La apertura del mercado de carne aviar en China “es una solución, pero no la gran solución” para los productores avícolas. En el corto plazo, les preocupa principalmente lo que puede ocurrir con el precio y el abastecimiento de maíz y soja, alimento fundamental de las aves. La Mañana habló sobre estos temas con Domingo Estévez, presidente de la Cámara Uruguaya de Productores Avícolas.
¿Cómo les viene afectando la importación de pollos?
Hemos estado conversando con las autoridades del Ministerio de Ganadería, quienes nos plantearon la preocupación sobre cómo nos podría afectar esto y procurarán, sin cortar las importaciones, que afecte lo mínimo posible a la industria nacional.
¿Cómo califica que está la industria nacional, en cuanto a la producción y el consumo interno?
La producción ha logrado abastecer el mercado interno y no hay necesidad específica de importación por falta de producto de plaza. El mercado ha ido creciendo en los últimos años y la industria ha acompañado el crecimiento. Esto sin avanzar en el tema precios, a pesar de que los precios de los insumos fundamentales –que son los granos, como maíz y soja– han subido bastante.
¿Cuánto es la producción en Uruguay de pollos?
La producción nacional está en el entorno de las 80 mil toneladas anuales, o sea entre 30 millones y 32 millones de aves por año. El consumo ha venido creciendo en los últimos años y lo hizo con más intensidad en el año 2021. Después se ralentizó en el 2022. Este crecimiento en el consumo también tuvo sus consecuencias en la producción nacional, porque el volumen importado fue muy grande, por lo cual aumentó el consumo con más productos importados. Hoy día se sigue importando y no se ha parado de hacer. Se está moviendo menos volúmenes que los que se venían importando en 2022 cuando se llegó a 900 toneladas en el mes de diciembre. En enero, eso cayó a un poco menos de 600 toneladas y en lo que llevamos de febrero se nota un descenso también. Pero también son meses de menor consumo. Esto porque mucha gente se traslada al interior y baja la demanda en Montevideo.
Una pregunta del consumidor es si la importación hace bajar los precios, porque estos se mantienen.
La importación no ha bajado los precios. No lo decimos nosotros, lo dice el INE. O sea, el precio del pollo no ha bajado por las importaciones, a pesar de que se ha importado y bastante, principalmente la suprema. La población no se benefició de la importación. Lo que sí pasó es que se perdió producción nacional, se perdió consumo y se perdió trabajo. Eso implica muchas cosas, ya que no se pierde solo el trabajo directo. También se pierde porque hay menos consumo de granos y mucha gente deja de transportar esos granos, o sea afecta a los transportistas, y eso genera toda una cadena de afectados.
La importación puede darse por un tema de abastecimiento o precio. Pero en este caso usted señala que no hay esos dos factores, ¿entonces quién se beneficia?
De abastecimiento no es, porque es la plaza siempre ha estado abastecida. La pregunta de por qué se importó se la deben hacer a alguien fuera del ámbito avícola, porque si la importación fue por precio, eso no se ha notado.
Apertura de China
¿Cómo observan ustedes la posibilidad de la apertura del mercado chino para la carne aviar?
Lo vemos muy positivo. El sector avícola ha estado empujando muy fuerte esta iniciativa. Tenemos que reconocer un gran esfuerzo que está haciendo el Ministerio de Ganadería y el INAC. Pero no es la solución de la avicultura uruguaya. Uno tiene que tener varios mercados, no un solo mercado. China es un mercado muy importante y es un excelente comienzo porque, además de grande, es de alta exigencia. Además, si Uruguay está habilitado para China, sería algo muy bueno y cambiaría un poco las perspectivas de cómo nos ven en otros mercados. Pero no es la gran solución. No es que se abrió el mercado chino y vamos a producir un 50% o un 80% más para exportar.
¿Cuál es la principal solicitud que ustedes como sector le realizan al gobierno?
Es la apertura de mercados. MGAP, Cancillería e INAC están trabajando mucho en eso, pero somos realistas. Reconocemos el trabajo que se está haciendo por el Gobierno, pero somos conscientes de que todo esto lleva tiempo. Un ejemplo es que con China las conversaciones se iniciaron hace cinco años y recién se ve alguna posibilidad en este año. Según nos ha dicho el ministro Mattos, hoy somos la prioridad uno. El primer tema que tiene para tratar China es la apertura del mercado de aves. Mattos nos ha informado que en este primer semestre está planificando un viaje a China para hacer las gestiones correspondientes. La semana pasada estuvimos haciendo una recorrida por instalaciones industriales y de crianza con el embajador chino, el encargado comercial, la secretaria de la embajada y eso fue muy productivo. Pero los tiempos son los tiempos. Y si demoramos cinco años para llegar a esto, pensamos que sería una gran cosa que en el correr de este año pudiéramos tener la habilitación para ese país.
¿Cómo vienen procesando la falta de agua y las intensas temperaturas?
Afecta, pero no tan seriamente. En cuanto al calor, la parte de crianza de aves está muy tecnificada y con muy buenos equipamientos. Ya hace años que se han venido haciendo inversiones importantes por parte de los fazoneros y las empresas en este sentido, y hoy hay un nivel de confort que se le puede dar a las aves a pesar del calor. Pero afecta por ejemplo a las reproductoras. La gallina, con tanto calor, ponen menos huevos y esto repercute en lo que es el nacimiento de pollitos. Por suerte, de noche refresca bastante y eso hace que las aves coman. También por este calor baja el peso promedio y el engorde. Pero no han existido problemas de mortandad y tampoco tenemos una escasez generalizada en materia de agua.
¿Y en cuanto a la alimentación?
Ese es el tema más grave y va por el lado de la producción nacional de granos. En muchos lugares se ha perdido casi toda la cosecha de maíz y la que no se ha perdido es porque tiene riego. Entonces vamos a tener una cosecha muy mala de maíz y, de continuar la seca, también bastantes problemas con la cosecha de soja. Esos son los dos granos fundamentales para nuestra industria, de eso se alimentan las gallinas y los pollos: de soja y maíz. De momento hay abastecimiento de granos, pero el precio sube. Y las cosechas de nuestros vecinos tradicionales –Argentina y Paraguay– tampoco son demasiado buenas. Tienen el mismo problema de sequía que nosotros. Y este es el gran riesgo que vemos con el tema seca: la alimentación. Esperemos que llueva pronto y no siga afectando más a la soja, porque el maíz digamos que ya no tiene solución. En soja somos autosuficientes, y debemos entonces importar maíz fundamentalmente de Argentina y de Paraguay.
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