En el marco de su gira por el interior previa a la elección nacional, el senador Guido Manini Ríos en diálogo con La Mañana mantuvo su postura respecto al apoyo que se debe brindar a las pequeñas y medianas empresas de todo el país. Desde su visión, el candidato a la Presidencia por Cabildo Abierto entiende que los beneficios por exoneraciones a las grandes inversiones que proceden del extranjero (casi un 7% del PBI) son excesivos y generan una injusticia para quienes aportan más del 90% de la mano de obra nacional y que sufren el peso de la carga tributaria.
Se está reclamando el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, ¿es la realidad que recoge en su recorrida por el país?
Nosotros lo venimos diciendo, no ahora, apuntando a las elecciones porque ahora todo el mundo tiene propuestas mágicas y buenísimas y les pasan la mano a sectores buscando el voto. Lo que decimos ahora lo decíamos en el año 20 y yo creo que en el 19 también, no estamos diciendo nada nuevo. La gran castigada de las políticas económicas de los últimos tiempos, incluyendo distintos gobiernos, pero sobre todo en los años frenteamplistas, ha sido la clase media uruguaya. Aquellos que son capaces de salir adelante en la vida con el fruto de su propio esfuerzo, pequeños y medianos productores son castigados por políticas que tienden a favorecer a los grandes de cada sector, dándoles todas las concesiones. Y nuestra clase media sufre la asfixia que el Estado va generando sobre amplios sectores de la sociedad. Nosotros desde el primer día, en un documento que le entregué en mano propia al presidente Lacalle y a la ministra Arbeleche de 22 puntos y se lo entregamos en febrero del año 21 o sea va a hacer 4 años ahora, donde planteamos condiciones que le den oxígeno a esa micro, pequeña y mediana empresa, al comercio de frontera de Rivera que le den ese oxígeno que le permita caminar, competir, para poder sobrevivir. Partimos de la base que son el mayor generador de empleo del sector privado y esa tiene que ser la solución.
Nosotros hemos dicho que si somos capaces de generar condiciones para que cada micro, pequeña y mediana empresa pueda tener un empleado más, considerando estas exoneraciones como estímulos y no como pérdida, el Estado no tendría a alguien en el Mides y tendría a alguien trabajando con dignidad, con más posibilidades de no caer en la droga y en el delito. Realmente tenemos que seguir una política de Estado de generar las condiciones para que cada micro, pequeña y mediana empresa tenga un empleado más. Acá se hace todo lo contrario, acá se hace todo de tal manera que un empleado más es un problema para el empresario, si el empresario de tener 10 puede tener 7, mejor porque le resulta menos problemático. La clase media uruguaya es la gran castigada, es la que ha sufrido los embates más grandes de la economía. El IRPF es un misil a la clase media, el trabajador que puede escalar socialmente en base al trabajo llega un momento que termina trabajando más y se lo paga todo al Estado, lo desestimula. Eso es lo que viene pasando en los últimos tiempos, sobre todo en los gobiernos frenteamplistas.
Ustedes han hecho planteos de “sentido común” sin obtener los resultados esperados. ¿Cuáles pueden ser las razones?
Hay algo que siempre digo, los economistas han estudiado en los mismos libros, pero después vienen acá y son frenteamplistas, son blancos, colorados según la tradición familiar, sensibilidad, pero la base de todos es la misma. A los economistas les da lo mismo que haya 100 tamberos que remiten 1000 litros de leche cada uno por día o que haya uno que remita 100 mil litros, les da lo mismo es la misma matemática. No ven lo que hay detrás, como el problema social que tendría que medirse. Los países del primer mundo sí lo hacen y hacen lo imposible para que las personas no se vayan del medio en el que viven, porque si se van le generan más gastos al Estado. Por esa razón, les aseguran las condiciones mínimas para salir adelante, así sea asegurar el precio mínimo de la producción para que vivan en el medio rural, llevando las comodidades, el confort, la señal de internet que tantas veces falla a pocos kilómetros de las ciudades principales. Lo mismo que llevar pavimento, escuelas de nivel que se mantengan en el medio rural y que no sigan cerrando y generando que en definitiva las familias vayan a la ciudad.
