En entrevista exclusiva con La Mañana, el compañero de fórmula de Guido Manini Ríos habló de la realidad del país, de su experiencia como escribano de Presidencia durante casi tres décadas y de la visión del interior como productor rural
¿Cómo ha recibido el ofrecimiento para ser candidato a vicepresidente por Cabildo Abierto?
Para mí es un gran honor acompañar a Guido Manini Ríos cuya candidatura yo impulsé desde un primer momento, un hombre excepcional y eso significa un gran honor y una enorme responsabilidad porque uno tiene que estar a la altura de lo que ha sido esta breve pero intensa y muy exitosa campaña de Cabildo Abierto. Así que espero poder cumplir con las expectativas que se crean en cuanto a la propuesta mía como integrante de la formula acompañando a Guido.
¿Qué cree que su figura puede aportar a la fórmula liderada por el Gral. Manini?
Bueno yo diría que yo soy una persona de dos mundos, de un mundo urbano donde durante 43 años he ejercido la abogacía y el notariado y del mundo rural ya que desde 1967 participo de una explotación rural que dirijo desde el año 87, o sea hace treinta y pico de años. Vivo preocupado por los temas de estos dos mundos, el jurídico y el agropecuario y en ese sentido creo que puedo hacer un aporte que cubra con esos dos campos.
¿Se imagina como presidente del Senado o integrando el cuerpo legislativo?
Debo confesar que si llegara a ocupar tan alta dignidad, para mi sería en lo personal una gran satisfacción poder entrar en los mismos espacios en los que algunos momentos ocupó mi padre, como representante nacional. Pero aparte de las satisfacciones de orden personal cumpliría con la responsabilidad tenemos en estos momentos en que el Uruguay vive angustiado por una problemática que parece haber superado a los partidos tradicionales y ahí comprendo a los tres partidos que han tenido hasta ahora mayor representación.
De otras tiendas políticas se le ha criticado a Cabildo Abierto que no tendría la disponibilidad para dialogar y negociar en un próximo Parlamento, ¿qué opina al respecto?
Esa es una acusación absolutamente falsa desde el momento en que Cabildo Abierto a través del propio Guido Manini ha señalado en más de una oportunidad que hay que tender puentes y el tender puentes significa diálogo. Mi formación jurídica justamente me ha habilitado e inducido a pensar que el diálogo es uno de los mejores recursos que tiene el hombre para resolver sus controversias y en ese sentido creo que podría hacer aportes importantes.
Fue escribano de gobierno durante muchos años… ¿qué aprendió estando cerca de los distintos presidentes?
Yo alterné con todos los presidentes de la democracia desde 1990 en adelante, y lo que uno aprende es en primer término, que los presidentes a veces no tienen la posibilidad de resolver todos los problemas que se le plantean. En segundo término, aprendí que la contracción al trabajo de un presidente es fundamental para tener éxito. No siempre los hombres brillantes resuelven los problemas del momento, sino que yo confío más en el trabajo que en la inspiración. Estas son las enseñanzas que pude extraer de tantos años viendo figuras de nuestra política nacional desempeñarse como presidentes de la República.
Más allá de su profesión de abogado y escribano, usted es un hombre de campo ¿Cómo ve el interior del país?
Yo desciendo de una de las 40 familias fundadoras de la ciudad de San José. Si bien yo he desarrollado actividad profesional en la ciudad de Montevideo primordialmente, he estado toda la vida vinculado a ese departamento de San José y también al oeste de Colonia. Yo diría que esa zona de San José y Colonia en la que yo me muevo habitualmente ha sido muy golpeada por la gran crisis que ha sufrido la industria lechera. Si bien yo no tengo experiencia directa en esta actividad, mis vecinos sí la tienen y he visto cerrarse uno a uno los tambos que me rodeaban, pequeñas explotaciones rurales, de 50, 100 y 200 hectáreas, que constituyen fuentes de trabajo insustituibles en el interior de la República, y por otro lado todos sabemos que el hombre que se va del campo a la ciudad difícilmente pueda regresar. Entonces he visto con mucho dolor cómo sin merecer ninguna respuesta de los poderes públicos, la actividad de la lechería ha sufrido un terrible embate en estos últimos años.
¿Cuáles son sus referentes históricos o políticos?
Hasta la creación de Cabildo Abierto milité en el Partido Nacional y he sentido siempre muy particular admiración por Aparicio Saravia. Tengo el recuerdo de esa famosísima carta que el remite a su hermano Basilicio de la que en este momento quisiera destacar la línea en que señala que “Patria es el poder prestigiado por sus honradeces y la religión de sus instituciones no mancilladas”. Y en segundo término debo destacar que siempre me deslumbró la personalidad de Luis Alberto de Herrera, su nacionalismo, su defensa del interés nacional, su honradez, su sacrificio personal porque habiendo sido un hombre que nació rodeado de todas las comodidades en el ejercicio de la actividad pública, comprometió su patrimonio y supo ser generoso no solo en lo moral sino también en lo material. Creo que Herrera en ese sentido fue una figura descollante. A través de mi amistad con Hugo Manini comencé también a apreciar las grandes virtudes que rodearon a Fructuoso Rivera y también particularmente a su abuelo Pedro, que junto a Herrera cumplieron un papel muy delicado, muy exitoso en lograr la paz con la que termino el último conflicto armado de 1904.
Como fundador del Movimiento Social Artiguista y del partido Cabildo Abierto ¿Cuáles han sido los principales méritos en estos meses para crecer y consolidarse de esta manera?
Se ha dicho que no hay hombres providenciales, sin embargo, Guido Manini demostró que tiene eso intangible que es el carisma. Inspira confianza en su rectitud, inspira confianza en su capacidad, inspira confianza en su carácter. Se ha criticado que sea una figura sobre la cual caiga el peso de un partido, pero no puede evitarse, particularmente en nuestra cultura llena de enormes caudillos que Cabildo Abierto haya visto con claridad, porque no fui exclusivamente yo, yo simplemente le ofrecí la candidatura formalmente, pero fuimos decenas de personas que vimos en Guido esa capacidad de conducción que hace mucha falta en el país porque debo decir honestamente que desde la muerte de Wilson Ferreira Aldunate no ha habido una persona que le ofrezca al país esas características. También hay que reconocer que alrededor de ese conductor hay lugartenientes como lo hubo alrededor de Artigas, muy importantes. Hay una cantidad de hombres y mujeres que son el sostén de Cabildo Abierto y yo las he visto en Artigas, en Rivera, en San José, en Colonia, en Montevideo, a lo largo y ancho de la República. Porque Cabildo Abierto no es solo Guido Manini, sino la multitud de orientales que en estas circunstancias difíciles del país ven en él al conductor, pero que también están dispuestos a brindar su apoyo moral y material para sacar al país del atolladero en el que se encuentra
Cabildo Abierto está realizando una intensa gira por el interior del país y ya ha designado algunos candidatos a diputados. Además, en pocos días es el Congreso Nacional del partido. ¿Qué mensaje tiene para la militancia?
A la militancia le digo que tenemos que redoblar el esfuerzo, nadie pensaba que Cabildo Abierto iba a obtener 50.000 votos y tenemos que multiplicar esa cantidad de votos para que tenga presencia en la política nacional y sea una verdadera opción de cambio, quizás la única opción de cambio con que cuenta el país en este momento.
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