El aumento de los asentamientos que se arrastra desde los períodos anteriores y que empeoró con la pandemia hace que sea importante el déficit habitacional actual. Sin embargo, hoy desde el Ministerio de Vivienda se están ejecutando diversos programas para minimizar esa problemática, contemplando a los sectores más vulnerables. Así lo dijo a La Mañana el flamante titular de la cartera, Raúl Lozano, quien destacó también los planes destinados a la clase trabajadora. Por otro lado, recordó su pasaje por el Senado y contó qué hechos lo marcaron a lo largo de su carrera militar.
¿Cómo tomó la designación para ser el ministro de Vivienda?
Fue totalmente inesperado, no pensaba venir al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT). En el Senado desde el principio fui el coordinador de Cabildo Abierto (CA) y tuve la oportunidad de desarrollar una muy buena relación con los distintos coordinadores de los partidos que año a año fueron rotando y con la vicepresidenta Argimón. Pudimos intercambiar algunas ideas y conceptos, a veces con disenso, pero generalmente tratamos de buscar consensos y de que el sistema político respondiera de la mejor manera a los distintos problemas de la gente. Y ahora me toca el honor y el orgullo de ser el ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, donde tenemos muchas expectativas.
Lo mío desde siempre ha sido la gestión, por lo cual me siento muy a gusto acá y pienso que vamos a poder desarrollar el máximo de los programas tanto en lo que tiene que ver con las viviendas como con el ordenamiento territorial. Ambos son grandes temas estratégicos para el país, fundamentalmente la vivienda en cuanto a la sensibilidad social hacia aquellos que menos tienen o que viven en lugares indignos. Ahora tenemos la suerte de poder gestionar el presupuesto más grande que se ha otorgado para viviendas de carácter social, como los asentamientos, pero también tenemos muchas expectativas en el programa Entre Todos-Sueños en Obra, que es para la clase trabajadora, la clase media, media-baja, para que puedan acceder a la vivienda.
¿En qué medida ha mejorado esto el acceso para la clase trabajadora?
El uruguayo antes tenía que optar entre alquilar o, de acuerdo a sus posibilidades, tratar de comprar una vivienda. En este programa está la alternativa de alquiler con opción a compra, por lo cual, así como se paga un alquiler, se va pagando la propia solución habitacional. Entonces, con esos dos grandes programas, el de la clase trabajadora y el Avanzar, que incluye el Juntos, el Programa de Mejoramiento de Barrios, el Plan Nacional de Relocalizaciones, pensamos que vamos a lograr el objetivo que es tener más y mejores viviendas para todos los uruguayos.
¿Cómo encontró el MVOT al tomar posesión del cargo? ¿Cómo evalúa lo que se ha hecho hasta el momento en la materia?
Nosotros dijimos desde un principio que íbamos a trabajar en todos los programas y a tratar de gestionarlos de la mejor manera para que lograran ejecutarse. Aspiro a que ese presupuesto que yo decía que es inédito para el país se logre ejecutar en este período de gobierno, pero de todas maneras la vivienda tiene que ser una política de Estado. Hace unos días concurrimos al lanzamiento de un libro al cumplirse los 55 años de Mevir, donde estuvieron presentes los expresidentes Sanguinetti y Mujica, y ambos dijeron lo que era para ellos esa obra magnífica creada por el Dr. Alberto Gallinal Heber, la importancia que tenía en cuanto a la erradicación de la vivienda insalubre rural. Hoy, después de la Ley de Urgente Consideración, el Mevir también ofrece posibilidades de refacciones o viviendas nuevas para aquellas localidades o ciudades con hasta 15.000 habitantes. Mevir cumple un rol muy importante en estos centros poblados, y allí vimos una política de Estado que se ha continuado con todos los gobiernos sin importar su signo político, por eso pensamos que todos estos programas que estamos desarrollando van a continuar, para tratar de solucionar este gran problema que ya tiene muchísimos años.
¿Cuál es la situación actual del déficit habitacional?
Terminados los 15 años de gobiernos del Frente Amplio, unas 200.000 personas vivían en asentamientos irregulares, que no dejaron de crecer durante todos esos años, y a eso se le sumó la pandemia, entonces, el déficit habitacional es muy importante, pero hoy estamos ejecutando diversos programas para tratar de ir minimizando esa problemática de vivienda que tiene el país.
¿Cuáles son los mayores escollos en materia de gestión de vivienda? ¿En qué medida el cuidado de las cuentas públicas limita las posibilidades de la cartera de generar nuevas soluciones?
