Uruguay participó de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) realizada en Glasgow, Escocia. La Mañana dialogó con la jefa de la delegación uruguaya, la directora nacional de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Natalie Pareja, quien destacó la importancia del financiamiento por parte de los países desarrollados para implementar “medidas de adaptación”.
¿Por qué es importante este encuentro y la participación de Uruguay?
En el contexto de la reunión, está la conferencia de las partes sobre cambio climático, la conferencia de las partes del protocolo de Kioto, por el acuerdo de París y las sesiones de otros órganos que tienen relación con referencia a lo científico y tecnológico. También existen reuniones de coordinación de grupos de países en desarrollo donde está Uruguay. Durante estas dos semanas se hicieron negociaciones para acordar sobre los diferentes ítems que se manejan en la convención, principalmente la gobernanza y su implementación, así como el financiamiento de diferentes planes.
¿En este contexto cómo fue la presencia de nuestro país?
Uruguay fue con una delegación de la cual fui su jefe. Estuvo compuesta por integrantes del Ministerio de Medio Ambiente y de la Dirección Nacional de Cambio Climático, del Ministerio de Industria y Energía, por Relaciones Exteriores y del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Fuimos con el espíritu de mostrar que Uruguay cumple con sus compromisos, como por ejemplo la transformación de la matriz energética.
¿Cómo se observó al país en esta cumbre?
El país tiene a la adaptación como una prioridad política en relación con el cambio climático. Somos marginales a la emisión de gases de efecto invernadero, pero somos grandes afectados. Desde el Ministerio de Medio Ambiente trabajamos para mostrar al mundo que se aportan “medidas de adaptación”, o sea, limitar los impactos y reducir las vulnerabilidades frente al cambio del clima.
En ese sentido, dentro de esta cumbre estuvo el tema del financiamiento que se aplica para este tipo de planes. Consideramos que deben ser equitativos tanto en lo que es para la disminución de la emisión como para la adaptación. Esto no se daba antes, porque los fondos importantes se dirigían mayormente hacia la mitigación y no a la adaptación. Se acordó que, en los próximos planes de financiamiento, se tengan partes equitativas para ambos planes.
La posición de la Unión Europea es muy fuerte en el tema mitigación, mientras que en nuestra región hablamos de adaptación. Esto se debe, entre otras razones, a que somos grandes productores de alimentos y el cambio climático nos puede afectar en este sentido. No obstante, debemos aclarar que al hablar en materia de financiación nos referimos a plazos de varios años. El mensaje que los países en vías de desarrollo quisimos trasmitir en esta cumbre es que los países desarrollados son los responsables de la mayor parte de las emisiones globales y nosotros necesitamos el financiamiento para cumplir con las metas que se proponen y los planes de mitigación y adaptación.
Dentro de los planes de adaptación, ¿cuáles desarrolla el país?
Tenemos en la actualidad un plan de adaptación al agro, presentado en 2019, y en este encuentro internacional presentamos en plan de adaptación de costas y de infraestructura y ciudades. Por lo tanto, Uruguay viene cumpliendo con con sus compromisos y ahora decimos que precisamos el financiamiento para implementarlos.
¿Y cómo se encuentran los países desarrollados para financiar esto que exigen a los no desarrollados?
Lo que sucedió es que, en las anteriores conferencias de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, hubo un compromiso de los países desarrollados de que a partir de 2020 debían aportar US$ 100 mil millones por año a los países más vulnerables y afectados por la crisis climática. Pero llegó la pandemia y fue el motivo que se dio para no movilizar ese dinero. Por eso se acordó ahora una nueva meta mundial de financiamiento entre 2022 y 2024 y los países en vías de desarrollo pedimos una hoja de ruta para lograr ese objetivo y el financiamiento de largo plazo para este tipo de programas.
En Uruguay estamos en la fase final de la elaboración de un plan de estrategia climática a largo plazo, con un descenso en la emisión de gases, que ahora está en consulta pública por parte del Ministerio de Medio Ambiente, y plantea escenarios a 2050. Las financiaciones deben ser a largo plazo en este tipo de programas.
Un tema que se ha cuestionado en los últimos tiempos, en especial por algunos sectores ecologistas, es la emisión de metano desde el sector ganadero. ¿Cómo se presentó Uruguay ante este punto en especial considerando que esta es la base de la economía del país?
Demostramos que tenemos una producción ganadera y agroindustrial que es ejemplar. El país trabaja en este sentido en una producción sostenible, con sistemas naturales, cuidando la biodiversidad y los suelos. Estos programas se vienen implementando desde hace muchos años. En la COP26 se planteó este tema y causó polémica. Se señaló que el metano es mucho más contaminante que el CO₂, pero la diferencia es que el metano vive de 10 a 12 años en la atmósfera y el CO₂ miles de años.
Lo que se buscó entonces fue un compromiso para reducir las emisiones de metano a corto plazo y fue una idea surgida desde Estados Unidos y Europa. Al final, Uruguay adhirió al acuerdo, al igual que otras 100 naciones, porque se explicaron algunas cosas que quizás al comienzo no estaban claras. Existía una preocupación porque el mensaje que se difundió primero era que este acuerdo estaba destinado a reducir el stock de ganado, lo cual no era así. Quienes propusieron este compromiso de abatimiento de metano por parte del ganado (que debo aclarar no es vinculante por más que lo firmamos), fue abrir más la cancha para poder lograr que más países se sumaran.
Se aclaró que la reducción de un 30% en la emisión de gas metano para 2030 no es por país, sino a nivel global. Esta aclaración es muy importante para nuestro país. Nosotros lo vemos como una oportunidad para aumentar la productividad en el sector agroindustrial, haciendo énfasis en que necesitamos cooperación técnica y apoyo en investigación y desarrollo.
Esto quedó plasmado en una reunión con el enviado especial de Estados Unidos, John Kerry, donde planteamos que primero, EE.UU. y Europa se concentren en reducir la emisión de metano por producción de combustibles fósiles y no se fijen tanto en el que origina el ganado, que en nuestro caso es la principal base económica del país. También destacamos ante Kerry que ya venimos trabajando en la reducción de metano, alimentando el ganado con pasturas naturales, y cumplimos siempre con los compromisos asumidos.
Uruguay salió de esta cumbre, ¿conforme o decepcionado?
Salimos conformes. Había temas bastante relevantes, como el financiamiento para llevar adelante la adaptación en materia de cambio climático y fue un punto en el que se avanzó para trabajar en nuevas metas. Por lo tanto, nos retiramos bastante conformes.
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