Marcelo Nougué, uno de los principales dirigentes de Un Solo Uruguay, considera que la seguridad ha mejorado, pero el actual gobierno “está lejos de las expectativas” en el área de las decisiones económicas. En diálogo con La Mañana, Nogué anunció que ese movimiento competirá con candidatos propios a las elecciones del BPS, siendo este uno de los principales focos de atención durante el 2021.
¿En qué se encuentra en la actualidad el movimiento Un Solo Uruguay?
Seguimos trabajando como el primer día. Tenemos una mesa nacional compuesta por uno o dos delegados por departamento, los cuales pertenecen a la mesa departamental. El movimiento está compuesto por empresarios, trabajadores, productores, profesionales y siempre tuvimos la precaución de que los representantes políticos partidarios no incidan en la discusión interna.
Actualmente, estamos organizando para el próximo 23 de enero un acto virtual (mediante alguna plataforma como Zoom) para evaluar la situación en general y recibir nuevas propuestas de todo el país. Además, estamos comenzando a trabajar en lo que fue una definición tomada en la última mesa nacional, y es que vamos a participar en las elecciones de fines de 2021 para elegir a los representantes sociales en el BPS. Lo haremos en los tres órdenes: empresarios, trabajadores y jubilados. Ya realizamos el lanzamiento de José Pereira (Presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado) como candidato por el sector empresarial. En este caso ya contamos con el apoyo de la Cámara Nacional de Comercio. Queremos de esta manera plasmar nuestras ideas en los organismos sociales y pensamos en el futuro también participar en elecciones en otros organismos con representantes sociales, como ser ASSE.
¿Durante este año cuáles han sido los principales temas y documentos en los cuales han trabajado?
A comienzo de año realizamos un documento sobre el precio de los combustibles y la energía eléctrica, ya que entendíamos que no había espacio para subir estas tarifas. Luego hicimos, y ya con el covid-19 en el país, un planteo sobre las medidas económicas que se debían de tomar para enfrentar la pandemia, dónde marcábamos la necesidad del aporte que se debía realizar desde el sector público y político de acuerdo a su escala de sueldos.
Asimismo, efectuamos otros planteos en cuanto a seguridad y medidas necesarias sobre captación de capitales, los cuales fueron presentados a la ministra de Economía. El último informe que sacamos fue sobre tenencia de tierras.
¿En cuanto a esta última propuesta, cuál fue el enfoque?
Se trata de un documento que busca generar propuestas para el acceso a la tierra por parte de los uruguayos. Esto es en dos líneas: por un lado, que Colonización cumpla con lo que está en su ley, que es permitir a los promitentes compradores como parte de los colonos y, por el otro, armar un fideicomiso por fuera de Colonización, el cual sea de largo plazo y que le otorgue financiación, a 40 o 50 años, a gente que quiera acceder a tierras con su proyecto.
Entendemos que Uruguay uno de los principales problemas que ha tenido en estos últimos años es el despoblamiento del medio rural. El país tiene cerca del 4% de su población en el medio rural y es uno de los países a nivel mundial con menos población en esta condición. Eso no va de la mano con un país agro exportador.
¿Cómo podría relacionarse este punto con la reciente ley votada en Diputados donde se limitan las tierras para forestación?
Nosotros partimos de que la libre competencia de distintos rubros, por un bien como es la tierra, es lo que debería corresponder. El problema es que la forestación no está en libre competencia, y está subsidiada desde hace 33 años y, por lo tanto, existe una balanza desequilibrada a la hora de competir por el recurso tierra. Tiene que haber alguna forma de corregir ese desequilibrio.
“El tema seguridad dejó de ser, en muchos lugares, un tema tan preocupante, y en otros, por el narcotráfico, los problemas siguen”
La forestación hoy compite por suelos agrícolas, lecheros y ganaderos en forma desigual, porque en su fase industrial están subsidiadas, ya que no pagan una serie de impuestos. Una industria que ganó el año pasado US$ 500 millones solo con el impuesto a la ganancia que no se le cobra, le quedan más de US$ 100 millones, que los vuelca en salir a comprar tierras. Entonces alguna medida hay que tomar. Quizás el proyecto aprobado en Diputados se pueda mejorar en el Senado.
¿Cómo se refleja esta situación de compra de tierras?
Todos tenemos conocidos que se dedican a la producción y han perdido campos con la forestación. Varios de los campos que se están vendiendo o con promesa de contrato de arrendamiento son para forestar, a valores que otro rubro no lo puede pagar. Y esos precios por encima de los valores de mercado salen gracias a los subsidios que reciben.
¿Si los subsidios no existieran, podrían pagar entonces lo que están pagando por las tierras para forestar?
Por lo menos no podrían pagar lo que están pagando. Probablemente, los valores de las rentas que obtienen no serían los mismos, porque deberían pagar impuestos y combustibles a los mismos precios que todos los uruguayos. El hecho de estar en zonas francas les libera un montón de fondos que les permite competir por la tierra. Para otros sectores hay reglas: ningún productor puede cultivar soja arriba de la soja, o poner una fábrica en cualquier lado. Lo mismo debería ser con la forestación, que tuviera reglas, porque hoy día no debe cumplir con ningún tipo de normativa.
¿Qué valoración efectúan a como viene actuando el Ministerio del Interior en el interior del país?
Se va más presencia policial tanto en lo urbano como en lo rural y, por lo tanto, no hay tanta alerta pública como hace unos meses. El tema seguridad dejó de ser, en muchos lugares, un tema tan preocupante, y en otros, por el narcotráfico, los problemas siguen. Sobre el abigeato queda aún un “cinturón” complejo en Canelones y San José y en otros lugares ha bajado sensiblemente. Pero se ve otra actitud para combatir el delito.
¿Con la pandemia cuáles han sido los principales problemas que para ustedes han surgido?
En general es el desempleo, principalmente en el comercio y en algunas industrias. Pero hay casos excepcionales como en Paysandú, donde el cierre de los puentes ha hecho que el comercio local se pueda mantener porque la gente no puede cruzar a Argentina a comprar. En cambio, tanto en el este como en el litoral (con las termas), el sector turístico se ha visto muy golpeado. Pero debemos recordar que antes de la pandemia, Uruguay venía de una situación de una pérdida de 60 mil puestos de trabajo. Esos puestos no se recuperaron y se perdieron más. Entonces lo que se ve es poca capacidad y reacción para la generación de nuevos empleos.
Con esta coyuntura y estas definiciones políticas, es muy difícil que esto se pueda revertir. Seguimos con un Estado muy caro, el presupuesto no bajó y la caída en el déficit fiscal está atada a la inversión extranjera que vemos difícil que se logre. Uruguay sigue siendo un país caro, con un atraso cambiario brutal, baja competitividad y altos costos del Estado y así va a ser muy difícil que se pueda invertir.
¿Cuál es la evaluación que realizan sobre la actuación del gobierno en su primer año?
En lo sanitario es un gobierno que ha tomado buenas medidas. En lo que hace a las medidas económicas y reforma del Estado, gusto a poco. Está lejos de las expectativas que teníamos con lo que se había escuchado en la campaña electoral. Las bases económicas vistas hasta ahora son muy parecidas a las que venían de antes, o sea, mantener el atraso cambiario como herramienta para mantener la inflación, un presupuesto alto y una fuerte presión fiscal, lo que obliga a tener tarifas públicas elevadas.
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