El Plan Avanzar cuenta con un presupuesto importante, a los US$ 240 millones se le sumó un fideicomiso de US$ 240 millones más, lo que totaliza US$ 480 millones. Hasta el momento se han ejecutado más de US$ 150 millones. Tenemos un futuro venturoso, pero no se va a eliminar la problemática de los asentamientos ni siquiera con este presupuesto, porque, como decía, tiene que haber una política de Estado y hay que seguir trabajando a lo largo de los próximos años para terminar con este problema. Los sectores más vulnerables están contemplados dentro de esos programas. Hoy hay presupuesto para seguir trabajando a muy buen ritmo, se está haciendo y vamos a tratar de darle un impulso aún mayor para poder ejecutar las obras y entregar las llaves de las viviendas lo más rápido posible. También es muy importante el Entre Todos-Sueños en Obra para las personas de clase media y media-baja porque es la clase trabajadora, la que tiene un ingreso mensual. En ese sentido, se les brinda una serie de facilidades aparte de los subsidios para que puedan acceder a la vivienda.
¿Qué objetivos le gustaría dejar encaminados en lo que resta del período?
A mí me gustaría que nos dieran los tiempos para poder ejecutar todos los dineros disponibles, cosa de poder darle solución habitacional a la máxima cantidad de personas posible. Es un objetivo realmente ambicioso, hay presupuesto y lo que se necesita es tiempo para poder desarrollar y gestionar de la manera más rápida que se pueda.
¿Cuál es la importancia del impulso a la construcción en madera?
Es muy importante. Sin ir más lejos, hace unos días firmé unos convenios con la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) para la construcción en altura de edificios en Durazno. Con la forestación tenemos mucha madera, pero no tiene casi valor agregado. La construcción de casas en madera, que para otros países es muy común, en Uruguay prácticamente no se ha desarrollado y creemos que ahí hay una ventana importante para tratar de fortalecerla. Además, lleva menos tiempo de construcción y existen diversas formas de minimizar los riesgos para los distintos aspectos en cuanto a la durabilidad y los problemas que puede tener –siempre se piensa en los incendios, por ejemplo–. Esperamos que las construcciones en madera lleguen a ser una realidad en el país.
¿Qué cree que puede aportar desde este rol dada su experiencia?
Yo siempre digo que mi fortaleza es trabajar en equipo, eso quiere decir darle a cada uno de los integrantes de este ministerio la relevancia, el reconocimiento y valorarlos en sus distintas funciones como una parte importante de la cartera.
¿Qué balance hace de sus más de tres años en el Senado? ¿Cuáles fueron los principales temas en los que trabajó?
Yo trabajé en casi todos los temas que se trataron en el Senado de la República al estar todos los años de coordinador. En muchos casos pudimos llegar a consensos, entendernos, ver las distintas posiciones, siempre con respeto hacia la persona y sus ideas. Tengo buena relación con los integrantes de los otros partidos y eso para mí fue importante. De hecho, cuando me tocó venir para el ministerio, muchos de los colegas de los otros partidos me manifestaron hasta que me iban a extrañar. Es fundamental seguir buscando los puntos de consenso con los distintos partidos, sabiendo que todos somos diferentes, para tener un mejor país y para el bienestar de nuestros ciudadanos.
Trascendió que, ante la crisis de la coalición, usted era partidario de no abandonarla. ¿Por qué le pareció importante su continuación?
Para mí era muy importante mantener a la coalición republicana. Debido a su caudal electoral, Cabildo tiene un número relevante de legisladores que constituyen la llave para aprobar cualquier proyecto de ley, por lo cual es un partido muy importante de la coalición.
¿Cuáles son las mayores preocupaciones de CA a nivel nacional?
Estamos muy preocupados por la reestructura de la deuda de las personas físicas. El propio presidente del Banco Central (Diego Labat) dijo que había 630.000 deudores incobrables y hay un millón de personas en el clearing. Todo eso afecta a las personas, prácticamente es la muerte civil. Incluso, muchas veces es gente que no puede ser considerada en los distintos programas del MVOT por ser deudor o encontrarse en el clearing, por lo cual es muy importante que lleguemos a una solución.
¿Le gustaría que se les dé mayor importancia a los proyectos de Cabildo?
Fueron muchos los proyectos que CA presentó y algunas veces sentimos que no se les dio la relevancia que tienen. Todos ellos obedecen a problemas reales de la gente, no son proyectos como los que uno ve por allí a veces, que realmente no se sabe bien para qué se elaboran o cuál es el problema real que se quiere solucionar. Cabe destacar que hace poco se aprobó el proyecto de personería jurídica de las organizaciones sindicales y de trabajadores y empleadores, que fue CA quien puso el tema arriba de la mesa.
Su padre era coronel y su madre maestra. ¿Usted siempre supo que seguiría la carrera militar?
Cuando yo era jovencito, mi padre era militar, pero me entusiasmaba para que siguiera abogacía. Sin embargo, quise ser militar y él estaba muy contento con eso. Yo seguí la carrera militar por mi vocación personal y no porque mi padre me hubiera influenciado.
