La situación del mercado laboral tras el impacto de la pandemia es alentadora, aunque “la emergencia sanitaria sigue vigente”, advirtió en diálogo con La Mañana el inspector general de Trabajo, Tomás Teijeiro. Desde el Ministerio de Trabajo se apunta a la actividad inspectiva, incluso para el teletrabajo, en un contexto muy particular.
La irrupción del covid-19 en marzo de 2020 impactó directamente sobre el empleo, provocando la pérdida de miles de puestos de trabajo y el envío masivo de trabajadores al seguro de paro. Hoy, a casi dos años de la declaración de la emergencia sanitaria, los números que presenta el mercado laboral son alentadores y dan cuenta de una reactivación sostenida.
Pero, ¿qué pasó con la informalidad? Pese al contexto complejo que vivió el mundo del trabajo durante varios meses, lejos de haber aumentado, como era de esperarse, el empleo informal disminuyó. De acuerdo a la información presentada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en enero de este año, ese indicador se redujo al 21,7%, mientras que antes de la pandemia se ubicaba en el 25%.
Esto responde, según el titular de la Inspección General de Trabajo y Seguridad Social, Tomás Teijeiro, entre otras razones, a que “tanto empleadores como trabajadores han advertido que ser formal es mucho más conveniente que ser informal, porque te da un paraguas de protección desde el punto de vista de la seguridad social que de otra manera no lo tenés”.
Uno de los objetivos principales de la dependencia es aumentar la capacidad inspectiva, en el entendido de que contribuye a la mejora de los estándares de salud y seguridad, o sea, a que haya menos accidentes de trabajo, y, por otro lado, se traduce en más formalidad y más respeto de los derechos.
En ese sentido, el jerarca sostuvo que con la pandemia quedó demostrado que aquellos trabajadores y empresas que estaban formalizados contaron con un componente de protección “fundamental”, que les permitió un tener resguardo a nivel laboral en un momento muy complicado para la sociedad en su conjunto.
Además, destacó la importancia de que el ámbito de trabajo sea “seguro” para las personas, tanto a nivel físico como emocional, donde “no exista violencia, acoso ni discriminación”.
Cambio de planes y nuevas tareas
La pandemia implicó diversos retos para la actividad inspectiva del MTSS. Entre otras cosas, el programa que las autoridades planeaban desarrollar en esta área debió adecuarse a la nueva realidad marcada por la llegada y expansión del covid-19.
Ante este escenario inesperado, la respuesta de los grupos de inspección fue “muy buena”, destacó Teijeiro, así como la actuación del equipo de primera línea del ministerio, liderado por el ministro Pablo Mieres y el subsecretario Mario Arizti, que ha sido “muy proactiva”. Ellos implementaron “soluciones” a las distintas problemáticas que implicó la pandemia, que permitieron tanto a las empresas como a los trabajadores tener herramientas para poder “paliar” las circunstancias más difíciles que la misma dejó, agregó.
Para el entrevistado, la evaluación de las acciones de la Inspección de Trabajo es “muy positiva”, dado que hay un alto grado de compromiso del funcionariado, que ha hecho “una gran labor” en el trabajo de campo, pero también a nivel administrativo. En paralelo, se profundizaron las tareas en las comisiones tripartitas de salud y seguridad que funcionan en la órbita de la institución, así como en el Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo (Conassat) y en el Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil.
Enfoque en los protocolos sanitarios
En lo que respecta a la organización interna, si bien había metas fijadas de actualización de normativas –algo frecuente en el área–, la pandemia obligó a poner el foco en otras cuestiones, como el desarrollo de protocolos laborales para hacerle frente al virus. Esto demandó un fuerte trabajo del Conassat y un significativo contralor del cumplimiento de las nuevas reglas establecidas en los momentos más duros de la pandemia y posteriormente también.
“Hay que tener claro que la emergencia sanitaria sigue vigente, así como las resoluciones del Conassat que dispusieron determinados parámetros macro que después fueron contenidos en los protocolos sectoriales a los cuales se fue arribando. Los equipos inspectivos de la División de Comisiones Ambientales de Trabajo han ido trabajando de acuerdo a cada etapa de la pandemia”, explicó Teijeiro.
El contexto actual es diferente a las fases anteriores en cuanto a la circulación y los efectos del covid-19, aunque los inspectores continúan haciendo relevamientos. A lo largo del último trimestre se ha detectado un cumplimiento de los protocolos por parte de empresas y trabajadores que está por encima del 90%, informó. Esto significa que la gente ya “ha asumido” determinadas conductas como “propias y naturales” para una circunstancia sanitaria como la que atraviesa el país, dijo, en referencia, por ejemplo, al distanciamiento, el reforzamiento de la higiene, el uso de tapabocas en forma debida, entre otros cuidados que las personas han incorporado a su vida diaria.
La regulación del teletrabajo
En los últimos meses, la Inspección de Trabajo se ha dedicado con mayor énfasis a la reglamentación del teletrabajo, modalidad que ha crecido notoriamente con el advenimiento de la pandemia y que está regulada desde agosto del año pasado, cuando se aprobó la ley que le otorga un marco legal a esta práctica utilizada cada vez con más frecuencia.
Los relevamientos inspectivos en el teletrabajo –a diferencia del trabajo presencial, donde pueden ser de oficio– son a instancia de parte, pues es el trabajador quien debe realizar la denuncia y aportar la prueba para que el órgano del MTSS pueda investigar sobre esa base.
De todas maneras, el inspector general de Trabajo comentó que hay circunstancias diferentes a atender. “En esta materia es donde la contemporaneidad nos ha caído encima y hay que innovar, tratar de incorporar a los mecanismos inspectivos tradicionales otros más nuevos, incluyendo tecnología o formas en las que podamos constatar esas situaciones en las que pueden llegar a vulnerarse los derechos”, aseveró.
Dinámica de las relaciones laborales “cambió del conflicto al diálogo”
Uruguay tiene una honda trayectoria en materia de derecho laboral y de salud y seguridad en el trabajo. De hecho, ha sido pionero en la consagración de muchos de los derechos laborales que hoy son naturales en numerosas partes del mundo, tales como la ley de ocho horas y la prohibición del trabajo de los menores.
Hoy el país se encuentra en una posición “muy avanzada” en ese aspecto, pero todavía queda mucho por hacer, según Teijeiro. En esa línea, subrayó que es necesario que los cuerpos inspectivos tengan una permanente presencia en el territorio para ir ajustando las cuestiones que se van dando en un ámbito tan dinámico como es el trabajo, donde los medios de producción y servicios van cambiando y surgen nuevos desafíos y riesgos.
Por otro lado, el jerarca afirmó que durante los últimos dos años “se ha ido cambiando el foco que tenían las relaciones laborales, pasando de una dinámica que era mucho más de discusión y de conflicto a una de diálogo”. Eso “revela” que las partes de una relación de trabajo tienen el mismo interés, que es prosperar, el cual tiene que estar basado en algunos mínimos en materia económica, pero también en estándares de salud y seguridad.
En ese sentido, el objetivo primordial de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social es seguir trabajando en los ámbitos tripartitos y en el Conassat, de modo de generar el marco para que las partes puedan entenderse y con ecuanimidad mejorar todo lo que tiene que ver con la salud y seguridad en el trabajo, así como con la formalidad.
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