Desde la asunción de este gobierno, Rando estuvo en un lugar estratégico dentro del Ministerio de Salud Pública (MSP) para el combate a la pandemia. De ese histórico suceso se llevó muchos aprendizajes. Pese a que nunca pensó que tendría una oportunidad como esta, en marzo asumió como ministra. Entrevistada por La Mañana, contó cuáles son las principales líneas de acción que lleva adelante la cartera en las diversas áreas, pero aclaró que el foco está puesto en la contingencia de la crisis hídrica, que genera especial preocupación para la jerarca.
Le tocó estar en la primera línea de batalla del MSP durante la pandemia. ¿Qué aprendizajes le dejó?
El principal aprendizaje que tuve de la pandemia desde mi cargo de directora general de Coordinación fue la importancia del trabajo en equipo, pero no como un eslogan sino como un hecho, porque teníamos que trabajar a nivel de todo el territorio nacional, coordinar las acciones de rastreo, de testeo, de aislamiento. A su vez, dentro de cada departamento había que coordinar con el Ministerio de Defensa, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), y aquellos departamentos que trabajaban más en equipo pudieron adaptarse más rápido a los requerimientos y las exigencias que teníamos. Por ejemplo, sin desmerecer a ningún otro, en Río Negro había que contener a todos los migrantes que llegaban por el puente, en Rivera pasó lo mismo. En muchos departamentos de frontera había que trabajar junto con el Ministerio del Interior para permitir la migración de refugiados; con el Ministerio de Defensa, que a veces les tenía que dar lugar para alojarse; con el Mides, que en ocasiones los tenía que ayudar con la comida, y Salud Pública tenía que realizar los hisopados. Fue un trabajo que permanentemente requería coordinación con diferentes actores. Uno tiene que aprender a estar tranquilo en los momentos más difíciles y tratar de que todos nos escuchemos, y esa fue una de las enseñanzas más grandes que me dejó. Además, cuando la gente está realmente estimulada por un bien mayor es muy solidaria, lo notamos en la población y eso fue muy lindo.
¿El MSP salió fortalecido de esta situación?
En una crisis, si uno no sucumbe, se fortalece, y eso se dio tal cual. El ministerio estuvo muy exigido y la gente respondió. Los que venían de la administración anterior, en la gran mayoría de los casos, supieron amalgamarse y trabajar con aquellos que veníamos de diferentes ideologías políticas. Eso fortaleció el trabajo. Se aprendió mucho y eso ha servido para trabajar en conjunto en los desafíos que se vienen y en los que tenemos incluso ahora.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, en la crisis que tenemos hoy del agua, donde nuevamente se necesita una comunicación muy clara y transparente a la población. Sobre comunicación en crisis tuvimos que aprender a los golpes, muy rápido, y ahora estamos en otra situación que no tiene la gravedad de aquel momento –que teníamos que ir contando los muertos día a día, que era terrible para nosotros–, pero también es una crisis, la gente lo vive así porque el agua potable es algo muy importante. Aprendimos de qué manera hay que comunicar para transmitirle a la población la real dimensión de los problemas sin generar una alarma que sea contraproducente, porque las personas que están alarmadas y asustadas habitualmente no actúan bien. Otra de las cosas que aprendimos en la pandemia fue la comunicación inmediata con los científicos. En el caso actual, ni bien tuvimos los valores de sodio en agua elevados, se citó a reunión de profesores para realizar las recomendaciones respecto a esos niveles que aparentemente son los que vamos a tener por un tiempo. Entonces, también fue muy importante la relevancia que se le dio a la ciencia.
¿Cómo fue para usted asumir como ministra? Porque si bien ya conocía el trabajo dentro del MSP, este es un rol que requiere otro tipo de dedicación.
Este es un rol que genera mucha exigencia y compromiso con la población, en un área muy sensible como es la salud. Hay una frase que siempre nos decía mi papá cuando éramos chicos: “Despacito, con cuidado y sin miedo”, y yo creo que el MSP es así, con cuidado debemos tomar cada decisión, pero sin miedo. Esto es lo que yo trato de repetirme cuando tenemos que tomar esas decisiones tan cruciales, pero tampoco podemos dejarnos vencer por el miedo. Esa fue la filosofía con la cual traté de tomarme este nuevo rol. Por otro lado, siempre hay que mantener el respeto por la gente que trabaja con uno, ser agradecido y cuidar el equipo.
¿Relegó otras cosas por este cargo?
