La consultora Factum dio a conocer su última encuesta, en la que se efectúa una proyección de los indecisos, tal como se hiciera en el ciclo electoral 2019. Esto es una simulación de resultado si las elecciones se realizaran en este momento, excluyendo a indecisos.
Para ello, se adjudica el comportamiento esperable de las personas indefinidas en función de 21 variables sociodemográficas, políticas y actitudinales. La pregunta base es la misma que se utiliza habitualmente: “Imagine que haya elecciones de presidente y Parlamento el próximo domingo. ¿A qué partido político votaría?”, seguida por la lista de partidos en orden aleatorio. La cantidad de indefinidos puros identificados por Factum es del 6% del electorado. Sobre ese porcentaje se aplica la estimación de voto.
El director de la consultora, Eduardo Bottinelli, señaló a La Mañana que la encuesta se realizó entre el 31 de agosto y el 9 de setiembre, y desde el punto de vista político absorbe los principales temas de la agenda pública posterior a las internas y durante los meses de julio y agosto.
Los datos muestran que si las elecciones fueran el próximo domingo el Frente Amplio obtendría 44%, el Partido Nacional 27%, el Partido Colorado 15%, Cabildo Abierto 4%, y el Partido Independiente 3%. La suma de otros partidos llega a 3% y en blanco o anulado 4%.
Al comparar la estimación de voto de setiembre de 2019 con la actual, se aprecia que el Frente Amplio registra un crecimiento de 5 puntos: de 39% en 2019 al actual 44%. Por otro lado, la suma de los partidos que conforman la Coalición Republicana registra una caída de 6 puntos: obtenía una estimación de voto del 55% en y actualmente registra un 49%.
Factum ya había utilizado la proyección de votos de indecisos en 2019. Bottinelli dijo al respecto que en las anteriores elecciones y con esta metodología, el Frente Amplio osciló durante todo el año entre 37% y 40%, el resultado final fue del 39% para el FA. La suma de los partidos que conformaron la coalición osciló entre 54 y 56%, el resultado final fue de 54% para la suma de esos partidos. Por lo tanto, la estimación se puede considerar muy certera y nos da una imagen de lo que puede acontecer en octubre.
Evolución de los partidos
Si se observa lo que ha sucedido en el año, el Frente Amplio muestra por segunda medición consecutiva una estabilidad en el 44%. El informe indica que el Partido Nacional registra un punto más que la medición anterior, luego de haber tenido una caída de 4% posinternas. Por otro lado, se registra estabilidad en el Partido Colorado, luego de un proceso sistemático ascendente durante el año y Cabildo Abierto presenta un punto menos que la medición anterior, luego de haber estado dos mediciones consecutivas en el 5%. En el Partido Independiente se ve una estabilidad en torno al 3%. Consultado por esta variación en el Partido Nacional, Bottinelli señala que “las variaciones están dentro del margen de error, por lo que no podemos dar una lectura concluyente de un crecimiento, hay que esperar a la próxima encuesta para ver si la tendencia es de recuperación o de estabilidad. Más allá de eso, parece que ha tenido un movimiento descendente posinternas y que esa caída no ha continuado”.
También se ha considerado lo que se puede determinar como la “fortaleza de votación” por parte de quienes manifiestan que van a votar por un determinado partido, diferenciando entre “voto fuerte” y “voto débil”. En este sentido se aprecia que el Frente Amplio obtiene un 37% de voto fuerte y 7% de voto débil, el Partido Nacional 22% y 5%, el Partido Colorado tiene 12% y 3%, Cabildo Abierto 3% y 1%, y el Partido Independiente 2% y 1%, respectivamente.
Bottinelli explicó que “la debilidad del voto en la suma de partidos de la coalición se asocia mayoritariamente a dudas sobre el voto dentro de los partidos de la coalición. La debilidad del voto al FA no aparece necesariamente asociada a la duda con otros partidos, pues no surge una preferencia clara por partidos fuera del FA”.
