Ante el avance de la violencia en nuestro país y la preocupación en ascenso por la inseguridad pública por parte de la población, La Mañana dialogó con el equipo asesor en seguridad del partido Cabildo Abierto respecto al abordaje integral del crimen organizado transnacional (COT).
Ante la ola de asesinatos que afecta a nuestro país, “consideramos que ya se justifica el plan nacional estratégico de blindaje del país contra el crimen organizado transnacional, que sea capaz no solo de garantizar la seguridad pública sino también de galvanizar nuestras fronteras. Porque resulta evidente que no es posible seguir siendo tan solo reactivos, con esa lentitud elefantiásica frente a lo que está sucediendo, sino, en cambio, debería adoptarse una actitud de centinelas preventivos, con estructuras proactivas ante los peligros, sean estos presentes, lejanos o potenciales”, subrayó el comisario general (retirado) Gustavo Sánchez Paleo, quien integra el equipo de asesores de seguridad de Cabildo Abierto (CA).
El especialista explicó a La Mañana los planteos de su fuerza política en esta materia, sobre los que es necesario avanzar y profundizar.
“En primer lugar hay que decir que tenemos un concepto particular y tal vez algo subjetivo que entiende el funcionamiento del Estado en materia de seguridad pública como un paradigma reactivo-circunstancial. Es decir, que acciona tomando medidas defensivas, progresivas, a veces tardías e insuficientes, cuando los acontecimientos ya han sucedido, o se avizoran o bien se presentan en el horizonte fáctico cercano”.
“Así pues, sería muy bueno instalar en la cultura general de la sociedad y de la administración estatal, no la práctica de este método reactivo circunstancial –que por cierto ya sabemos que no funciona– sino un novedoso paradigma proactivo y con una planificación progresiva, con diferentes niveles temporales, flexibles, adaptables y sustentables en el tiempo, fuera de los avatares electorales de cada cinco años”, planteó Sánchez Paleo y agregó: “Entiéndase por esto ir al encuentro de los problemas desde el hoy, antes de que se instalen, con una verdadera política de Estado que no sea refundacional y vigente apenas por un solo lustro”.
“Este accionar, reglado por un plan maestro, en primer lugar, puede evitar, disuadir o atenuar la ocurrencia del problema. En segundo lugar, es posible atacar el fenómeno negativo de manera oportuna, apropiada, proporcional y con los medios y acciones pertinentes”, manifestó.
Distinguir el delito común y el crimen organizado trasnacional
El especialista explicó que “la seguridad pública del país se ajusta con exactitud a los conceptos señalados y aplican exactamente a la historia de la Policía Nacional, que ha actuado en forma reactiva contra la delincuencia, tanto como los restantes organismos estatales. Y no nos referimos a las funciones preventivas, preventivo-represivas, investigativas o únicamente represivas, dado que todas estas son fases de actuación en los diferentes niveles de la organización policial, sean tácticas, técnicas o estrategias de índole reactivo, cuando el hecho operativo ya ocurrió, o se plantea en lo inmediato, pero no a mediano o largo plazo”.
Lo importante aquí para resaltar dijo Sánchez Paleo “es que el Ministerio del Interior debería distinguir nítidamente entre el delito común, el cual algunos indicadores dicen ha disminuido tras la pandemia; y el COT que ha venido aumentando rápidamente. Porque no se puede catalogar de la misma forma al punguista, al arrebatador, al rapiñero, con otras modalidades de delitos que corresponden a otros niveles de organización”.
En ese sentido “el embrión de las organizaciones criminales es la banda que se organiza para efectuar determinados asaltos, luego, si sube de nivel se transforma en mafia, hasta alcanzar un nivel de organización empresarial como el que tiene crimen organizado trasnacional”.
“Al tiempo que el COT se expande, otras organizaciones criminales de menor escala como las mencionadas les pueden ser funcionales acoplándose a su estructura. Por eso resulta imprescindible disponer de indicadores que sean capaces de dar indicios de un progresivo avance del COT en la sociedad en relación con otros delitos comunes”, indicó.
“El COT se desenvuelve en toda nuestra región, como en el resto del mundo, con una enorme variedad de actividades, con una dinámica empresarial y en general con las metodologías típicas de la economía de mercado. Sus protagonistas analizan sus propias fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (análisis FODA), dado que, por tratarse de organizaciones criminales, obviamente, sus modalidades para cada ítem obedecen a sus métodos delictivos propios”. En este sentido, “se manejan con características propias de la economía en cuanto a búsqueda de mercados, medios de producción, diferentes tipos de productos de la subregión o importados; así como a diferentes formas de transporte, distribución, acopio, depósitos, etcétera. Todo sujeto a la oferta y la demanda. Esto es visualizado en el tráfico de narcóticos y de sus precursores”, explico el asesor en seguridad.
