Se están cumpliendo dos años de una serie de incendios forestales que afectó gravemente algunas localidades del litoral, mientras se sigue analizando en el Parlamento un proyecto sobre esta materia.
Uno de los lugares más afectados por los incendios fue Piedras Coloradas, una localidad ubicada a 48 kilómetros de Paysandú, y a una misma distancia de Guichón. La localidad tiene una población de casi tres mil habitantes y si se suman otras localidades de la zona en esa área forestal del país viven unas seis mil personas.
En enero de 2022 se desató un importante incendio en Río Negro, a veinte kilómetros de Piedras Coloradas, que avanzó entonces hacia una zona de Paysandú que tiene cuatro centros poblados y si bien no se vio afectada ninguna vivienda, en el paraje Las Flores (cercano a Piedras Coloradas) el fuego estuvo a metros de algunas casas. Las afectaciones fueron zonas forestadas, pastizales y la vida animal del lugar.
Al realizar una evaluación de lo acontecido, el alcalde de Piedras Coloradas, Jhon Alex Cáceres, señala que “se trató de una situación pasada que trajo algunas cosas positivas en el aspecto económico. Esto es porque se movió mucho más el tema de los alambrados de los predios, lo que no estaba previsto. Se tuvieron que hacer unos cuantos miles de metros de alambrado a nuevo y eso hizo que incluso llegara a trabajar gente de otro lado”.
Cáceres explicó a La Mañana que también “se adelantaron algunas cosechas”, o sea montes que se cosecharon para poder volver a plantar porque los árboles afectados ya no iban a servir para otra cosa que no fuera leña.
El incendio tuvo como consecuencia también que se replantaran veinte mil hectáreas y “a largo de 2023 hemos tenido mucho movimiento de camiones”, algo que también ha afectado lo que es la caminería rural.
En la zona había montes que no estaban listos para cosechar, por lo cual se entiende que hubo un adelantamiento de los trabajos previstos para dentro de cinco o seis años. No obstante, el alcalde de Piedras Coloradas no considera que un adelantamiento de la cosecha termine afectando el trabajo en la zona, ya que en los montes que tenían una cosecha más próxima no fueron afectados.
“Por suerte, hasta ahora, dos años después de los incendios, no hemos tenido complicaciones económicas por el tema del incendio”, sostiene Cáceres.
Un tema central es el alejamiento de los montes respecto las poblaciones. Cáceres explica que en las nuevas plantaciones “se han apegado a la ley vigente, pero no existe una normativa que exijan algunas cosas que pretendemos”. Dentro de nuevas normas voluntarias, se firmó un convenio con la Sociedad de Productores Forestales en el que se estableció que los montes forestados deben estar a doscientos metros de las zonas pobladas. Pero esto no es una ley, sino un acuerdo. Cáceres indica que en Piedras Coloradas y otros poblados existen productores más chicos que no son miembros de la Sociedad de Productores Forestales “y no cumplen con ese acuerdo porque no lo firmaron y los montes quedaron a veinte metros de las casas”.
La única solución a esto es el proyecto de ley que está a estudio del Parlamento denominado Prevención y Combate de Incendios Forestales. En él se establece que se establece la prohibición de la actividad forestal dentro del radio de quinientos metros desde el límite de zonas urbanas y suburbanas.
Frente a esta propuesta, Cáceres señala que existe una realidad para los productores más pequeños, ya que si se le sacan los quinientos metros propuestos “pierden el cincuenta por ciento de su campo para forestar”.
“Eso es toda una contradicción y tenemos que ver cómo llegamos a un acuerdo. En Piedras Coloradas tenemos, por ejemplo, campos forestados casi pegados a las casas y en Orgoroso, el monte es separado por una calle de donde vive la gente”, dijo el alcalde. Y recordó que “durante el incendio de 2022 entre el monte que se incendiaba y las casas, había un aserradero abandonado, que si lo llegaba a agarrar el fuego, el pueblo no la contaba”.
Sobre el proyecto de ley contra los incendios forestales, dijo que “hay cosas que afectan un poco al sector forestal y a la economía”. Una de ellas es lo referente a los retiros, los cuales considera “en algunos casos medio exagerados”. Si bien para Cáceres los retiros son importantes, “se pueden hacer de doscientos metros, pero si esa distancia entre lo forestado y el pueblo no lo mantiene nadie, estamos en la misma. Otro tema es quién se hace cargo de los controles. Existen actualmente normativas, pero no se aplican. La forestación en nuestra zona está hace sesenta años y nunca hubo control. El control lo hacen en los papeles, cuando presentan un proyecto, pero después en territorio no viene una persona fiscalizar, para saber si se hicieron bien las cosas, como ser los cortafuegos, las tomas de agua y los pastos cortados”.
También el proyecto de ley a estudio parlamentario plantea que los predios deberán subdividirse con áreas cortafuegos interiores en superficies no mayores a cincuenta hectáreas efectivamente plantadas. Las áreas cortafuegos consistirán en franjas de cincuenta metros de ancho como mínimo “libres de árboles”, en las cuales se controlará el desarrollo de la vegetación de forma que no constituya un factor de propagación del fuego.
Las áreas cortafuegos serán complementadas con franjas adyacentes de seguridad en las plantaciones vecinas de cinco metros de ancho que deberán mantenerse libres de arbustos y de residuos de podas y raleos y se podarán las ramas bajas de sus árboles hasta una altura de aproximadamente dos metros.
Inversión de forestales
Sobre el trabajo de las empresas forestales denominadas grandes, el alcalde indica que para la vigilancia contra los incendios “todas han invertido mucho dinero. El año pasado teníamos quince cámaras de vigilancia con inteligencia artificial y ahora se suman otras. Además, hay tres avionetas y tres helicópteros, más todo el equipamiento terrestre. No obstante, sé que no hay un incremento de bomberos en la zona, los cuales cuentan con el mismo equipamiento de hace dos años”. Los destacamentos existentes para la zona son los de Guichón y Paysandú. El alcalde señala que “llega el verano y fortalecen los destacamentos en la zona este, pero acá seguimos en lo mismo”.
En el proyecto de ley se establece que “los centros poblados vecinos de predios forestados, que se encuentran a quinientos metros o más de un macizo forestal contarán con un destacamento de Bomberos local dotado de personal y equipamiento adecuado, así como depósitos de agua en volúmenes suficientes, para la eventualidad de incendios forestales”.
Este año la ventaja con que cuenta la zona es que han sido meses muy lluviosos, por lo cual la tierra tiene un alto grado de humedad y desde diciembre no se registra ningún incendio.
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