La Reforma de la Seguridad Social se analiza a pasos agigantados en el Parlamento y se espera su aprobación en los próximos meses. La Mañana dialogó con el secretario de finanzas de AEBU, Pablo Andrade, quien sostiene que lo planteado para la Caja Bancaria “es una reforma pensada en el siglo pasado” y señaló que desde 2008 a la fecha la cantidad de trabajadores del sistema financiero cayó un 25% y el volumen de negocio de las empresas financieras aumentó 400%.
¿Cuál es la posición de Aebu con respecto a la reforma que se está planteando en el Parlamento?
Es un deterioro muy grande en las jubilaciones. En el caso de la Caja Bancaria, implica rebajas en el corto plazo de más de un 15%, y luego del 36% y más. O sea, que habrá rebajas muy sustanciales en las futuras jubilaciones. Además del incremento de la edad jubilatoria, lo que en sí mismo es contradictorio con la política del sistema financiero uruguayo, que implica que los trabajadores salgan del sistema a temprana edad, producto de que se está en pleno proceso de tecnificación.
¿Qué consideraciones le merece la incorporación a las AFAP de los trabajadores que está en la Caja Bancaria?
Ese es otro punto con el que estamos en desacuerdo. No soluciona ningún problema porque también lleva a una rebaja de las jubilaciones. Y para la población en general, solo en el caso de la Caja Bancaria implicará que cerca de US$ 2 mil millones que se deban gastar de la sociedad para financiar el sistema de AFAP. Esto es realmente una contradicción con una reforma que apunta a que en el futuro las jubilaciones pesen menos en el gasto público. Sin embargo, en los próximos 40 años el Estado va a estar pagándole a las AFAP para que reciban la contribución de los trabajadores por cambiar de sistema.
Cuando se plantea la reforma se indica que es para mejorar las perspectivas de futuro, ¿ustedes qué reflexión les merece este enunciado?
Es una reforma que mira el pasado. Sigue mirando financiarse con el aporte de los trabajadores y el aporte de las empresas sobre los puestos de trabajo. El mundo está cambiando. La productividad de las empresas crece sin que crezca la cantidad de horas de trabajo requeridas por parte de este la producción. Eso significa que hay que buscar nuevas fuentes de financiación de la Seguridad Social. Si seguimos apostando a que la Seguridad Social se financia exclusivamente con aportes patronales y personales sobre los puestos de trabajo, vamos a seguir teniendo problemas en función de esa falta de visión que tiene esta reforma. En nuestro criterio es una reforma pensada en el siglo pasado, no en este tiempo de cambio tecnológico tan abrumador que tenemos.
¿Cuál es la edad de jubilación que se plantea para la Caja Bancaria y en que se basan para indicar que va a existir una rebaja en lo que cobrarían?
El incremento de la edad que presenta la ley de reforma general, es el mismo para la Caja Bancaria que para el resto, o sea, 65 años. Y la jubilación a que se accedería es menor a la que actualmente tiene la Caja Bancaria, aun con el retiro a los 60 años.
¿Qué plantea al proyecto refiriéndose exclusivamente a la Caja Bancaria?
La Caja mantendría su autonomía, o sea, no se incorpora al BPS. Lo que se equipara son los cálculos de la jubilación. Y eso comete una enorme injusticia, porque el sistema de aportes nuestros es superior al que tiene el resto del sistema. O sea, tenemos aportes personales y patronales más altos. Esto no se ve reflejado a la hora de igualar en el sistema de seguridad social, lo que implica una injusticia porque si el trabajador aportó más que el resto tendría que tener alguna forma de diferenciarse.
¿Cuál es la situación actual de la Caja Bancaria desde el punto de vista financiero?
La Caja Bancaria pasa por una situación que la ley no resuelve. Tiene un período de 10 años previsto en el que ya tiene un déficit operativo, producto de que desde el año 2020 que es cuando se inicia la pandemia, hasta este momento se perdieron 2.300 puestos de trabajo. Eso significó que cerca de 10% de los afiliados a la Caja dejaron de aportar y en su inmensa mayoría pasarán a ser jubilados, o sea cobrar de la Caja, sin ser repuestos. El Gobierno decidió que en la banca pública no hubiera reposición de vacantes y eso provoca una aceleración del déficit. Por eso nosotros necesitamos tomar medidas de corto plazo para atender esta situación financiera. Luego de 10 años se espera que la caja tenga nuevamente equilibrio producto de que se van acabando generaciones anteriores y la cantidad de jubilados comienzan a decrecer. Eso lleva a que tengamos perspectiva de largo plazo.
