El debate sobre cuidados paliativos, eutanasia y muerte asistida que se está llevando a cabo en el Parlamento involucra temas que hacen a la esencia de la vida y el valor que le damos, no solo de las personas mayores, también de los niños y jóvenes.
Está en discusión en el Parlamento un proyecto de ley sobre cuidados paliativos en cuyo debate el diputado Rodrigo Goñi (Partido Nacional) ha sido un actor relevante.
Entrevistado en el programa La voz de La Mañana (Radio Oriental) el legislador dijo que “uno de los derechos más importante que posee las personas es el de los cuidados paliativos, porque cuando alguien al final de su vida padece una enfermedad grave con la posibilidad de ir muriendo paulatina y no abruptamente, es importante que esa etapa de su vida la transite sin dolor” con la “posibilidad de reconciliarse y de prepararse”.
La proximidad de la muerte puede llegar con “dolor físico además del emocional. Son muy pocas, por no decir casi ninguna, las personas que están suficientemente preparadas para ese momento” por lo que es “de angustia por la cercanía de la muerte”.
Pero cualquiera sea las circunstancias en que llegue ese momento, “si la persona no es asistida y atendida, puede ser un momento de infierno, por decirlo en términos gráficos, cuando la ciencia nos permite vivir ese momento sin dolor”.
Atravesar esa etapa sin sufrimiento “es lo que estamos buscando como un derecho, no solo escrito en una ley, sino que sea una realidad para todos. Hoy la mitad o más de la mitad de los uruguayos no puede acceder a ese derecho tan importante, y por eso todos tenemos casos cercanos de un familiar o amigo sin esos cuidados paliativos”, generándose “sufrimientos que son innecesarios y evitables”, y por eso el proyecto de ley.
Goñi señaló que muchas personas no solo “no creen, sino que incluso desprecian” este tipo de asistencia, y lo hacen por muchas razones. Por ejemplo, como resultado de la “cultura predominante” que apuesta a “la inmediatez”. Sin embargo “cuando uno sufre de una enfermedad oncológica compleja y de difícil cura, la inmediatez no funciona”, razonó.
Esa “cultura de la inmediatez” se ve en otras situaciones humanas que lleva a las personas a rechazar todo lo que sea “superar dificultades”. Son conductas caracterizadas por el “egoísmo y el narcisismo, tan corrientes que parecen predominar en nuestra sociedad”.
Otra cara de esa situación son los médicos que “si no pueden curar ya no les importa la tarea de la medicina” que consiste en “acompañar y cuidar” a ese paciente.
“Mi gran pelea junto a otros diputados como Silvana Pérez Bonavita (Cabildo Abierto) y Alfredo de Mattos (Partido Nacional) es que queríamos que este proyecto de ley que estamos próximos a aprobar fuera lo más amplio posible porque estamos hablando del alivio del sufrimiento”, pero “los legisladores del Frente Amplio y algunos del Partido Colorado, no lo vieron así” y “no quisieron regular nada más y nada menos que el capítulo del final de la vida”.
Ese capítulo “se regulaba específicamente porque es el más complejo” y buscaba atender a las personas mayores que atraviesan una enfermedad y sufren dolores. El fin era brindarle “prestaciones concretas que son las que hacen la diferencia”.
“Nosotros queremos paliativistas para todos y hoy la mitad de los uruguayos no acceden” a esos servicios, subrayó.
Eutanasia y muerte asistida
Por otra parte, las iniciativas del Frente Amplio y del diputado Ope Pasquet del Partido Colorado, a diferencia de lo planteado por el diputado Goñi, buscan “restringir o achicar las garantías y el alcance del proyecto con lo que se achica las posibilidades de alivio del dolor, condenando innecesariamente a muchos uruguayos al sufrimiento” con lo cual “se los puede empujar al deseo de muerte, porque si la persona no tiene otra alternativa que sufrir o morir, ese deseo de muerte se puede estar propiciando al no permitirle el acceso a los cuidados paliativos”.
Goñi también se refirió a la eutanasia. Dijo que “no puede haber medias tintas” por lo que mantuvo “una posición contraria radical” al proyecto ya que “en forma discriminatoria el Estado y la sociedad le dice al enfermo ‘tú ya no valés, ya no te cuido y te dejo abandonado a tu suerte’, porque en el fondo la enorme mayoría de los casos del deseo anticipado de muerte se da ante el sufrimiento, físico o existencial”.
Cuando una persona sufre, la actitud natural de la sociedad es de ayuda, pero con la eutanasia eso ya no ocurre.
Además, no se trata sólo de personas mayores, sino que se involucra a niños, jóvenes y discapacitados. “Hace unos días la diputada Cristina Lustemberg (Frente Amplio) dijo que la eutanasia y el suicidio asistido tiene que ser un derecho para niños y otras personas con discapacidades. O sea que vamos a facilitar la muerte a todos, ya no es solamente ante algunas enfermedades”, expresó, lo cual también se ve en el proyecto de Ope Pasquet que “no es solo para el caso de enfermedad”.
“Hay una gran confusión” y la ciudadanía debe entender “qué es lo que está en juego”, subrayó. Consideró que “el legislador debe pensar cuál es el efecto de una ley en la sociedad, y con una ley de eutanasia o suicidio asistido lo que le decimos a todos los vulnerables, a todos los adultos mayores, a todos los enfermos, es que sus vidas ya no valen. Tanto no valen que se les da la vía fácil y de alguna forma se le insinúo para que tenga la muerte anticipada”.
“Si relativizamos el valor de la vida, ¿cómo vamos a pedir a las nuevas generaciones que den valor a lo humano?”, se preguntó.
Reiteró que el proyecto del Frente Amplio llega a los niños y jóvenes, y en el caso de los jóvenes mayores de 18 años la familia no tendría que ser avisada, por lo que los padres se enterarían cuando les dicen que debe ir a buscar el cuerpo.
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