En el marco de la importante sequía que hoy afecta el país, UTE está generando el 40% de la energía a través de sus centrales térmicas que funcionan a base de combustibles fósiles. Esto aumenta de manera considerable los costos de la empresa. Para el director de UTE, Enrique Pées Boz, la matriz energética de Uruguay es “muy cara y además inestable”.
¿Cómo fue la última reunión del directorio en que se tomaron medidas para el agro?
Se aprobó dar la facilidad de pago a aquellos productores que decidan acceder a estos beneficios, porque es voluntario. Los productores que se vean afectados por la sequía y entiendan que pueden acceder a este beneficio, se tienen que inscribir en el Ministerio de Ganadería. Los consumos de enero, febrero y marzo se difieren en el cobro hasta julio en seis cuotas sin recargo, adicionados a los consumos de esos meses. Los cinco directores estuvimos de acuerdo que en este caso la crisis de la sequía afecta a todos por igual, entonces se apoya a todos los productores sin distinción de capacidad económica
¿Cómo está abasteciendo UTE al día de hoy en materia de generación, porque en alguna oportunidad era de 100% renovables?
Esto es un proceso cíclico que se da año tras año, en que la falta de lluvias no solo afecta a los productores, sino también a UTE como productor y comercializador de energía. El tema de fondo es que durante 15 años se estuvo desarrollando lo que se llamó primera y segunda generación del cambio de la matriz eléctrica. Entonces la pregunta que nos tenemos que hacer al cabo de estos 15 años es, dónde estamos llegando, es decir, cuáles son los componentes de esa matriz eléctrica y, en consecuencia, los costos de esos componentes.
Ahí vemos qué estabilidad o qué disponibilidad de energía nos aseguran esos costos (que son pagos por todos los clientes de UTE). Porque a cambio de ese costo de trabajar con energías limpias y acompañar toda la tendencia mundial al respecto, a los clientes no se les consultó sobre si estaban dispuestos a pagar esos costos extra. En el decreto del año 2006, donde empieza todo este tema, se diferencian dos tipos de costos. El del mercado, o sea la energía que producen los privados mediante la eólica, la fotovoltaica o la de biomasa. Y el otro es el costo de promoción. Este se define como aquello que se le paga en los contratos a los privados, por encima de lo que sería el costo de un mercado spot. Lo digo con todo respeto: ese cálculo del costo de promoción es irracional. Cuesta creer que UTE tenga que cargar a las facturas US$ 124 por cada unidad de producción de energía fotovoltaica (paneles solares) de una granja solar, cuando otra empresa que se está instalando va a cobrar US$ 30. Esa diferencia de US$ 94 por panel solar es lo denominado “costo de promoción”, que UTE deberá pagar a los privados durante 15 o 20 años y lo va a seguir cargando en las tarifas que son las más caras de la región. Esa es la realidad, no se puede barrer bajo la alfombra. Eso es lo que fueron generando durante 15 años los que administraron sobre todo hasta el 2018: una matriz eléctrica muy cara y además inestable.
Usted señala que es inestable, ¿a qué se refiere?
Es inestable porque no se tiene siempre. Hay dos fuentes de este tipo. El ejemplo mejor es el fotovoltaico, porque por ahora de noche no hay sol. Pero también la eólica, porque no siempre sopla el viento suficiente. Ahí tenemos dos ejemplos, que son altamente mayoritarios hoy por hoy en la matriz de producción que tenemos en el Sistema Integrado Nacional. Y son inestables por definición. Luego está la semiestable, que es la hidráulica. Porque es estable mientras llueva y exista agua, pero cuando deja de llover, como ahora, hay que restringir.
Las únicas estables que se puede disponer son dos: la térmica (que funciona a combustible), es cara, pero se levanta la llave, el motor arranca y produce energía. Y la otra, que Uruguay por ahora ha decidido no contar con ella, es la nuclear, que Argentina y Brasil tienen.
En las inestables no se dispone de ellas de manera permanente. Pero existe lo que se denomina potencia firme, que es el proveer durante siete días a la semana las 24 horas lo que el cliente requiere. Sin embargo, eso es muy caro porque, por ejemplo, ahora se tiene un suministro de 30% de energía solar, pero el resto se debe completar con otros tipos de energía, y para eso debemos prender los motores de centrales térmicas, y lo que era competitivo se termina encareciendo.