Cuando uno asume un cargo de este tipo tiene que renunciar a ciertas cosas, la familia queda un poco de lado, por no decir bastante, y tiene que asumir que por el período que dure esto hay muchas cosas que van a quedar de lado, los amigos, la familia, el ejercicio, es decir, a veces uno mismo queda postergado. Sin embargo, pese a todas esas renuncias, lo hice con alegría porque es algo que no me esperaba, nunca creí que me iba a tocar esta oportunidad y siempre tuve en mi mente poder hacer algo para mi país o para mi gente en la salud o el bienestar. Llegó el momento, y eso viene con las cosas buenas y las cosas malas.
¿Cuáles son las buenas y cuáles las malas?
Lo bueno es poder hacer algo, sentirse pleno, realizado, y lo difícil son las renuncias, y también enfrentarse a situaciones que no son agradables, como las críticas despiadadas de la oposición o de personas que no están viendo la totalidad de la realidad. Para una persona que no está muy acostumbrada a la política, eso no es algo muy fácil y muy agradable, pero esas son las cosas a las que uno tiene que animarse a sobreponerse y seguir adelante. Por ejemplo, la interpelación está bien, la tienen que hacer. Si los legisladores tienen dudas se las tienen que sacar, aunque todos sabemos que a veces hay cierto nivel de agresividad en esas instancias y en lo personal tal vez sean de las cosas que menos me gusten de esto. Pero lo vivo como un desafío, con cosas positivas, con cosas que hay que aprender y con la alegría de poder estar haciendo algo único en la vida.
En su asunción se refirió a la importancia de tratar el tema de la salud mental, algo que se visibilizó bastante con la pandemia. ¿Hacia dónde se está encaminando la gestión en esa materia?
En este momento se está trabajando muy fuerte en el marco del Plan Nacional de Salud Mental, que ya existía, y sobre la Ley de Salud Mental. Se está trabajando en llevar eso a tierra desde el MSP y en coordinación con otras instituciones y con otros ministerios, por ejemplo, con la ANEP, con el Mides, con la Junta Nacional de Drogas y con el Patronato del Psicópata, que se le va a cambiar el nombre, que es una institución descentralizada del MSP que tiene gran potencial para ayudarnos en ese tema.
Concretamente, se están desarrollando líneas de acción que van a ser reflejadas en la Rendición de Cuentas, algunas con presupuesto y otras no, pero que tienen diferentes objetivos. Uno de ellos es hacer más accesibles determinadas prestaciones.
Otra línea de acción es la capacitación de los recursos humanos, principalmente, del primer nivel de atención, médicos de familia, médicos generales, que ya tienen que estar capacitados para detectar aquellos casos que van a precisar consultas con especialistas o que ellos mismos estén capacitados para tratar a los pacientes.
Una tercera línea de acción es el seguimiento de los pacientes con depresión y sobre todo con intentos de autoeliminación. De octubre a mayo hubo más de 2.500 intentos de autoeliminación notificados. Se creó un sistema por el cual se le debe dar asistencia en los primeros seis días desde ese momento a la persona que está con ese problema, eso se sigue con rastreadores. En general, son pacientes con trastornos de depresión o de ansiedad. Eso se está desarrollando y tenemos pensado mejorarlo o cambiarle la estructura para que tenga alcance a nivel de toda la población.
Además, vamos a tratar de que los pacientes no vivan toda su vida aislados, en establecimientos asilares, y que no sean lugares deshumanizados, sino que haya una atención más personalizada para poder reinsertar a esa persona con la medicación y el tratamiento adecuados a la sociedad, a puestos laborales. Eso se está haciendo en conjunto con el Mides.
El otro tema que va muy de la mano con salud mental son las adicciones, lo que también se está trabajando con la Junta Nacional de Drogas. Esa es otra línea de desarrollo que es la prevención del consumo de sustancias.
¿Cómo evalúa el proyecto recientemente aprobado en el Senado que apunta justamente a la internación de adictos?
Es una herramienta más. Hay que ver lo positivo: que el adicto, cuando está fuera de control, en un estado de adicción, tiene una muy dudosa capacidad de decidir, y el hecho de poder tomar una decisión más racional en una situación consciente es una herramienta más para el tratamiento. Es una ley que se aprobó por mayoría, que puede tener un buen potencial para ayudarnos a trabajar ese tema.
Otro tema en el que usted ha hecho hincapié ha sido la creación de un sistema de traslados para asegurar la cobertura en todo el territorio en casos de siniestros de tránsito. ¿En qué se está trabajando en esa línea?
En esa línea vamos un poco más lento porque se necesita una articulación con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, el Sinae (Sistema Nacional de Emergencias), y se requieren muchos recursos. Con las crisis que ha tenido el país, la sequía a nivel del agro, la crisis de pandemia –que se ha llevado muchísimos millones de dólares–, y ahora con este otro problema que tenemos de la crisis hídrica, que está afectando el suministro de agua en el área metropolitana, hay dificultades económicas para concretar algunos de los proyectos. No sabemos si este realmente se va a poder concretar o no, se está trabajando para hacerlo lo más viable posible. La primera propuesta que se hizo era muy ambiciosa y muy completa, y es posible que no se llegue a tener los recursos como para desarrollarla, entonces, hoy se está trabajando en una propuesta un poco menos ambiciosa. Esto podría ser una solución importante para aquellos pacientes que fallecen en el lugar de los accidentes esperando la llegada de un traslado, o que quedan con secuelas porque ese traslado llega tardíamente.