¿Pero cómo se atiende la situación durante estos 10 años?
Para eso, en la ley vigente la Caja Bancaria tiene un aporte patronal que no se está aplicando en su totalidad. Existe una aportación complementaria patronal que realizan las empresas a la Seguridad Social por conceptos de los activos financieros, que está establecido en la ley de una tasa del 4 por 10.000 y, sin embargo, hasta el momento se ha aplicado 2,5 por 10.000.
Esa pequeña diferencia que hay de tasa es suficiente para atender el déficit que la Caja Bancaria tiene por delante. Por lo tanto, alcanzaría un decreto del Poder Ejecutivo de aplicar la totalidad del aporte de esta prestación complementaria patronal para resolver los problemas.
¿Por qué no se aplica el 4% y sí un 2,5%?
Se venía aplicando el 2,5% porque era suficiente para atender las necesidades de la Caja. Es decir, ese aporte se estableció con un máximo (4%), pero se podía aplicar por debajo y es por decreto del Poder Ejecutivo que se aplica por debajo.
Hasta el 2020 no era necesario subir el aporte y en la medida en que se provocó una caída de activos tan grande, requeriría que se aplique en la totalidad. Sin embargo, el Poder Ejecutivo hasta ahora no lo quiere aplicar. Prefiere la solución de la Caja pase por adelantar el proceso que plantea la ley de reforma con un aumento de la edad jubilatoria y rebajas de las jubilaciones. Incluso ha hablado de un impuesto a los jubilados. Esto en vez de aplicar lo que ya existe que es este mecanismo que fue acordado por todas las partes en 2008 para que fuera la forma de estabilizar la caja ante situaciones críticas.
¿Cuántos bancarios aportan a la Caja Bancaria actualmente, porque además existen otros trabajadores que también aportan?
Los aportantes son bancarios, públicos y privados, empleados de cooperativas de ahorro y crédito, de financieras y todas las empresas que prestan dinero en términos generales. Es todo lo que se denomina actividades financieras. Esto lleva a que existan 17.000 aportantes. Pero desde la pandemia los aportantes comienzan a caer con el agregado del decreto del Poder Ejecutivo de no reposición de vacantes en la banca pública, lo cual significa 1.000 aportantes menos.
¿Qué efecto tiene la tecnología que lleva a que se necesiten menos trabajadores en el sistema financiero?
Por eso ya en 2008 preveíamos el aporte patronal del 4%. Queda en evidencia de que cae la cantidad de aportantes a la Caja, pero crece en enorme medida los ingresos de los bancos y los negocios que hacen. Si tomamos desde que se crea en 2008 esta prestación complementaria, la cantidad de trabajadores del sistema financiero cayó un 25%. Sin embargo, el volumen de negocio de las empresas financieras aumentó 400%. Es decir, con un 25% menos de trabajadores se cubren cuatro veces más de actividad financiera. Por eso se generó este mecanismo que asocia los ingresos a la Seguridad Social al desarrollo de la actividad financiera. Estamos hablando de un 4 por 10.000. O sea, cada 10.000 pesos de ganancias de los bancos, 4 pesos deberían llegar la Caja Bancaria si se aplicara de forma integral la ley de 2008.
Llama un poco la atención el pasaje de trabajadores de las cajas paraestatales a las AFAP porque esas cajas recibirían muchos menos ingresos para pagar las jubilaciones actuales. ¿A qué atribuyen esta medida?
Es una definición ideológica del Gobierno, en términos de que quiere que el sistema tenga un componente de ahorro individual y ese ahorro individual implica que ingresos que tienen las cajas paraestatales dejen de ir a estas cajas a financiar a la Seguridad Social y pasen a engrosar un ahorro individual que administran las AFAP. En realidad, el gran beneficiado de toda esta reforma son las AFAP.
¿Cuáles son las medidas que ustedes están tomando frente a esta reforma que pronto se votará en el Parlamento?
Estamos en un plan de movilización junto al movimiento sindical y vamos a recorrer todo el país para explicar que otra reforma debería ser discutida con el tiempo necesario. Porque si esta ley va a tener aplicación real dentro de 10 años, no existe una urgencia de establecer mecanismos que endeudarán el país en el largo plazo. En función de eso queremos generar un diálogo social, que es lo que se está necesitando.
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