Entrevistado esta mañana por Nicolás Lussich en Informativo Carve, el Dr. Kenneth Coates profundizó sobre la propuesta de Cabildo Abierto en torno a la mejor utilización de los Derechos Especiales de Giro (DEG). “En primer lugar, creo que hay un gran malentendido”, arrancó Coates, explicando que “no se trata de echar mano a los famosos DEG”, sino dejarlos dentro de la cartera de reservas internacionales del BCU, tal como fueron asignados por parte del FMI. El planteo pasa por organizar mejor el manejo de activos y pasivos de la autoridad monetaria, de modo de lograr eficiencias en el costo de intereses, ya que parte de esas reservas (activos del BCU) son financiadas con pasivos “bastante onerosos”.
Según Coates existen US$ 7 mil millones en reservas que se financian mediante la emisión de Letras de Regulación Monetaria (LRM) por parte del BCU, que paga “un costo bastante alto”, especialmente en períodos como el actual en que la cotización del dólar es estable. Concretamente, propone que los DEG pueden servir para cancelar parte del stock acumulado de LRM y de esa manera ahorrar en la cuenta de intereses. El mecanismo sería el siguiente. En primera instancia, el crédito de DEG en el BCU produce un aumento en los activos de reserva. Lo que se propone es que a partir de ese momento el BCU modifique su calendario de colocaciones de LRM, para iniciar “una gradual reducción del circulante”, hasta alcanzar al equivalente en pesos de los DEG que ingresaron en el activo. Como resultado de esta operación, se “va a producir un excedente de pesos en plaza”, que probablemente se pasarán a dólares, ya que no existen activos financieros en condiciones similares de tasa y liquidez. Esto ayudará a desincentivar el ingreso de “capitales especulativos que llegan al país” para capturar la diferencia entre las tasas de las LRM y su costo de capital en dólares. La demanda incremental de dólares que provoca el excedente de pesos es atendida por el BCU que vende el incremento de reservas, y así se completa la operación, “desinflando” un costoso balance.
Posteriormente, Lussich le preguntó a Coates por las expresiones del Ec. Isaac Alfie, director de OPP, quien a través de twitter manifestó que los DEG son para otorgar liquidez en momentos complicados, y que en este caso el FMI habría explicitado que de preferencia deberían tener como destino la adquisición de vacunas. “Bueno, no es tan así”, respondió Coates, quien explicó que ese sí era el caso para países que no cuentan con reservas, que no es la situación de Uruguay. Pero aclaró que el propio FMI indicó que “no hay ninguna condicionalidad” en cuanto al uso de los DEG, y que esta inyección de reservas está destinada a apoyar a países que se encuentran limitados “para enfrentar el impacto de la pandemia”, reduciendo las necesidades de mayores ajustes fiscales y “permitir una mayor respuesta cíclica”.
Según Coates, el FMI señala explícitamente que los países pueden considerar utilizar los DEG “para reducir deudas públicas internas onerosas”, que es exactamente lo que propone Cabildo Abierto.
Coates destacó que la idea es solo usar los aproximadamente US$ 600 millones para cancelar LRM, cuando el potencial total sería de US$ 7.000 millones, que es la cifra de reservas financiadas con la emisión de LRM. “Es el 8 % del total y es el 4 % del total de las reservas que tiene el país”, sentenció el doctor en economía por la Universidad de Stanford, y especialista en temas monetarios. “Tampoco estamos hablando de algo con un impacto muy, muy extendido”, concluyó.
Finalmente, Coates aclaró que la propuesta no pasa por tocar los DEG, sino de posibilitar un manejo más eficiente de reservas que permita bajar los costos de intereses del BCU. “Acá no hay que confundir el stock de activos con el flujo de intereses”, asestó Coates, en clara referencia a la confusión en que cayeron algunos operadores políticos y económicos. “Nosotros estamos hablando del flujo de intereses. Nadie le quiere echar mano a las reservas. Todo lo contrario”, expresó.
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