Con motivo de la realización de cursos de capacitación para equipos directivos de Centros de Formación Docente de todo el país, estuvo en Rivera el director nacional de Educación de la ANEP, el economista Gonzalo Baroni, acompañado del presidente del Consejo de Formación en Educación, Víctor Pizzichillo, y demás autoridades del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
“Precisamos docentes más capacitados”
El MEC realiza desde el año 2021 diferentes instancias de formación en el marco del Programa Nacional de Fortalecimiento a la formación en educación creado por la Ley 19.989 (Ley de Urgente Consideración). En entrevista concedida a La Mañana, Baroni brindó detalles de su visita a la vez que analizó presente y futuro de la educación en nuestro país.
“Estamos en una capacitación permanente de docentes en formación que están con actividades de acreditación de la carrera. Vamos a culminar en Montevideo, son docentes que tienen la función de capacitar y elevar el nivel. Además, les ofrecemos becas para que puedan continuar con doctorados, ya que precisamos docentes más capacitados.
¿Esta capacitación está vinculada a la transformación educativa?
No es exclusivo de ella, aunque va en esa línea En particular está vinculada a las carreras de formación para que tengan calidad universitaria.
En un año “agitado” políticamente, ¿qué evaluación que se hace hoy de la educación en nuestro país?
Para mí, en lo personal, deben ser los años más tranquilos. Recordemos que el 13 de marzo, a poco de haber entrado al gobierno, tuvimos que cerrar. En el 2022 empezamos a implementar la transformación, capacitando a los docentes. En el 2023 continuamos en seguir con los cambios. El 2024 es agitado en términos políticos, que en comparación es mucho, ya que tenemos partidos que proponen, pero discuten. Más allá de todo, se va a continuar con muchas cosas. Es un año en el que se están consolidando muchas cosas. Hemos logrado la victoria en la LUC y los debates.
Una transformación que ha recibido resistencias, ¿puede significar cambios a futuro?
Hay buenas chances de que siga, yo creo que seguirá, ya que se busca un acuerdo. En caso de que no se continúe, habrá muchas cosas que igual seguirán. Desde la salida democrática hasta la fecha hemos estado todos los partidos en el poder, siempre se ha modificado algún aspecto, hay algunas inercias, pero cuando uno ve muchos de los centros vemos satisfacción de los docentes por lo que se logró.
Cada gobierno impone sus condiciones, ¿hay diálogo interpartidario para generar políticas de Estado?
Relativizando en función de los cambios más importantes a nivel de gobierno, siempre se han continuado las grandes políticas de Estado. La reforma de Rama que había planteado los centros regionales de profesores, el plan Ceibal, todos continúan. Al final del día todos vienen con su librito, pero reconociendo lo bueno. Hoy tenemos los centros María Espínola que presentan estabilidad y tienen buenos resultados, ¿va a venir el Frente Amplio a cambiar? Bueno, yo creo que no va a venir y que no lo va a cambiar.
Recientemente hubo un encuentro convocado por la Organización de Estados Iberoamericanos y la Unesco en el que se habló de políticas educativas. ¿Qué se saca de positivo de esos encuentros?
Es algo muy relevante. Cuando nos convocaron a esta actividad, me tocó ir por el Partido Nacional. Allí planteamos e hicimos énfasis en lo que haremos en los próximos cinco años. No es lo mismo que lo que plantea el Partido Nacional que los demás socios de la coalición, ya que hay distintas tonalidades sobre algunos temas. Organismos como Unesco nos convocaron para intercambiar ideas, se invitó al Pit-Cnt pero no participó, tampoco justificó su ausencia.
Podría decir, como resumen, aunque hay prensa sobre esto, que existen dos modelos educativos. Uno de ellos busca desarrollar las competencias, que es la búsqueda de un razonamiento crítico, en donde se ha profundizado. El Frente Amplio, por su parte, plantea volver hacia atrás, pero volver al pasado es hacerlo a pocos egresos. Hoy estamos llegando al 54% de egresos. Estamos teniendo docentes que aprenden varios idiomas, están haciendo un uso amplio de Ceibal. Los docentes, hoy en día, obligatoriamente deben usar plataformas.
Entre los concurrentes aparece el nombre de la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio, Elbia Pereira. ¿Efectivamente estuvo presente?
A último momento Elbia Pereira se excusó de participar, me quedé con muchas ganas de escuchar el planteo. En realidad, a veces se reclama la voz de los docentes, pero cuando se generan estos espacios no están. Entiendo que cada uno hace su juego político, pero no alcanza con ir siempre a los medios y cuando hay instancias no participar.
