000 puestos de trabajo, ya que no se reponen las vacantes.
¿Cómo ha incidido en el empleo la incorporación de nuevas tecnologías en las cadenas de supermercados?
En primer lugar, hay que señalar que hay una característica del sector que en los últimos años se ha profundizado, y es el tema de la concentración en manos de multinacionales de las grandes superficies. Con respecto a la inclusión de la tecnología (como los tótems para autopago con tarjetas) se viene dando desde hace muchos años, pero pensamos que estas multinacionales no han incorporado más tecnología, ya que a veces la propia inversión es superior a lo que el mercado da. En otros casos, lo que te pasa es que la forma de ser de las uruguayas y los uruguayos complica la incorporación de algunas tecnologías que puede llevar al desplazamiento total de trabajadores. En realidad, el sector no ha tenido que despedir en función de la incorporación de tecnología. Es un sector en el que hay una muy alta rotación de personal en supermercadismo, entonces el solo hecho de no incorporar nuevos trabajadores, ante las renuncias, ya ayuda a achicar la plantilla. En estos últimos meses hemos visto en alguna cadena, en concreto en Ta-Ta, que se ha achicado mucho la plantilla, ya que no se incorporan trabajadores nuevos e incluso se busca que el grueso los trabajadores termine siendo de seis horas, en vez de ocho, con la pérdida salarial correspondiente.
¿De cuánto es la pérdida de puestos de trabajo en este sector en los últimos años?
La estimamos entre 1500 y 2000 trabajadores, porque se va achicando el personal. Esto obedece a la no ocupación de puestos de trabajo, frente a renuncias o jubilaciones. También existe una concentración gigante, por ejemplo, el grupo Tienda Inglesa, que además de sus propios locales, tiene el gerenciamiento de unos 40 supermercados. Cuando asumen la gerencia de esos locales, comienzan a achicar la plantilla de trabajadores y quedan con el mínimo indispensable.
Hay cambios tecnológicos, como los tótems de pago, ¿cómo observan esa incorporación?
A los clientes al principio les costó adaptarse a este sistema, pero hoy lo está usando más. Estos tótems (no todos) reciben efectivo, entonces la persona termina pasando por la caja normal. Pero la utilización del sistema tuvo algunos hechos curiosos o relevantes. Por ejemplo, en la cadena Ta-Ta fue como una inclusión “compulsiva”, ya que había locales que abrían a las 8 de la mañana, pero hasta las 10 no había personal en las cajas. O sea, si querías comprar, sí o sí debías pasar por la caja automática. Y eso fue una forma de inducir al cliente, en el sentido de demostrar que si pasabas por una caja automática no pasaba nada extraño con tu tarjeta de débito o crédito. Eso también fue parte del proceso que se vio en la adaptación por parte de la gente de las cajas automáticas.
¿Existen en Uruguay cajas automáticas que acepten efectivo?
En algunas tiendas ya hay. Lo que ocurre con este tipo de tecnología es que demora en su llegada al país, de una forma masiva, por el costo que tiene. Estas empresas, cuando lo miden en el mercado nacional, que es pequeño, se dan cuenta de que a veces determinada inversión es de muy largo tiempo en su recuperación. Por eso no se adopta tan fácilmente. Pero nosotros creemos que la tecnología va a seguir avanzando y va a seguir incorporándose en los lugares de trabajo y por vía indirecta va a provocar la pérdida de puestos de trabajo. Esa es la realidad. Entonces pensamos que hay que apostar por el lado de reconvertir a las trabajadoras y a los trabajadores, aprovechando las herramientas que existen hoy. Dos de estos instrumentos son la negociación colectiva y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional. A través de ahí podemos reconvertir trabajadores que están hoy en actividad y prever con cierta anticipación la posibilidad de que estos estén siendo desplazados por la tecnología.
¿Dentro de Fuecys cómo ven que se está desarrollando la actividad comercial en general?
El comercio tuvo una baja importante en el momento del mayor impacto de la situación cambiaria con Argentina. No era porque se estuvieran trayendo muchos productos, sino debido a que si la gente tenía un dinero de más para gastar no lo hacía en Uruguay y sí en Argentina. Durante un año y medio, más o menos, se observó esa situación, pero ahora se empezó a equilibrar. En el sector farmacia, por ejemplo, durante ese lapso, las ventas se desplomaron en lo que tenía que ver con cosmética, pero había comenzado a tener repercusión sobre los medicamentos. Sobre las ventas en la actualidad, el hecho de que hoy se hayan logrado recuperar después de cuatro años ciertos niveles salariales, que teníamos allá por el 2019, está ayudando también a que haya un poco más de plata en el mercado interno. Pero lo ocurrido con Argentina fue una situación muy compleja para los trabajadores del sector.
