A poco más de dos meses de plebiscitar la reforma de la seguridad social, el Banco de Previsión Social (BPS) continúa aumentando sus prestaciones a jubilados y pensionistas. La baja de la tasa de interés para los préstamos en efectivo y la ampliación de los beneficiados por el Plan Ibirapitá son algunas de ellas.
El vicepresidente del BPS, Daniel Graffigna, en declaraciones a La Mañana hizo referencia a estos temas, además de analizar los efectos de la baja de natalidad que se incrementó desde 2016 a la fecha, así como el aumento de la expectativa de vida de los uruguayos que subió de 59,9 años en el año 2000, a 78,2 años en el 2023.
¿Cómo enfrenta el Banco de Previsión Social la baja natalidad?
Es una de las razones por las que, entre otras, era necesario plantear una reforma de la seguridad social. En los últimos años el índice de natalidad se ha visto seriamente afectado, es uno de los problemas demográficos que tiene el país a largo plazo, sumado al aumento de la esperanza de vida y a otras razones como la relación entre activo y pasivo. En la década de los 60, por ejemplo, había cuatro personas trabajando y un jubilado, ahora no llegamos a un dos a uno. La incidencia de las nuevas tecnologías y, por supuesto, la baja en el índice de natalidad. El último censo demostró que de no haber mediado el flujo migratorio que se dio a nuestro país en los últimos años, hubiéramos sido menos población que la del censo anterior. Es un tema complejo del que no se habla mucho, más allá de los esfuerzos que se han hecho desde el Parlamento en el sentido de estimular a las generaciones. Es un problema profundo que afecta al país y, naturalmente, al sistema de seguridad social en el mundo entero. Desde ese punto de vista, Uruguay tiene similitud con países europeos.
¿El aumento de la expectativa de vida también influye y es tenido en cuenta para la reforma de la seguridad social?
Por supuesto, hay personas que sobreviven a la jubilación y terminan jubiladas más tiempo del que estuvieron trabajando y aportando en la seguridad social, se sobrevive mucho más a la jubilación de lo que se sobrevivía en décadas anteriores. Por ejemplo, cuando se recorren los complejos de vivienda administrados por el BPS, es normal encontrar personas que hace 25 años que viven ahí. Esto demuestra lo que se sobrevive a la jubilación y, naturalmente, lo que se aporta a los efectos de acceder a una jubilación daría para pagarla durante ocho años y por la vía de los hechos se demuestra que, en la mayoría de los casos, se sobrevive bastante más.
¿Cómo encara el BPS los cambios tecnológicos para prepararse de cara a proyectos futuros?
A través del usuario personal, que lo puede tener cualquier persona con vínculo con el BPS, se puede hacer una cantidad enorme de trámites que evitan el desplazamiento a las oficinas. Hace poco pusimos en marcha una especie de simulador (Mi jubilación estimada) en la que quienes estén próximos a jubilarse, sin necesidad de ir a ninguna sucursal del organismo, pueden acceder a la información. Por otro lado, en varias sucursales se han instalado tótems en donde se puede recibir información como la historia laboral o un registro de la jubilación, o un negativo para hacer un trámite, lo puede hacer ahí y se cuenta con un funcionario que puede ayudar.
Son todas herramientas tecnológicas e informáticas que hacen que ya no sea necesaria, en muchos trámites, la presencialidad. Nosotros atendemos un público muy variado, toda la parte informática funciona muy bien, pero es cierto que al adulto mayor le cuesta acceder más a las herramientas informáticas y en ese sentido, por ejemplo, para acortar esa brecha digital, hemos puesto en marcha lo que fue el Plan Ibirapitá que ahora se llama Programa Ibirapitá, ya que le hemos agregado algunos beneficios para fortalecer el vínculo entre los adultos mayores. Porque con el pasar de los años algunos vínculos desaparecen y nos parece que la tecnología pueda ayudar para fomentar nuevos vínculos y fortalecer los ya existentes.