¿Qué está haciendo el MSP con respecto al Plan Nacional de ACV (accidentes cerebrovasculares)?
Eso sigue marchando. Se instrumentó para los accidentes cerebrovasculares isquémicos y ahora estamos haciendo las evaluaciones de esta primera etapa del proyecto, y después de tenerlas se comenzará a trabajar en la segunda etapa, que es la cobertura de los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, es decir, aneurismas, rotura de aneurismas y malformaciones arteriovenosas. Es uno de los grandes objetivos que tenemos en esta etapa. He tratado el tema en varias oportunidades y está trabajando el Fondo Nacional de Recursos con técnicos nuestros para que eso salga.
¿Cuál considera que es la importancia del acceso universal a los cuidados paliativos?
Es fundamental, los cuidados paliativos tienen la misma importancia que los cuidados de CTI, de la infancia, del embarazo. Si bien hasta no hace tanto no era así, hoy se consideran un derecho humano. No podemos negarle los cuidados para la última etapa de la vida a ninguna persona, ni a niños ni a adultos. Por eso es que se han logrado establecer unidades de cuidados paliativos en muchos centros del país, en diferentes departamentos, y el Área de Cuidados Paliativos está trabajando muy fuertemente en el ministerio. Se hizo el primer congreso de cuidados paliativos en la Torre de las Telecomunicaciones hace poco más de un mes, que tuvo muchísimo éxito, y se están formando recursos humanos, tanto médicos como enfermeros. Es algo que tiene que transformarse en universal.
¿Cómo se ha visto afectado el ministerio con el tema de la crisis hídrica?
Hoy, si bien cada programa sigue funcionando, la atención está puesta en la contingencia de esta situación, que la veníamos monitorizando desde hace más de dos meses, pero en principio no afectaba la salud. Teníamos mucha esperanza de que lloviera y que no llegáramos a la situación actual, pero lamentablemente los parámetros tuvieron que aumentar y se desencadenó lo que todos ya sabemos. El MSP en realidad es un actor colateral, porque el problema cae directamente sobre OSE y el Ministerio de Ambiente, que son los que tendrán que poner todas sus cartas para que se solucione el tema de fondo. Lo que podemos hacer nosotros como MSP es monitorizar la situación y dar las recomendaciones correspondientes. Estamos cuidando que los niveles de conductividad sean adecuados en los diferentes centros de diálisis, eso está todo bajo control, y lo que está haciendo el ministerio es informar con total transparencia y responsabilidad.
¿Cómo ha sobrellevado desde este rol esta dificultad que pone en jaque a la población? ¿Le genera preocupación?
Por supuesto que genera preocupación porque es algo que a nadie le gusta. Queremos que la población tenga el mayor grado de confort. A nadie le gusta que nuestra población esté tomando agua salada, que es desagradable, que no tiene un gusto rico, y mucho menos que para algunas personas esa agua pueda llegar a incrementarles sus niveles de presión. Siempre es algo que a cualquier persona responsable le preocupa, porque quisiéramos que no existieran esos problemas, que estuviéramos de lleno tratando el problema de la salud mental y del transporte en carretera.
Mejor salud para toda la población
Además de los objetivos que Rando mencionó en la entrevista, hay otras metas que le gustaría dejar encaminadas en lo que resta del período. En primer lugar, destacó que aspira a poner el foco en la prevención y el tratamiento oncológico de algunos cánceres que pueden ser prevenibles, como el cáncer de cuello uterino o el cáncer de colon.
En Uruguay, el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares, por lo cual tiene interés en que la oncología cobre mayor importancia y “dejar algún aporte” en ese sentido.
A su vez, pretende impulsar algunos centros de referencia en determinadas enfermedades que tienen baja prevalencia, lo que hoy implica elevados costos para la población. “Tengo esa ilusión de que sean de cobertura universal para toda la sociedad y no solamente para algunos”, explicó.
A partir de este mes, el Fondo Nacional de Recursos financia el Programa de Cirugía Fetal desarrollado por el Pereira Rossell, que es el único centro público de estas características en toda América Latina. “Esto ha sido un gran logro y permite la asistencia a toda la población del Uruguay que tenga ese problema”, comentó la ministra. Y, así como ese, le gustaría dejar implementado algún otro programa de centro de referencia para el país.
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