Escenario “altamente competitivo”
Las conclusiones de esta encuesta muestran que “como ha sido una constante en los últimos años, el escenario político uruguayo se muestra altamente competitivo entre las grandes áreas políticas, con una mejora en el posicionamiento del Frente Amplio y un debilitamiento de la suma de los partidos que conforman la Coalición Republicana”. Un aspecto para tener en cuenta es que no deben asociarse estos mismos guarismos a un posible resultado en una segunda vuelta ni con la composición del Parlamento.
Factum reitera que “la suma de los partidos que conforman la Coalición Republicana no debe tomarse como una sola unidad de cara a las elecciones parlamentarias, dado que la composición del Parlamento no corresponde a la relación entre la suma de partidos de la Coalición, por un lado, y el Frente Amplio por otro, sino que las bancas se adjudican partido por partido”.
A su vez, “tampoco la suma de los partidos de la Coalición Republicana debe entenderse como un resultado de cara a una segunda vuelta presidencial. Como se demostró claramente desde noviembre de 1999 a noviembre de 2019, el candidato de una coalición de partidos siempre ha obtenido menos votos que la suma de los partidos que la componen. Pasó así desde Jorge Batlle, tanto con Lacalle Herrera como dos veces con Lacalle Pou”.
¿Qué puede pasar en una segunda vuelta?
Tomando en cuenta estos datos, consultamos a Eduardo Bottinelli para quién es más conveniente la situación actual en caso de darse una segunda vuelta. “En todas las instancias anteriores de 1999 a 2019, el candidato del Frente Amplio votó más en la segunda vuelta que en la primera y el candidato que representó más de un partido votó menos. Primero el Partido Nacional y Partido Colorado, y luego el resto de los partidos que se sumaron y desembocaron en la coalición”, responde.
Agrega que los candidatos del FA votaron en promedio cinco puntos más en segunda vuelta que en primera vuelta (sin contar 2019 donde votó 8,4% más), mientras que los candidatos que representaron a más de un partido (PN y PC) entre 1999 y 2014 votaron 2,2% menos en promedio”.
Pero en 2019 “el swing de votos fue mucho mayor que lo que venía siendo, teniendo características particulares, en esa instancia Daniel Martínez obtuvo 8,4% más en segunda vuelta que en primera y Luis Lacalle Pou 5,2% menos que la suma de los partidos que lo apoyaron hacia la segunda vuelta”. Bottinelli aclara que “hay que considerar que 2019 fue un contexto particular y que de hecho es un comportamiento distinto al que se dio en las instancias anteriores, mayor movimiento entre otras cosas porque lo que desembocó en la coalición era mucho más heterogéneo”.
En resumen y teniendo en cuenta todos estos aspectos, “lo que los estudios muestran es que la fórmula Orsi-Cosse tiene una leve ventaja sobre la fórmula Delgado-Ripoll, y que el movimiento entre primera y segunda vuelta sería similar a lo ocurrido en 2009 y 2014”.
Una campaña corta
En referencia a cómo observa la campaña, el director de Factum indica que se trata de “una campaña que ha estado fría todo el año, previo a las internas y en forma posterior. A menos de 40 días de las elecciones el movimiento de gente que se ve es muy poco, las banderas son muy pocas, los actos llevan poca gente (también hay cambios en la forma de militancia)”.
Aclara que se trata de “una campaña bastante pobre desde el punto de vista discursivo y propositivo. Finalmente, estamos ante una oferta electoral que ha tenido una renovación importante y que no hay líderes partidarios participando con sus candidaturas en los tres principales partidos. En el caso del Partido Nacional el líder es el actual presidente, en el Frente Amplio está en un proceso de renovación y el Partido Colorado también con una renovación y competencia interna por el liderazgo”. En conclusión, para Bottinelli “tendremos una campaña corta, concentrada en los últimos 30 días, así lo han decidido la mayoría de los comandos de campaña. Quizás entonces se despierte un poco más el interés y también se pueda pasar a un plano propositivo más presente”.
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