Con motivo de su recorrida por diferentes departamentos, Aldo Velázquez, vicepresidente del INAU, fue entrevistado en el programa La Voz de La Mañana de radio Oriental. Entre otros temas el jerarca analizó la situación de los CAIF, la nueva Ley de Adopciones incluida en la LUC y las adicciones en los niños y jóvenes institucionalizados.
¿Cuál ha sido su evaluación de la recorrida que efectuó en distintas zonas de nuestro país?
El resultado es muy disímil dependiendo del departamento, incluso de un servicio a otro. El INAU no se caracteriza por tener aspectos claros. Con lo que vimos sobre los CAIF, en el caso de Rivera, nos llevamos una grata sorpresa de ver muchos niños, pero en otros lugares los encontramos casi vacíos. Es en verdad una realidad muy desalentadora con la cual estamos en un proceso de reingeniería de estos centros, tanto de cómo se atienden a cómo se pagan para no generar infraestructura ociosa.
¿Cuánto se invierte en los CAIF?
Tenemos muchas formas de pagos indistintas, pero un niño en un tiempo parcial nos hace desembolsar $ 11.000 por mes y si a esto encontramos un 30% de ocupación, entonces estamos pagando más que un colegio privado. Pagamos por cupos no por cuántos efectivamente concurran, no disponemos de sistemas como GURI en primaria. Estamos desarrollando este tipo de control, pero al momento no tenemos sistemas, solo auditorías y la intuición de nuestras recorridas.
¿Ha existido una auditoría de gestión?
Auditar de forma permanente es imposible para nosotros porque no tenemos tantos supervisores en INAU para el interior, y a esto debemos sumar viáticos lo cual resulta carísimo. La forma de controlar esto es tener una libreta digital para que las asociaciones carguen al sistema y sí hacer controles sorpresa para validar esto.
¿Cuentan con los rubros para una anunciada futura expansión?
Nosotros tenemos la inversión asegurada y es más que suficiente para la expansión del plan CAIF. Lo que carecemos es de potencial de ejecución ya que no es en cualquier zona que se puede colocar un centro; muchas veces no tenemos lugares, por eso dependemos de la gestión de las intendencias. Además, tenemos baja asistencia, por eso pienso que es más prudente tomar parte de esa inversión y volcarlos al área de la adolescencia ya que tenemos pocos recursos y tiene varias carencias.
Tenemos un déficit muy grande en ese sentido, más cuando pensamos en adolescentes con problemas de adicciones. Esa es mi propuesta y que trato de impulsar a nivel legislativo para modificar el destino de algunos fondos si no vamos a tener muchos centros vacíos.
En referencia a la LUC, ¿cómo se marca la postura del INAU sobre los artículos que lo involucran? ¿Cómo se trató este tema y cómo se trató lo vinculado a la Ley de Adopciones?
Es necesario aclarar esto: la adopción no es el derecho de una familia de adoptar. Si bien hay muchos que tienen ese interés, es el derecho de un niño estar en una familia, por eso debemos tenerlo en cuenta cuando pensamos en el paso de él hacia una familia. Nosotros tenemos que focalizarnos en el niño y es importante que tenga que llegar a una buena familia. En el seno del directorio no existió mucha controversia porque en la época que asumimos ya estaba laudado, pero por fuera participamos en ellas. Recordemos que hace un tiempo el INAU no tenía el monopolio de las adopciones, eso se cambió y se le dio al INAU, pero generó un proceso muy lento y engorroso. En la LUC se agregó que en el caso en el que un niño esté integrado en una familia y por los lazos que existen se generaría un daño, por eso el poder judicial por sus propios medios puede decretar la adopción.
Con respecto a esto, ¿qué opina sobre los tiempos de valoración de familias?
Los tiempos para valorizar las familias solicitantes bajaron de 48 meses a 22 en Montevideo y 18 en el interior. El número de familias valoradas que en el año 2018 fueron 96, el número se mantuvo en los años 2019 y 2020 y aumentó a 215 en el año 2021. Es importante destacar que el personal que realiza las valoraciones se compone de egresados universitarios con licenciaturas de Trabajador Social o Psicología y en algunos casos con cursos de posgrado, diplomaturas o maestrías. En lo que refiere a las condiciones de adoptabilidad, debido a la dinámica permanente en los padrones de la División, no es posible obtener el número exacto de condiciones de adoptabilidad decretadas en un año en particular.
Se maneja el número de 400 niños aptos en situación de adopción, ¿son correctos estos números?
En protección del INAU hay 5000 niños, casi 3000 están en hogares del INAU y el resto están en familias de acogimiento; hay situaciones muy variadas. Cuando no hay vínculos externos, se tramita la adopción, es algo que se evalúa siempre. Había todo un tema sobre cuáles casos tramitar y cuáles no. No todos están en condiciones de adoptar y en caso de que exista un niño que se encuentra en ese escenario, como un adolescente, se evalúan estas opciones y el Poder Judicial no auxilia. Nuestro interés en materia de urgencia son los bebés.
En referencia a los entornos en los cuales existen problemas de adicciones, ¿se está tratando esto?
Se trata, pero yo creo que todo el tema es un gran debe de todos y no está en la mesa del día a día; sin embargo, es un calvario para muchas familias y el Estado no tiene las respuestas suficientes. Tenemos pocos cupos, tenemos centros que atienden muchos casos de vulnerabilidad, pero no en materia de adicciones. Tenemos convenios con algunas organizaciones sobre estos temas, pero no tenemos los suficientes. Además, es claro que es necesario un tratamiento a largo plazo, debemos generar más cupos e inserción social. Sí se puede desintoxicar, pero la rehabilitación en sí es una tarea muy larga. Tenemos a veces chicos que salen y tienen un hijo con 18 años y a veces esos hijos ingresan al INAU lo cual incrementa el gasto. Si aplicamos planes efectivos, incluso desde lo económico, veríamos un gran avance.
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