La oposición ha sido crítica con respecto a las respuestas del gobierno para paliar los graves efectos que ha causado la sequía. En esa línea se manifestó el senador “Pacha” Sánchez, quien dijo a La Mañana que las medidas implementadas “son de urgencia, pero no son estructurales”, además de que se cometieron errores discontinuando algunos programas que hubieran sido beneficiosos en este contexto. En otro orden, se refirió al proyecto Neptuno y comentó por qué entiende que no es la mejor alternativa para garantizar las reservas de agua del país.
¿Cómo analiza el tema de la sequía y el déficit hídrico que está padeciendo el país?
Hay varios elementos, uno es el cambio climático. La necesidad de tener en la orientación de desarrollo del país una perspectiva de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, debería ser un eje central de la gestión. Lamentablemente no es ese el caso de los debates que tenemos con respecto a esto. Además, se necesita mucha ciencia, tecnología e innovación. Esto tiene implicancias en cuál va a ser la genética animal que tenemos que trabajar para tener animales más resistentes, lo mismo con las plantas, y ahí hay un escenario donde el país tiene que invertir, desarrollar conocimiento y capacidades para esa necesaria adaptación al cambio climático.
Este es un evento bastante duro como hacía muchísimos años no se veía, con impactos en todo el país y que va a tener consecuencias muy graves. Las medidas que tomó el gobierno son parciales, mitigatorias de alguna realidad puntual, pero la dureza de la sequía va a generar problemas muy serios en nuestro sector productivo. Hay un conjunto de productores pequeños y medianos tanto de la granja como de las distintas actividades agropecuarias, que van a tener enormes dificultades para poder incorporarse nuevamente a la actividad.
¿Las medidas que tomó el gobierno no fueron suficientes entonces?
Las medidas que tomó el gobierno son de urgencia, pero no son estructurales. Y por más que llueva ahora, lo que se perdió, ya se perdió, y hay que ver cómo se logra recomponer. La responsabilidad de la sequía obviamente no se la podemos otorgar al gobierno, tiene que ver con un evento climático, pero sí cometió errores, descontinuó algunos programas que eran importantes como “Más agua a la parcela”, así como todo lo que se había trabajado con la ley de riego.
Cuando uno trabaja a largo plazo, aunque no sepa cuándo va a tener un evento de esta naturaleza como una sequía, cuanta más reserva de agua genere, mejor va a estar preparado. Después, una vez que está el evento, que no tenés agua, lo importante es cómo actuás y cómo respondés, y el gobierno, si bien tomó medidas, evidentemente fueron limitadas. Y ahora viene la postsequía, es decir, cómo se compensan las pérdidas y cómo se generan las condiciones para que los productores que han sido más afectados puedan reincorporarse al sistema productivo. Si no pueden volver, van a terminar endeudados y yéndose. El gobierno debería tener un paquete de medidas más estructurales que permitan alguna solución.
¿Por ejemplo?
Me refiero a créditos blandos para reincorporarse a la producción, a exoneraciones impositivas, y otras medidas que permitan a los productores que perdieron esta zafra, poder reincorporarse en la otra, y no que el endeudamiento sea tan brutal que los inhabilite.
El vicepresidente del Banco República, Alejandro Lafluf, dijo recientemente a La Mañana que ya se están empezando a ver los efectos de la sequía, más allá del agro, en otros sectores como el transporte y el comercio. ¿Preocupan los efectos más a largo plazo que pueda haber sobre la economía en general?
Por supuesto, porque nosotros somos un país de base agropecuaria, aunque algunos se empeñan en pensar que no es así, y entonces, cuando vos tenés un efecto adverso en el sector primario, eso genera una corrida productiva, económica y social en el resto de los sectores. Si la producción agropecuaria ha tenido dificultades producto de la sequía, eso va a repercutir en la cantidad de viajes que van a hacer los transportistas y en la cantidad de jornales que puedan ganar los trabajadores de esa zafra, es una cadena.
Si el Uruguay no asume esto como un problema del país, se pueden generar situaciones bastante perversas. Hace poco fui a la feria de Malvín Norte y en los carteles de los precios de las frutas y las verduras se pone el medio kilo, ni siquiera se pone el kilo por lo caro que está, entonces, eso después tiene un efecto en la calidad de vida de la gente, que ha tenido rebajas salariales, y en la pérdida del poder de compra de los salarios. Esto hay que mirarlo de manera integral y el gobierno no puede desentenderse, hay que atender a los distintos sectores en la medida de las posibilidades que tiene el país.
El senador frenteamplista Sebastián Sabini reflotó la propuesta de conformar una Mesa Nacional de Agua en una columna en Montevideo Portal. ¿Lo ve viable?
Sería necesario. El agua es un activo que hay que pensar a largo plazo. Uruguay tiene una bendición que es la cantidad de fuentes de agua que tiene, y hay que cuidar ese recurso. El cambio climático ha generado un efecto importante en el país, y cómo nos adaptamos a esa situación tiene que ver con las reservas de agua. Hay que generar una mesa para pensar el agua como factor productivo, que es más que importante en la producción, además de ser un bien público que hay que preservar para el consumo humano. Por ejemplo, la productividad es muy distinta en un predio regado frente a uno que no tiene riego, entonces, esto implica una gestión eficiente, responsable y razonable. Uruguay debe tener reservas de agua y eso es lo que tiene que trabajar en una mirada de largo plazo.
¿Cómo ha visto en este contexto el manejo del agua por parte de OSE?
Nosotros tenemos una visión muy crítica con respecto al proyecto Neptuno, que es más caro que las opciones que ya tenía planteadas OSE para poder atender una demanda creciente de agua potable y de calidad. Tomó la decisión de ir por este proyecto, que va a implicar la gestión por parte de un privado en la generación de esa agua, y va a tener un problema: cuando más necesitemos agua potable, menos va a estar funcionando, por un problema de la salinidad del Río de la Plata. En determinado momento del año va a tener un funcionamiento más óptimo y en otro no va a ser tan óptimo. Justamente, cuando hay mayor salinidad en el río es en el verano, que es cuando precisamos el agua. Entonces, parece ser un muy mal negocio de parte del Estado uruguayo pagarle mucho más a una empresa privada para que genere un proyecto privado que cuando más voy a necesitar agua no la voy a tener, es bastante extraño. Nosotros somos muy críticos con eso, y más cuando OSE tenía la opción de un proyecto más barato de gestión propia.
¿Y en cuanto a la gestión de la sequía?
En el tema de la sequía, OSE actuó casi como el gobierno: fue poco previsor y eso generó ciertas alarmas. Por suerte no se llegó a extremos, pero quedó demostrada la falta de previsión de OSE en un evento bastante duro. Recordemos que la sequía, que se vivió con intensidad este año, en realidad viene de tres años consecutivos, y la información que existía al respecto era que la situación en nuestra zona iba a ser bastante dura, por lo tanto, tendríamos que haberlo previsto de otra forma. OSE no lo hizo y después tuvo que reaccionar de urgencia, y cuando uno toma decisiones de urgencia, sin planificar, generalmente comete errores. En definitiva, si Uruguay no incorpora con más fuerza las cuestiones medioambientales, el uso racional de los recursos naturales, estará condicionando sus posibilidades de desarrollo para los próximos 20 años.
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