¿Por qué quería que fuera abogado?
Yo era muy buen estudiante en la escuela y en el liceo y él me veía como que siempre estaba tratando de defender causas justas, entonces, insistía con que mi vocación podría ser la abogacía.
¿Cuándo descubrió su vocación?
Cuando tenía 13 o 14 años.
Imagino que igualmente su padre fue una influencia en algún sentido.
Claro que lo fue. Vivimos épocas difíciles donde Uruguay estaba dividido en aquel mundo bipolar en el cual existían las guerrillas, aparatos terroristas en los distintos países de América que muchas veces eran influenciados por la Unión Soviética o por Cuba. Fueron años de violencia que tristemente vivió el país y quizás eso también me llevó a no permanecer por fuera de ese tema y quise en mi juventud inmiscuirme en la defensa de la democracia.
¿Cuál es la importancia del ejército para un país como este?
El Ejército Nacional es una institución fundadora de la patria, estuvo en todos los momentos, los buenos y los malos, pero hoy es más valorado en el exterior que aquí. La labor que han hecho los soldados uruguayos en los distintos países donde les tocó actuar, Camboya, Angola, el Congo, Haití, ha sido muy valorada por la comunidad internacional, y sin embargo acá no ha sucedido de la misma manera. Es la institución que salvaguarda nuestra soberanía, independencia, y es importante su presencia. Algunos ponen como ejemplo países como Costa Rica, que no tiene Fuerzas Armadas, pero están sometidos a las de otros países, en el caso de ellos, de Estados Unidos. Yo quiero que los uruguayos podamos decidir nuestro futuro por nosotros mismos y no que vengan de otro país a hacerlo. La Constitución es nuestra ley fundamental y a eso nos tenemos que atener.
¿A qué atribuye que el ejército sea más valorado en el exterior que en nuestro país?
Yo creo que influyó la dictadura. Ha existido un relato constante que muchas veces niega lo que verdaderamente es: la institución más humanista que hay en este país. No existe otra institución en la cual los superiores se preocupen de la vida de los subalternos como en este caso… cómo viven, dónde viven, si los hijos van a la escuela, si tienen atención médica. Otras instituciones no son tan solidarias ni humanistas.
¿Cuáles son los mayores desafíos de los militares? Es una vocación muy sacrificada. ¿Qué valores destacaría?
El militar está al servicio de la patria. Si es necesario, está preparado para dar lo que uno más puede valorar que es la vida. Y tiene una serie de valores como la patria, la familia, la soberanía, la independencia, el respeto a nuestra Constitución, a nuestras leyes, manteniendo las tradiciones propias del uruguayo.
Las críticas que muchas veces reciben, por ejemplo, cuando se debaten temas como la seguridad social, la mal llamada Caja Militar, ¿son entendibles o son acusaciones injustas?
Pienso que son acusaciones injustas porque votamos una reforma del sistema de previsión social que es igualitario y universal, por lo que todos los subsistemas van a tener la misma forma de cálculo, la tasa de reemplazo y demás. A veces lo que se quiere es discriminar a los militares. Durante un tiempo se quiso responsabilizar a la mal llamada Caja Militar de todos los problemas que tenía nuestro sistema previsional y, sin embargo, rápidamente se descubrió que en realidad no era solo eso, sino que eran todas las otras cajas y el propio BPS, o sea, se hablaba de la asistencia que se le da a la Caja Militar, pero no se hablaba de la que se le da al BPS y a algunas de las otras cajas.
Las misiones de paz y un secuestro que lo marcó
A lo largo de su carrera militar, Lozano participó de tres misiones de paz como observador. La primera fue en Camboya, donde los primeros seis meses le tocó vivir en la selva. Allí las casas eran de madera, paja y cañas de bambú y no había corriente eléctrica ni conexión sanitaria. La comunicación que tenían era por radio y se hizo muy difícil el vínculo con su familia, con quien solo podía comunicarse por carta, que demoraba muchísimos días en llegar. No había ningún comercio, se manejaban a través del trueque y subsistían en base a los alimentos que cada uno llevaba cuando iba a la ciudad.
Cuando se instaló con su grupo en esa aldea fueron secuestrados por la organización terrorista Khmer Rouge, que había cometido un genocidio: “En un país de ocho millones y medio de habitantes, en cuatro años mataron nada menos que a un millón y medio”, afirmó. Fue por ello que sabían que tenían grandes posibilidades de no volver, y fue un momento muy complicado porque su hija tenía tan solo tres años. Sin embargo, días después fueron liberados.
Esa primera misión fue la que más lo marcó. Después estuvo un año en Angola, en situaciones similares, y luego en Costa de Marfil, donde la realidad fue mejor que en las experiencias anteriores.
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