¿Al día de hoy cómo está compuesto el suministro?
Hoy, la energía eléctrica está siendo soportada por las fuentes térmicas que son las más caras. El agua de las represas medimos estrictamente, porque no es que no llueva solo en Uruguay, sino también en la región. La eólica y fotovoltaica producen energía, pero no son suficientes para abastecer a todo el Sistema Integrado Nacional. Esto es una muestra de que la matriz energética no solo es cara, es inestable y no suficiente. Por eso hoy estamos intentando importar energía de Brasil, para no tener que usar la energía térmica, ya que sus costos son muy altos.
¿Qué centrales térmicas están encendidas actualmente?
Tenemos tres equipamientos: ocho motores en la Central Batlle a combustible fósil; después en La Tablada otro equipamiento que es el de más rápido arranque; y en Punta del Tigre otro que es de ciclo combinado. O sea, se produce vapor y con eso se prenden los motores, pero eso lleva todo un proceso y demora más que las otras en generar energía. Por eso para regular el sistema se utilizan los motores de Central Batlle. Hoy día, casi un 40% del suministro de energía es con base a centrales de combustibles fósiles.
¿Y cómo afecta esto los costos de UTE?
Cómo se ha dicho en informes internos, UTE no pierde, porque ante mayores costos o menores costos eso se pasa a la tarifa. Pero esto ya se repitió. Entre enero y marzo de 2022 tuvimos gran empleo de combustible fósil, porque también había sequía. Ahora se repite aquello, pero no teníamos las carencias tan grandes de las represas. Es un ciclo que siempre es lo mismo cuando llegan los meses de verano. El año pasado entre abril y octubre cambió todo y las térmicas tuvieron que soportar menos. Y de vuelta, sobre fin de año empezó de nuevo la sequía ya por noviembre y diciembre. O sea, nos tenemos que adaptar a este ciclo.
En cuanto a las negociaciones con Brasil para importar energía, ¿cómo se encuentra el tema?
Con Brasil están en marcha. Al no tener convenio es mediante comercializadores privados a los cuales ya les hemos vendido energía y, por lo tanto, los conocemos. Para la importación, dado unos cambios recientes en Brasil, la compra está un poco complicada. Estamos tratando de lograr esto lo más pronto posible.
¿Cuáles serían las perspectivas de futuro para Uruguay para solucionar este tema que se está dando cada vez más seguido, o sea los cambios en quienes suministran energía?
Cuando se piensa en el futuro, a veces hay más preguntas que respuestas. Y una pregunta es ¿cómo llegamos hasta acá? Y llegamos hasta acá con componentes de la matriz caros e inestables. Y pensando hacia adelante, las soluciones pueden provenir de buscar fuentes que sean estables. Y hay dos: la térmica, que no nos gusta porque es cara, y la otra es la nuclear. El tema es seguir en la tendencia de energías limpias o repensarlo. Vemos países de Europa que, con el desagradable momento de la guerra, al no contar con el gasoducto ruso, les complica la vida, porque no tienen para alimentar su matriz energética. Entonces comienzan de nuevo a pensar en la energía nuclear.
¿Uruguay tuvo hace años un intento de comenzar a estudiar el tema de la energía nuclear, pero eso no prosperó?
El tema amerita ser estudiado, sobre todo por gente capacitada. Por ser una persona interesada en los temas generales de UTE, hoy los argumentos que hay en contra de la energía nuclear es el riesgo y el tamaño de nuestro mercado. Pero Argentina tiene energía nuclear y necesita energía, Brasil lo tiene y sigue necesitando energía. Quiere decir que, en las fronteras del país, y ya se ha demostrado en la práctica, no termina el mercado potencial de Uruguay. Por lo tanto, el tema del tamaño de una central nuclear para mí no es un argumento. El tema va por otro lado. Seguimos con los eólicos, los fotovoltaicos y la biomasa o pensamos en otras fuentes que sean estables y no tan caras.
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