“No obstante, es preciso señalar que, como toda empresa, estas deben mantener su vigencia con muy diferentes métodos como las inversiones, las innovaciones, el crecimiento, la expansión y diversificación de actividades y productos. Ergo, esto mantiene, sustenta y expande su vigencia. Por eso podemos ver los tentáculos del COT, además del macro narcotráfico, en el tráfico de armas y sustancias explosivas o peligrosas, de personas migrantes, de trabajadores, de blancas y otras que pueden surgir como préstamos usurarios y amenazas”.
“Todas estas alternativas son utilizadas por las organizaciones para el lavado de activos, para incrementar sus activos financieros, actividades de dominio territorial (colonización) y alianzas criminales de otros países, ciudades, o nexos carcelarios; para lograr implementar sociedades y vínculos que oficien de anclaje para extender su dominio territorial-barrial”, explicó.
“Estos movimientos tienen como finalidad llevar adelante ciertas estrategias como el sicariato [homicidios], mutilaciones, torturas y otras demostraciones para provocar primero el silencio y luego el terror en las poblaciones objetivo y vulnerables, a fin de disuadir eventuales rivalidades u oposiciones. Asimismo, utilizan la privación de libertad, el secuestro, la extorsión, asaltos y cualquier otra figura delictiva a guisa de castigo, para que contribuya a la obtención de sus objetivos”, agregó Sánchez Paleo.
“Sin duda se busca corromper, extorsionar, sobornar, captar y utilizar las instituciones públicas: como actores políticos, operadores sociales, magistrados judiciales, fiscales, funcionarios aduaneros y efectivos policiales y de las Fuerzas Armadas”.
“Por otra parte, nada obsta a la necesidad de cooptar las actividades privadas como empresas de transporte, logística, seguridad, etcétera, a fin de para utilizarlas en sus cadenas de actividad. Sobre todo, transporte, distribución, acopio, exportación e importación ilegales y subrepticias, por todos los medios a su alcance. Logrando la complicidad, el concurso y encubrimiento de personas corruptas o que por amenazas logran ser víctima de ese cohonestar propiciatorio de las actividades mafiosas”.
La urgencia de tomar medidas para blindar nuestro país
“Queremos resaltar que es ahora cuando se deben tomar las medidas reales e integrales para blindar nuestro país. Para que este flagelo no se arraigue, no hay otra alternativa que galvanizar nuestras fronteras de la mejor forma posible. Estimamos, por cierto, que ya hay manifestaciones –elementos esenciales de información– de que nuestro territorio ya está en el mapa del COT como lugar de sumo interés. Si no hemos alcanzado el estadio de ser un país con un Estado fallido ni tan corrompido en sus diversas estructuras es debido a que aún no hemos pasado de la primera a la segunda fase, por lo cual estamos entre Bolivia, Paraguay y Chile”, indicó Sánchez.
“Insistimos en que es insoslayable variar el paradigma operativo, el cual deberá mutar definidamente del modelo reactivo a uno proactivo-preventivo”.
Agregó que hoy por ejemplo “no tenemos –y llevaría un buen tiempo tenerlos– la capacitación y el despliegue de fuerzas policiales realmente disuasivas, como asimismo se carece y es preciso adquirir y poner en funcionamiento escáneres fijos y móviles, radares de diferentes prestaciones, lanchas patrulleras marítimas y fluviales, así como aeronaves de ambas índoles, una flotilla de drones artillados y munidos de cámaras y bases de respuesta factibles, etcétera”.
“Se debe cambiar de raíz esa forma de ver por bloques, basados en intereses de variada índole, para pasar a un accionar sustentado en una política de Estado ofensiva, que desestimule los intereses mafiosos y el COT para que busque otros caminos y desvíe sus rutas a lugares o zonas menos controlados. En caso contrario seguiremos corriendo de atrás al problema, con el agravante que continuará ad eternum la pérdida de vidas de compatriotas, en un espiral que, a no dudarlo, retroalimenta el sentimiento de inseguridad”, concluyó el comisario general (retirado) Sánchez Paleo, integrante del equipo de asesores de seguridad de Cabildo Abierto.
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