La Facultad de Veterinaria (FVET) y la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay (SMVU) emitieron un comunicado en el que exponen su posición contraria sobre el proyecto de ley de la diputada Nibia Reisch. La agresividad no está determinada por la raza sino por el ambiente, afirman.
El 5 de mayo, la diputada del Partido Colorado Nibia Reisch presentó el proyecto de ley “Perros de razas potencialmente peligrosas”, el cual ahora está en la Comisión Especial de Tenencia Responsable y Bienestar Animal de la Cámara de Representantes.
La iniciativa establece que “queda prohibida la cría, reproducción, comercialización, transferencia, adopción e importación de canes” de 16 razas, “sean puros por pedigree, puros por cruza o mestizos”.
Las razas afectadas son Akita; Amstaf; Rottweiler; Pitbull; Mastín Napolitano; Tosa Japonés; Dogo Argentino; Dogo de Burdeos; Bullmastiff; American Staffordshire Terrier; Staffordshire Bull Terrier; Perro de Presa Mallorquín; Presa Canario; Bullmastiff; Bull Terrier y Fila.
“Los propietarios, poseedores o tenedores” de perros cuyas razas se mencionaron, “deberán de proceder a la esterilización obligatoria de los mismos”. Además, se dictan condiciones estrictas sobre el régimen en que se deberán mantener, sin transitar en la vía ni espacios públicos.
En la última década hubo entre 2.500 y 3.000 casos de ataques de perros
En la exposición de motivos Reisch explicó que el “propósito y objetivo” del proyecto de ley es “preservar la integridad física y la vida de las personas”.
Las cifras de ataques de perros a personas “son muy elocuentes, ya que en la última década se da entre 2.500 y 3.000 casos anuales”, la mitad en Montevideo, “según los datos que maneja el Departamento de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud Pública”.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un perro cada 10 habitantes”, pero Uruguay “va rumbo a tener un perro cada tres habitantes ya que se estima para nuestro país una población canina que supera la cifra de 1.742.000 perros en todo el país”, expresó.
“No es una idea novedosa” ya que “son varios los países que han optado por prohibir la tenencia de razas consideradas potencialmente peligrosas”, agrega la legisladora, y cita casos puntales de Argentina, Venezuela, Alemania e Inglaterra, entre otros.
Facultad y Sociedad de Veterinaria: “la raza no es un factor determinante de la agresividad”
El documento, firmado por el decano de la FVET, Dr. José Piaggio, y el presidente de la SMVU, Dr. Rodolfo Azaretto, cuestiona que se centre la atención en las razas caninas y que se apele a la reclusión de los animales, lo que sí lo convertiría en un animal “seguramente peligroso, incluso para sus tutores/tenedores”.
En su parte inicial expresan que ya existe legislación sobe los llamados perros potencialmente peligrosos (PPP), es el caso de la Ley N° 18.471, sus decretos reglamentarios y modificaciones posteriores, además de decretos y ordenanzas municipales. “Entendemos imprescindible y prioritario buscar los mecanismos para que lo ya legislado tenga cumplimiento efectivo. La legislación referida establece claramente las responsabilidades y las acciones que deben tomar los propietarios o tenedores de PPP”.
La FVET y la SMVU destacan que “la raza no es un factor determinante de la agresividad canina”, sino que “el ambiente es lo que determina” la eventual agresividad en el comportamiento.
“De acuerdo a la evidencia científica disponible, la agresividad no es una característica de alta heredabilidad, por lo que el ambiente (condiciones de crianza, educación, hábitat y salud de los animales) es lo que determina con mayor grado la presentación de la agresividad como expresión del comportamiento del animal”, expresan.
Esas condiciones de “ambiente” son las que “potencian o inhiben el temperamento natural de los animales, que es congénito y es una característica que sí puede ser racial. Por lo tanto, la raza no es un factor determinante de la agresividad canina”.
Respecto al listado de razas peligrosas que plantea el proyecto de ley expresan que “no contempla la casuística nacional de eventos de agresividad, y no toma en cuenta a otras posibles razas, ni cruzas”.
“A modo de ejemplo, y de acuerdo a los antecedentes nacionales, aproximadamente el 50% de los eventos agresivos son producidos por perros cruza. Por lo tanto, reafirma el hecho de la inconveniencia de legislar atendiendo a la raza de los animales”, subrayan.
Finalmente, sobre la posibilidad de mantener a los perros en un régimen de reclusión, opinan que dar a los animales “esas condiciones de vida, sin una correcta y sana sociabilización, seguramente atentaría sobre la salud emocional y física de los animales, contradiciendo las prácticas de bienestar animal y tenencia responsable, y afectarían el comportamiento, convirtiendo a un animal potencialmente peligroso en uno seguramente peligroso, incluso para sus tutores/tenedores”.
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