El senador lamentó que un expediente reservado sea filtrado a los medios de comunicación y citando el escrito del Dr. Enrique Guerra dijo que “las consideraciones del expediente de Colonización presentan un cuadro muy fragmentado de la realidad”.
Casi que simultáneamente que el senador Guido Manini Ríos daba vista y respondía al informe de la Asesoría Letrada del Instituto Nacional de Colonización sobre las tierras en el departamento de Artigas que pertenecen a él, a su esposa la ministra de Vivienda Irene Moreira, y su suegro, Roque Moreira, las conclusiones de ese mismo expediente que tiene carácter de reservado fueron filtradas a la prensa y publicadas en varios medios de comunicación, por lo que el líder de Cabildo Abierto realizó una conferencia de prensa explicando la situación.
El legislador ofreció la conferencia de prensa en el edificio Anexo del Palacio Legislativo y lo hizo acompañado del Dr. Ignacio Curbelo: “En el día de hoy tomó estado público un informe que por decisión del Instituto Nacional de Colonización (INC) tiene carácter de reservado”, expresó.
Manini Ríos leyó parte del informe del Dr. Guerra que “claramente demuestra que mi señora, mi suegro ni yo, jamás fuimos colonos”, y el profesional “lo demuestra de forma contundente”, dijo.
El escrito del Dr. Guerra: “Expediente de Colonización presentan un cuadro muy fragmentado de la realidad”
En su escrito, el Dr. Enrique Guerra señala que “las presentes actuaciones refieren en su sustancia a hechos y actuaciones administrativas que se remontan a más de 50 años. El día 19 de mayo de 1970, el INC compró un campo de 2.900 hectáreas en Artigas que no era apto para colonizarse” y que el propio Instituto “fraccionó en dos lotes de 1.600 y 1.300 hectáreas cada uno, áreas superiores a las permitidas para los colonos”, para luego ser vendidas “a través de un llamado público” y a quien realizara las ofertas más altas”, siendo éstos las personas José Motero y Roque Moreira, respectivamente, “sin considerar si los compradores reunían los atributos que exige la ley para ser colonos”.
Si los compradores tenían o no las condiciones para ser colonos “tampoco importaba, dada la naturaleza de la venta”, agrega. Los antecedentes muestran que se trató de una operación inmobiliaria que “no podía quedar comprendida en la acción colonizadora oficial y por tanto se enajenaba al mejor precio”. Fue en diciembre de 1981 que “se otorgó la compraventa definitiva en favor del señor Roque Moreira que adquirió la plena propiedad y posesión libre de obligaciones y gravámenes de las fracciones” en cuestión.
Posteriormente esas fracciones “fueron enajenadas y a través de diversos negocios, se adquirieron por El Palomar SA que tiene objeto agropecuario y su presidente es el propio señor Moreira. Muchos años después, el 1 de octubre de 1991, el señor Manini Ríos, yerno de Moreira, prometió comprar la propiedad y posesión de (otro lote) de 815 hectáreas, la compraventa fue otorgada el 9 de marzo de 1997 adquiriendo Manini Ríos” la propiedad y posesión de padrón.
El Dr. Guerra continúa: “Las consideraciones del expediente de Colonización presentan un cuadro muy fragmentado de la realidad”, ya que “no se encuentran agredas las actuaciones que sirven de antecedentes y son útiles para ilustrar acabadamente lo sucedido”; y por otro lado, “se omite la consideración y el análisis de elementos de hecho y Derecho que son medulares para la compresión y correcta evaluación de las situaciones jurídicas”, tanto de El Palomar SA como del senador Manini Ríos. Por ejemplo, “no se evalúa la grave falta que implica que el INC comprara un campo sin actitudes para ser colonizado, ni tampoco se da trascendencia a su venta pública, que la selección de oferta fue al mejor postor sin importar que los compradores no reunieran los atributos para ser colonos. La sola consideración de estos aspectos indica que por su naturaleza la operación no respondía ni podía responder a la acción colonizadora oficial”.
En definitiva, “se omite toda consideración sobre los antecedentes del caso y los equívocos cometidos por el INC y sus servicios en los años 70 y 71”, lo cual “explica toda la situación creada”, por lo cual “los argumentos expuestos en lo dictamines emitidos no son de recibo para acreditar que los inmuebles estén comprendidos en las disposiciones del artículo 70 de la ley 11.029” que crea el INC, define el concepto de colono y establece cometidos.
“Mucho menos puede admitirse por Derecho la imputación que se hace al señor Manini Ríos acerca de su calidad de colono”, escribió Guerra. “Legalmente siempre es menester un acto administrativo que así lo designe y reconozca , nadie es colono sin su conocimiento, voluntad o atributos para hacerlo, y sin que tampoco lo sepa el propio ente colonizador por más de 50 años , y en este sentido he de notar que se pasan por alto dos grandes aspectos que son reglas básicas del Derecho” y que son, primero “la del tercero de buena fe que adquirió un inmueble rural conforme a una correcta información registral y bajo las estipulaciones de un negocio privado ajeno totalmente a la égida del INC”; y segundo, “que el paso del tiempo no es algo indiferente en las apreciaciones jurídicas”.
“¿Berterreche no sabía que el comandante del Ejército era colono?”
Por otro lado y en la parte final de la conferencia el senador Manini Ríos planteó una serie de interrogantes, en las que el INC debió haber reparado previamente. “Un militar por definición no pude ser colono porque no puede vivir permanentemente en el predio rural”, dijo, y añadió: “La pregunta es si el INC no se dio cuenta que había un militar en un predio de colonos, ¿no se dio cuenta que un comandante en jefe del Ejército era colono?”.
“El propio (Adres) Berterreche que es director actual y era presidente de INC, ¿no supo que tenía al comandante en jefe del Ejército colono?, y ¿no llama la atención que una semana antes del referéndum se hiciera público todo esto?”, planteó en referencia a la consulta sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC) realizada en marzo.
“Tengo la convicción de que estamos ante una maniobra política buscando desacreditar, engañar, sembrar la duda”, concluyó.
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