Creo que falta un cambio de modelo de país, como nos dice el economista que nos asesora, el Dr. Kenneth Coates, este modelo es de subsistencia, de repente viene un viento de cola porque todo lo que se vendía valía en el mundo y porque había intereses tasa cero de lo que se le prestaba a Uruguay. Ahí crecimos un poquito más, vienen las cosas en contra y nos vamos para atrás. En la pandemia nos fuimos bien para atrás y así estamos yendo y viniendo, pero siempre sobreviviendo, no es una economía de crecimiento real para desarrollar el país en pocos años. Desde la Guerra de Corea hasta hoy el promedio de crecimiento es del 2%, cuando el mundo entero ha crecido un promedio de 4%.
Muchos integrantes de las pymes manifiestan que no los escuchan. ¿Por qué no se ha discutido a nivel político?
Repito que esto no solamente lo hablamos, le entregué por escrito al presidente, a la ministra Arbeleche –formamos parte de una coalición que se tiene que mostrar lo más coherente posible– propuestas concretas, el gasto tributario, lo que el país se priva de cobrarles a las grandes empresas por exoneraciones que las ha conseguido a veces hasta por 40 años, hay que revisarlo. Ese gasto ronda el 7% del PBI en el continente está en torno de la mitad, acá hay exoneraciones demasiado generosas y pienso que hay que trasladar esa generosidad al chico, al pequeño, al que está empezando. No les podemos caer con todo el peso del Estado provocando que al poco tiempo deban cerrar, tenemos que cambiar la visión.
Cuando viene una empresa de afuera que factura más que el Uruguay, pide la zona franca, la energía al precio que quiere que es tres o cuatro veces el precio de mercado, pide la paz sindical, pide que introduzcan en los planes de estudio determinados temas que a ella le sirven, pide el ferrocarril, pide lo que sea. Y Uruguay se lo concede todo. ¿Qué dicen con esto? Que sin esas condiciones no vienen. Pregunto: ¿y el trabajo nacional no tiene derecho a lo mismo? Es evidente que hay una clara injusticia. No tengo nada en contra de una empresa, pero a la papelera que está instalada en pueblo Centenario le dimos todo lo que pidió, y si consideramos los costos del ferrocarril, por ejemplo, que es de varios miles de millones, y le diéramos la cuarta parte de eso a Conaprole, ¿cuánta gente más podría trabajar?, ¿qué efecto social se podría generar? Hay que ver dónde están las prioridades, y sobre todo hay que cambiar el modelo de país. Recomendaría mucho leer a Kenneth Coates, que tiene muy claros los conceptos, y tiene criterios lógicos y propios que difieren muchas veces de lo que se está planteando casi unánimemente en el mundo de los economistas.
Se habla del déficit del BPS, se habla de informalidad. ¿Tenemos que aplicar políticas para reconquistar a los sectores que abandonaron la formalidad?
Yo pienso que habría que bajar la carga tributaria y exigir que todos paguen. Si ese 40% de trabajadores informales estuviera en la formalidad, aun pagando un 10% o 20% menos de lo que paga hoy, la recaudación final sería mayor obligando a todos a pagar, pero para eso se necesita fiscalizar en serio. El país se caracteriza por la multitud de leyes que nadie cumple, de las que todo el mundo se mata de la risa. En el Parlamento no voy a decir que hayamos hecho cosas maravillosas, nos podemos romper el alma para sacar la mejor norma posible, pero después nadie la cumple. Si no fiscalizamos, si no hacemos cumplir la ley no tiene sentido, exigiendo que el que tiene que pagar pague. Hay que entender que se debe bajar la carga tributaria, porque si hay un 40% de informalidad, es porque las empresas no pueden pagar ya que si no se funden.
Las trabas del Estado para quien quiere recuperar su empresa son terribles. Como ha mencionado, la usura del Estado a veces lo hace inviable. ¿Esto forma parte de la propuesta de Cabildo Abierto?
Yo lo digo con modestia, pero el aporte que está haciendo hoy Cabildo Abierto con esto del plebiscito por la deuda justa creo que va a ser importante, ojalá que signifique un antes y un después en el endeudamiento de la gente y que le pueda dar un oxígeno a tantos miles de uruguayos. Mucha gente hoy termina en la informalidad porque no tiene forma de tener los créditos necesarios porque está fuera del sistema, porque es deudor irrecuperable o porque el Clearing no lo larga. Yo creo que ese aprisionamiento de centenares de miles de uruguayos en una red –como esa mosca que cae en la tela de araña y no puede salir más– debe ser rota y la presentación de las firmas es algo importante que no ha sido valorado en su justa dimensión. En este momento, no hablamos mucho de ese plebiscito, no queremos confundir a la gente que tiene que elegir entre otros dos plebiscitos, pero repito que creemos que va a haber un debate que nos va a enriquecer a todos.