Para ustedes, además de la concentración en diversos sectores, ¿qué otros factores influyen en el comercio nacional?
Existe una visión del gobierno de menospreciar el mercado interno, de no verlo como algo que se debe sostener en el tiempo. Hemos planteado, más de una vez, alternativas para ayudar a que el mercado interno se dinamice, pero el gobierno de turno tiene una visión, respetable pero no compartible, de no ver al mercado interno como un dinamizador de la economía.
El sector de las concentraciones se da en grandes superficies y también en farmacias. ¿En qué otros sectores se está registrando?
Se observa, por ejemplo, en las tiendas y en el comercio mayorista. También hay una cierta concentración, aunque con más dificultades en lo que tiene que ver con el comercio minorista, con cadenas de autoservicio. Otro lugar donde se observa es en la seguridad privada, con cuatro o cinco empresas multinacionales que se disputan la mayor parte del segmento de la seguridad; en el sector de limpieza hay seis o siete empresas, alguna de ellas multinacionales, que son las que compiten por quedarse con la porción del mercado. Desde el gobierno anterior venimos planteando con preocupación el tema de la concentración en diversos sectores. En ese momento entendíamos que había medidas que tomar. Hoy esas medidas son inviables porque el mercado ya viró, está la concentración dada. La concentración en pocas manos y muchas veces multinacionales termina perjudicando al pequeño y mediano empresario uruguayo, que quiere acceder, por ejemplo, a una cadena de supermercados, pero se le imponen condiciones de pago a largo plazo. Por lo tanto, el tema de las concentraciones es algo que Uruguay va a tener que debatir.
Propuesta a candidatos
¿Qué se debe hacer para aumentar el comercio y los puestos de trabajo en este sector?
Hoy se habla muchos de la pobreza, y pensamos que si se logra generar empleo de buena calidad y bien remunerado la pobreza automáticamente comienza a bajar. El empleo generado en los últimos años es aquel que aumentó ese segmento de los trabajadores y las trabajadoras que están cobrando por debajo de los 25 mil pesos. Y en comparación con años atrás tenemos 100 mil trabajadores más en esa franja. En una ciudad como Montevideo, donde el promedio de alquiler es de 20 mil pesos, claramente es muy difícil que esas personas puedan tener la capacidad de no estar incluidas en el segmento de la pobreza. Entonces creemos que, si apuntamos a trabajar en el tema de empleo de calidad y bien remunerado, hay condiciones para mejorar lo que tiene que ver por añadidura con el tema de la pobreza. Está claro que, además de esto, el tema de la seguridad y el tema de la vivienda nos tiene bastante preocupados. Los trabajadores y las trabajadoras que más difícil se les hace llegar a la posibilidad de sostener un plan habitacional acorde, son aquellos que están por debajo de los 25 mil pesos. Y en materia de inseguridad, hoy está impactando sobre todo en los barrios donde está el grueso de nuestros compañeros y compañeras que pertenecen al sector de comercio y servicios. Entendemos que no tenemos la solución a toda la problemática, pero el movimiento sindical hace sus aportes. En Fuecys tenemos compañeros que están en el sector de la seguridad privada, por lo cual tenemos un verdadero termómetro de lo que está pasando. Por eso creemos que tenemos una batería de posibles alternativas para ayudar a tratar de mejorar, sobre todo, la convivencia ciudadana. Ese es para nosotros el centro y no debatir sobre más o menos seguridad. Hay que tratar de recuperar los niveles de convivencia que nuestra sociedad tenía hasta no hace mucho tiempo.
¿Piensan efectuar algún tipo de propuestas a los candidatos presidenciales?
En los primeros días de agosto, vamos a tener pronto un documento con 14 ejes sobre nuestra realidad. La idea es plantearlo a las diferentes fórmulas presidenciales. Lo queremos plantear como un insumo para sus campañas, y que lo apliquen si llegan al Poder Ejecutivo o tienen alguna participación en el Parlamento. Es simplemente aportar nuestra visión desde el lado de los trabajadores y las trabajadoras del comercio y los servicios de cuáles son, a nuestro entender, los temas que hoy urgen.
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