Cuando el presidente Bolsonaro asumió, unos 14 millones de brasileños se encontraban desempleados. En menos de un año de gobierno, la economía ya se está recuperando, se han generado más de un millón de nuevos empleos y ha descendido significativamente la tasa de criminalidad.
El 1 de enero se cumple el primer año del gobierno de Jair Bolsonaro, ¿qué balance hace?
Por primera vez en 30 años, Brasil tiene un gobierno de derecha que ha cambiado la forma de conducir los intereses del país. El presidente Jair Bolsonaro ha establecido un gabinete extremadamente técnico y competente sin ninguna interferencia política, algo inaudito en la historia de nuestra Nación.
Con la aprobación de la reforma de la seguridad social y las discusiones sobre la reforma tributaria, las empresas extranjeras volvieron a creer e invertir en nuestra economía, y los locales, motivados y confiados en el nuevo gobierno, volvieron a crear empleos. Cuando el presidente Bolsonaro asumió, unos 14 millones de brasileños se encontraban desempleados. La mejora de la economía, la reducción de las tasas de interés -la más baja en la historia del país-, la inflación dentro de lo proyectado, el incentivo a la inversión y la lucha contra la corrupción, han resultado en la generación de casi un millón de nuevos empleos.
Otro aspecto que vale la pena mencionar es el proceso de concesiones. A través del Ministerio de Infraestructura, ya se concesionaron a privados casi 30 carreteras, puertos, aeropuertos y ferrovías. En poco tiempo tendremos un avance significativo en la calidad de nuestra logística de transporte.
“Uruguay puede destacarse en la exportación de proteínas animales y, junto con Brasil, conquistar mercados para el arroz”
Este año se cumplen seis años de déficit fiscal continuos. En 2016 tuvimos nuestro peor indicador, y las cuentas de la Unión cerraron con un déficit de R$ 162 mil millones. Para 2019, las proyecciones apuntaban a un rojo de hasta R$ 140 mil millones. Sin embargo, la realidad mostrará una fuerte reducción del déficit primario, que terminará el año por debajo de R$80 millones, demostrando que la política de control de gastos adoptada por el gobierno de Bolsonaro ha sido efectiva.
Por otro lado, también es importante destacar que las tasas de criminalidad y los asesinatos de policías han disminuido significativamente. A pesar de que el gobierno todavía no cumple un año en el poder, la población ya percibe un nuevo Brasil, un país que retomó la senda de crecimiento y desarrollo; un país que piensa en el futuro y en las nuevas generaciones, con un gobierno serio y comprometido con los brasileños.
Usted promovió recientemente el Código Forestal Brasileño para el Bioma del Bosque Atlántico, ¿qué importancia tiene? ¿Y cómo enfoca el tema de la soberanía?
A menudo digo que uno de los trabajos más importantes que hice durante mis cinco períodos como diputado federal fue mi participación en los cambios promovidos por el Código Forestal de Brasil. Si no se modificara la ley, sería un duro golpe para la economía del país y mi estado, Rio Grande do Sul, que perdería el 40% de su producción de arroz, 70% de uva, 90% de banana, 50% de manzana, 20% de trigo, soja y maíz, 35% de cerdo, pollo y ganado lechero, 20% de ganado vacuno y más de la mitad de la cosecha de tabaco. El impacto negativo en el empleo urbano sería inmediato. Se estima que en total más de un millón de gaúchos[s1] (habitantes de Rio Grande do Sul) quedarían desempleados, afectando a trabajadores rurales, industriales y comerciales. Adicionalmente, la reducción en la oferta de alimentos ocasionaría un aumento en el precio final en las góndolas de los supermercados, afectando seriamente el presupuesto familiar de los residentes urbanos.
Defendemos el tema ambiental con la responsabilidad que siempre tuvimos y respaldados por estudios técnicos y científicos, que constituyen siempre la base de nuestras decisiones. El resultado fue una nueva ley ambiental, la más moderna del planeta. Mientras tanto, algunos segmentos de la Justicia, de la fiscalía y de la propia Ibama, -la agencia ambiental brasileña-, han insistido en interpretaciones dudosas y equivocadas de la ley que provocaron la aplicación de fuertes multas a los productores nacionales. Después de un intenso trabajo, que comenzamos en 2015, la semana pasada, el Fiscal General Federal – AGU – publicó un dictamen que reconoce la aplicabilidad legal del Código Forestal Brasileño en el bioma del Bosque Atlántico. Con esta importante decisión, los agricultores dentro de este bioma que posean áreas consolidadas antes del 22 de julio de 2008, podrán volver a explotar la actividad agrosilvopastoral: más de 220,000 personas en 996 municipios de 10 estados se beneficiarán con la norma, incluyendo reducciones de multas.
¿Se están logrando avances en Brasil en la lucha contra la corrupción y en la cooperación regional contra el crimen organizado? ¿Cómo se puede hacer más eficiente la interrelación fronteriza?
La corrupción no comenzó con los gobiernos del PT, es un problema histórico. Pero no esperaban encontrarse con el exjuez y ahora ministro de Justicia Sergio Moro en su camino. Con la operación conocida como “Lava Jato”, el resultado fue el arresto de un expresidente, empresarios y docenas de políticos. La lucha contra la corrupción es una prioridad en el gobierno actual y esta acción debería tener un impacto en la lucha contra el crimen organizado, el tráfico de drogas y la violencia, crímenes de naturaleza cada vez más transnacional. Para la prevención de estos delitos es fundamental el uso de nuevas tecnologías y la integración de bases de datos regionales, compartiendo información con nuestros vecinos. La participación del Congreso en este escenario también es importante. Ya probamos el paquete contra el crimen promovido por el ministro Moro, que contiene medidas para combatir el crimen organizado, el tráfico de drogas y armas, la actuación de milicias privadas y otros. También racionaliza y moderniza la investigación y el enjuiciamiento penal.
Código Forestal de Brasil: “Si no se modificara la ley, sería un duro golpe para la economía del país y Rio Grande do Sul, que perdería el 40% de su producción de arroz, 70% de uva, 90% de banana, 50% de manzana, 20% de trigo, soja y maíz, 35% de cerdo, pollo y ganado lechero, 20% de ganado vacuno y más de la mitad de la cosecha de tabaco”.
¿Qué perspectivas tiene sobre las futuras relaciones bilaterales entre Uruguay y Brasil?
Las mejores posibles. Con la llegada del nuevo gobierno a Uruguay, estoy seguro de que habrá un cambio para mejor en el área comercial y también en el diálogo entre ambos países. Nuevas oportunidades se abren para nuestras naciones. Creemos firmemente que un mejor diálogo ayudará a desbloquear algunos puntos importantes en la agenda bilateral.
¿Es posible un Mercosur productivo más fuerte para los próximos años?
El gobierno de Brasil defiende una apertura comercial que permita, por ejemplo, que los socios puedan negociar individualmente acuerdos por fuera del bloque. Esto es también reivindicado por el presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou. La ampliación de mercados debería ser una prioridad, y esto fortalecerá el Mercosur. Los países del bloque pueden consolidarse como grandes productores y exportadores de granos, fibras, productos lácteos y carne. Tenemos un gran potencial para la producción agropecuaria y debemos fortalecerla aún más trabajando conjuntamente en la búsqueda de nuevos mercados. Mire el ejemplo de la OPEP. Uruguay puede destacarse en la exportación de proteínas animales y, junto con Brasil, conquistar mercados para el arroz.
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