A los adultos mayores que tienen más de 65 años y no han recibido tablets se les está entregando un celular de última generación con 20 GB gratis para navegar (antes tenían 1 GB), tienen 50 minutos gratis para hablar por teléfono. Eso hace, también, a la incidencia de las nuevas tecnologías focalizadas en personas que pueden tener dificultades para acceder a ellas, ya que no son nativos digitales y, en segundo término, porque tal vez no tienen recursos para acceder a celulares de última generación y ahí es cuando se los suministra el BPS a través de Antel.
¿El beneficio se podrá hacer extensivo a los familiares directos del adulto mayor fallecido?
En principio era para jubilados que ganaban hasta 30 mil pesos y que no habían recibido tablets, y quienes ganaban entre 30 y 50 mil pesos, que no habían recibido tablets tampoco, podían acceder al plan de datos. Luego, lo hicimos extensivo a los pensionistas por vejez que antes no tenían derecho, eso fue aproximadamente en agosto del año pasado y hace poco tiempo el directorio del BPS también tomó la decisión de hacerlo extensivo a la pensión por sobrevivencia y a asistencia a la vejez, que es una prestación que brinda el Ministerio de Desarrollo Social dirigida a personas mayores de 65 años que cuentan con una prestación mínima.
Se habló mucho de la unificación del baremo como regla para medir discapacidad, ¿lo ha logrado el BPS?
El banco participó en la generación del baremo único, es un tema que está en trámite parlamentario. Había siete baremos para acceder a distintas prestaciones, es un problema histórico que tiene nuestro país. Una persona, para solicitar una prestación determinada a un organismo del Estado, tiene que pasar por el baremo que aplica ese organismo, después tenía la posibilidad de acceder a una prestación. El BPS tenía su propio baremo a los efectos de que pudieran solicitar ciertas prestaciones y lo que se hizo durante dos años y más fue trabajar entre varias instituciones dentro de las que participa el BPS con el fin de intentar llegar al baremo único. Sé que están trabajando en el Parlamento y ojalá que se logre el resultado que todos anhelamos.
¿Los préstamos que proporciona el BPS sufrieron una reducción de las tasas de interés?
Sí. En la sesión anterior del directorio del BPS se tomó la decisión de bajar en cuatro puntos la tasa de interés para los préstamos sociales que brinda. La tasa mínima quedó en 23,5%, nos parece una decisión muy importante, y se hizo a través de las mejoras desde el punto de vista administrativo y que termina en beneficio directo para quienes solicitan el préstamo social, porque si baja la tasa de intereses quiere decir que va más plata para el bolsillo de quien solicita el préstamo.
¿Esto quedó firme?
Sí, empieza a regir a partir de los primeros días de setiembre y aprovecho la oportunidad para informar este avance tan importante para quienes utilizan préstamos, que son aproximadamente 200 mil personas.
¿Cuáles son las exigencias para acceder al préstamo?
El trámite es el mismo de siempre, que se puede hacer en oficinas del BPS, también se pueden solicitar en cualquiera de los locales de pagos que tienen vínculos con el banco, y también se pueden hacer desde la web, ya que se pueden solicitar y simular, ahí tenemos otras de las posibilidades de la tecnología de mejorar y hacer más accesible la llegada a las prestaciones.
Por ley aprobada las AFAP están devolviendo un 9% de lo aportado a quien cumpla con determinados requisitos exigidos al BPS, ¿cuál es el impacto que ha tenido y cómo lo miden ustedes?
El impacto no es trascendente, a modo de ejemplo, BPS paga 1.400.000 prestaciones por mes, en general, así que nosotros pudimos llevar adelante lo que significó el tema de la reforma, ponerla en funcionamiento. En época de la pandemia fue un organismo impactado por las decisiones del Poder Ejecutivo y Legislativo y cumplió en tiempo y forma. Tenemos un personal capacitado y que ha dado respuesta a todo, así que en este caso no es algo significativo.
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