Existe una percepción de inseguridad en los centros de estudio. ¿La han detectado, se está haciendo algo al respecto?
Nosotros lo detectamos y sentimos en la sociedad. Entiendo que hay un reclamo de las familias en el sentido de que ha aumentado la inseguridad, hay un modelo que presenta una mayor represión, pero hay que seguir profundizando. Buena parte de la jornada, las familias transitan por los centros educativos. Las escuelas, como todo centro, no son ajenas a lo que pasa en la sociedad. Hay un mayor nivel de falta de respeto a las autoridades. Lamentablemente, una maestra a veces tiene enfrente un acto de violencia y es algo que tiene que trabajar no solo el sector educativo sino toda la sociedad. Respecto a las medidas, estamos atendiendo situaciones de violencia y viendo cómo los docentes pueden actuar. Los inspectores llevan adelante el proceso, pero falta mucho por hacer. No es lo mismo lo que pasaba en otra época que lo que está pasando ahora. No es lo mismo lo que sucede en los barrios céntricos que en la periferia.
¿Se trabaja con otros ministerios en ese aspecto?
Estamos en contacto directo con el Ministerio del Interior ante el primer hallazgo de violencia. No solo hacia un docente o funcionario no docente, sino que también en los alrededores. Sabemos que en lugares de la periferia hay situaciones de bandas que hace años empezamos a vivir, pero también en zonas de fronteras, en donde hay ingresos de personas. Estamos todos los días en contacto, los jefes están en contacto.
¿Los docentes tienen protocolo para estos casos?
Desde la ANEP creamos un protocolo de acción que no solo se está implementando, sino que se promueve la formación.
Dentro del protocolo, en Primaria se incluyen casos puntuales, como la violencia intrafamiliar, ¿qué hace el docente en los casos detectados en Enseñanza Secundaria?
Los maestros comunitarios, los centros María Espínola son los que atienden situaciones de violencia no solo intrafamiliar sino de barrio. Los docentes tienen herramientas, pero no necesariamente son ellos que deben llevar el orden. Hacemos visitas, pero es el Ministerio del Interior quien debe responder. Tenemos un proceso de desintegración social lamentablemente. Antes la familia presentaba pequeños núcleos, pero hoy en día tenemos familias más desintegradas. Tenemos hogares monoparentales de jefes que trabajan y esos niños tienen que vivir situaciones sin la adecuada referencia. Tenemos un ejemplo de universalización de la educación, ya que antes muchas personas no podían culminar sus estudios: mis abuelos, por ejemplo, tuvieron que trabajar. Hoy más niños están ingresando en el sistema y es más representativo lo que sucede en la sociedad. Antes hasta un vecino te controlaba, pero hoy en día no sabemos ni siquiera quién es el vecino. Hay un desafío como sociedad en estar conectados humanamente.
Hablamos de educación y pocas veces se reconocen las carencias de los docentes para trabajar en clases complejas a las que concurren niños con discapacidad. ¿Cómo se puede corregir esto?
Ha habido grandes avances en educación inclusiva. Tenemos normativas en cuanto a la protección de estos casos. Tenemos carencias ya que nuestros docentes no poseen profundidad en la discapacidad visible y no visible. Pasamos de tener un modelo segregador a uno inclusivo, los nuevos programas incluyen esto. Lo que se está buscando es generar un aprendizaje entre todos, hay que entender que una porción de la sociedad tiene problemas y debe avanzar. No solo son los programas, las escuelas están eliminando el sistema anterior, pero las familias todavía deben entender que se debe integrar y nivelar.
Una cosa es un sistema inclusivo y otra cosa es aliviar la presión que significa una clase con 20 alumnos con distintas patologías…
Ya se está trabajando en eso. El modelo de escuela especial necesita a veces infraestructura distinta, pero hay dificultades de aprendizaje que exigen que los docentes tengan herramientas para derivar al estudiante a donde corresponde. Tenemos familias que a veces no tienen idea de cómo tratar esta situación y a veces el sistema no tiene el catalizador. Muchos docentes a veces tienen casos que diagnosticar y derivar. Si no se trata a esos alumnos como deben, se genera problemas incluso para los docentes. En agosto tendremos el segundo congreso de educación especial. Vamos a trabajar en poder brindar más herramientas a los docentes, como buenas prácticas, además de más maestras y docentes.
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