Con un panorama de gran paridad electoral y sin mayorías parlamentarias en el horizonte, tanto el Frente Amplio (FA) como los partidos fundacionales proyectan un nuevo ajedrez político para poder ganar las elecciones nacionales y gobernar desde 2020. En el actual escenario electoral, los otros partidos que obtengan una buena votación el próximo 27 de octubre tendrán un protagonismo relevante para la segunda vuelta.
De los once partidos que accedieron a participar de las elecciones nacionales de octubre, ocho de estos son chicos, emergentes o en desarrollo. Según los resultados de las pasadas elecciones internas no todos parecen correr con las mismas chances de obtener los sufragios necesarios para llegar a tener representación en las cámaras en la próxima legislatura. Para obtener un diputado, se necesitarán en las próximas elecciones, aproximadamente 25.000 sufragios -1,0% del total- y para un senador 80.000 –3,3%-.
En esta carrera electoral el Partido Independiente (PI), Unidad Popular (UP) y el Partido de la Gente (PG) intentarán conservar sus lugares en el parlamento. Este último, accedió por la incorporación a sus filas de tres legisladores que representaban a otros partidos políticos, pero actualmente solo cuenta con la bancada del exdiputado nacionalista Daniel Peña. El partido encabezado por Edgardo Novick buscará ratificarla en las próximas elecciones parlamentarias, la primera en la que participa el PG, creado en 2016.
El Partido Independiente, Unidad Popular y el Partido de la Gente intentarán conservar sus lugares en el parlamento
El pecado de pensar en la segunda vuelta antes que en la primera hizo que la alianza de centro-izquierda denominada La Alternativa (LA) durara apenas dos semanas. Distintas posturas tomadas con respecto a los posibles apoyos a dar en el próximo balotaje desencadenaron que la agrupación Navegantes de Esteban Valenti y Selva Andrioli quede nuevamente a la deriva. El que también naufragó en la búsqueda de acuerdos es el diputado Fernando Amado. La Unión de Izquierda Republicana (UNIR), nuevo sector del batllista orejano, rechazó formar parte del PI tras la disolución de LA, y en una carta mencionó que al sector liderado por Pablo Mieres le faltó “cintura, tolerancia, diálogo y grandeza”, requerimientos para poder construir “una amplia fuerza política”. Tras el fracaso en la creación de LA y con la aparición de otros partidos en el espectro electoral, el PI corre riesgo de perder su habitual cuarto puesto y algún sillón en el parlamento.
Unidad Popular (UP), coalición de izquierda no oficialista formada en 2013 está integrada por la Asamblea Popular, el Movimiento 26 de marzo, el Partido Humanista -entre otros sectores. Desde su aparición electoral ha intentado captar a los votantes izquierdistas que se han decepcionado con los últimos gobiernos frenteamplistas. Obtuvo un lugar en la cámara de diputados tras las últimas elecciones nacionales de octubre 2014.
Hasta ahora su neutralidad electoral ha pasado desapercibida, pero ante un inminente crecimiento del electorado opositor en detrimento del FA, desde el partido de gobierno muchos esperan que la postura de UP con respecto al inevitable balotaje del 24 de noviembre no sea tan inexpresiva como lo fue en las segundas vueltas de 2009 y 2014.
Muchos esperan que la postura de Unidad Popular con respecto al inevitable balotaje del 24 de noviembre no sea tan inexpresiva como lo fue en las segundas vueltas de 2009 y 2014
Los partidos ecologistas compiten entre sí
Durante la última década los distintos movimientos ambientalistas tomaron fuerza y se posicionaron como los principales defensores del agua y de la tierra. Fueron detractores de la minería a cielo abierto –Aratarí- y el puerto de aguas profundas en La Paloma, proyectos de gran escala que al final no vieron la luz. También obtuvieron algunas victorias legislativas como la prohibición del fracking por cuatro años en 2017.
El grupo “UPM2 NO” se expandió por las redes sociales y generó una indignación viral. Sin embargo, en la campaña electoral este tema no se ha instalado en el debate político a la altura de otros como seguridad ciudadana, educación, trabajo, déficit fiscal, salud y cajas jubilatorias. Los principales dirigentes políticos postergan un debate serio sobre el futuro ecológico del Uruguay, pero existen dos grandes excepciones; el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) y el Partido Verde Animalista (PVA).
Cada uno por su lado y con su propio estilo. El ingeniero agrónomo César Vega –PERI- y el abogado Gustavo Salle –PVA-. Uno por convicción y el otro con cierto grado de oportunismo, ambos se embanderan en defender causas ecologistas y animalistas. Vega, anti UPM de la primera hora, compite ahora con Salle que se presenta como defensor de la soberanía uruguaya y repudia la actuación del gobierno actual en el contrato de UPM2.
Debido a que en Uruguay la masa votante ambientalista aún no es muy numerosa, de no pergeñar acuerdos programáticos y la creación de una alianza para las elecciones de octubre, ambos correrán el riesgo de repartirse los votos del mismo electorado y perder la oportunidad de que un partido ambientalista llegue por primera vez al parlamento.
La grilla de participantes para octubre se completa con el Partido de los Trabajadores (PT) que va por su sexta elección parlamentaria desde 1984. Al igual que el Partido Digital (PD) accedió a las próximas elecciones nacionales por menos de cien votos.
Me extraña que no se menciones para nada Cabildo Abierto si fue mas votado que todos los demás Partidos chicos.