Sobre la situación que se desea modificar con el plebiscito, se había hablado de hacer un cálculo jubilatorio de 15 años, Cabildo Abierto pidió considerar 5 y se terminó en 10, ¿cómo beneficia o perjudica la economía del país desde las pymes?
Yo hago este razonamiento, lo manifiestan todos los economistas, será por aquello que estudiaron en los mismos libros como expresé anteriormente. Todos dicen que de aprobarse este plebiscito se generaría una recesión grande, que va a tener que solventar el Estado con nuevos impuestos. Esto va a generar un enfriamiento de la economía y va a generar en definitiva una pérdida de puestos de trabajo. El otro día la cámara de construcción vial hablaba de la pérdida de 15 mil puestos de trabajo que se financian con las AFAP, que dejarán de financiarse en caso de que esto se apruebe. Entonces a qué conclusión uno llega: que el Pit-Cnt propone algo que afecta negativamente a los trabajadores. No está defendiendo a los trabajadores. Es una lucha por poder interno lo que buscan, en definitiva. Es embromar a los trabajadores. Lo que no me sorprende, porque lo mismo pasó con la usura, nunca el Pit-Cnt hizo una huelga en contra de la usura, ¿o alguno de ustedes se acuerda de un paro general en contra de los usureros? Ni siquiera un mísero cartel en la plaza 1º de Mayo que dijera “No a la usura”, sí hablando del bloqueo a Cuba, Venezuela, pero jamás protestaron en contra de la usura, no defendían a los trabajadores. No hay cosa que saque más plata de los trabajadores que la usura, pero sin embargo jamás hicieron un paro contra aquellos que estaban cobrando préstamos al doble de lo que deberían. La conclusión que saca uno, es que la defensa de los trabajadores es un verso político, una hipocresía total, van en contra del propio trabajador que va a perder miles de puestos de trabajo que es lo peor que le puede pasar al Uruguay. Los problemas referentes a la droga empiezan a solucionarse cuando todos tienen trabajo, si no hay trabajo el problema se agrava. De aprobarse el plebiscito se agravan los problemas que tiene el Uruguay.
En tema de exoneraciones nos encontramos con cosas insólitas concedidas desde gobiernos del Frente Amplio. ¿Como se pueden corregir estos errores?
Esas concesiones tienen un costo, si ese mismo costo se usara para impulsar las empresas nuestras nacionales generaría mucho más trabajo, eso está claro. Yo me acuerdo en octubre del año 20 sale el empresario argentino Francisco de Narváez exultante de casa de gobierno anunciando que le acababan de autorizar 30 nuevas grandes superficies y no sé cuántas farmacias más, y que él iba a generar 1500 puestos de trabajo. Esa era la gran noticia y yo dije que habría que ver la otra cara de la moneda, cuánto micro y pequeño empresario se termina fundiendo con estas grandes superficies que se habilitan. Seguramente las ganancias no quedarán en Uruguay, a diferencia de lo que sí pasa con las pequeñas y microempresas nacionales, y otros tantos emprendimientos que terminan cerrando.
Siempre hay que mirar la otra cara de la moneda. También cuando le exoneramos beneficios hay que ver si se generan los puestos de trabajo. Tengo entendido que estos puestos anunciados no fueron tales, y lo que sí terminó sucediendo fue que muchos pequeños comercios terminaron cerrando. ¿Eso es bueno o será mejor que el pequeño mantenga su posibilidad de avanzar? No estamos de acuerdo con esta concentración que a ojo de vista se va produciendo en cada rama de la economía nacional, en cada rama se ve la misma situación. Es un tema ideológico, por un lado grandes empresas que negocian con los sindicatos grandes, matando a los chicos y entonces el trabajador se vuelve dependiente; y por el otro, los que no participan del banquete que dependen de la dádiva del Estado. Creo que esto es ideológico, ir matando a la clase media que puede llegar a demandar, tener autonomía y aparte lo han dicho muchos referentes latinoamericanos de nuestra izquierda vernácula, lo ha dicho López Obrador, Chávez, García Linera, están grabados: el pobre cuando deja de ser pobre se empieza a alejar de la izquierda.
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