En el marco de una actividad organizada por la Sociedad de Productores Forestales, el ministro de Ambiente, Adrián Peña, planteó una actualización de criterios y objetivos ambientales para proyectos forestales, que no cayó bien en los representantes del sector presentes en el evento.
El pasado miércoles 28 de octubre la Sociedad de Productores Forestales (SPF) realizó la segunda edición de los Desayunos Forestales, un espacio que busca propiciar el intercambio de visiones sobre diversos aspectos del sector. La actividad semi-virtual tuvo lugar en la sala de conferencias del Radisson Victoria Plaza y llevó como título “Integración Productiva y Ambiente”.
La SPF es una asociación civil creada en 1959 y está integrada por diferentes actores que conforman la cadena productiva como productores rurales independientes, empresas forestales, empresas que administran fondos de inversión y pensión, viveristas, técnicos, empresas de servicios e industrias forestales. Según indican en su página web, aproximadamente el 90% de los bosques plantados con finalidad industrial de todo el país pertenecen a socios de la SPF.
Durante la actividad, conducida por el periodista Nicolás Lussich, las palabras de presentación estuvieron a cargo del presidente de la SPF, Diego Mora. La primera mesa de diálogo “Integración Productiva” estuvo a cargo de los consultores Francisco Bonino y Álvaro Simeone así como del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte.
El ministro Uriarte durante su intervención destacó la importancia que tiene el rubro y la importancia de la ley forestal del año 1988. “Esa ley sigue siendo un ejemplo y un sueño para muchos otros rubros que quisieran tener el mismo marco para encarar una producción planificada, como futuro, como inserción de una política de Estado”, dijo Uriarte.
En segundo lugar, diferenció la forestación clásica guiada “no exclusivamente pero principalmente por las plantas de celulosa” y el resto del país. En esta línea, remarcó la significancia social de la producción de miel y llamó a superar el 20% de apicultores que hoy está en los montes, como alternativa de integración productiva. “Cuando uno recorre el país no hay lugar donde una familia, ya no digo un productor, y la mayoría de las veces son mujeres, planteen la problemática de la producción de miel”, relató Uriarte. “El Uruguay que nos imaginamos en realidad es un mosaico, no nos imaginamos grandes áreas de una cosa y grandes áreas de otra”, agregó.
Además, Uriarte planteó al auditorio una preocupación “muy personal” respecto al despoblamiento rural. “Yo no me entrego contra el despoblamiento de la campaña. Quiero hacer mi máximo esfuerzo como ministro para contribuir a enlentecerla y en la medida de lo posible devolverla”, acotó. “Obviamente planteos extensivos como la agricultura y la forestación han llevado de la mano un incremento en áreas del despoblamiento. Y un cambio, porque los trabajdores de la forestación se retiran, no permanecen”, señaló el ministro.
El informe del ministerio de Ambiente
La actividad transcurría con normalidad durante las exposiciones de la segunda mesa de diálogo titulada “Ambiente y agro” que contó con la participación de los expertos Nelson Ledesma y Fernando García Prehac. Lo que seguramente no se esperaba era la repercusión que tendría el cierre a cargo del novel ministro de Ambiente, Adrián Peña, quien aprovechó el espacio para presentar a través de unas diapositivas un documento que apunta a actualizar los criterios de calificación de los suelos y los proyectos forestales.
El ministro comenzó con algunas palabras elogiosas para los forestales. “Es un sector de referencia a nivel nacional que ha incorporado mucha tecnología, mucho desarrollo y ha logrado integrar el aspecto industrial con otras producciones. Un sector bien potente en la generación de puestos de empleo, por lo tanto, esencial hoy, para la actividad económica del país”, subrayó Peña.
Seguidamente, el titular de la cartera de Ambiente señaló que existe una “tensión entre la producción y el ambiente” y apuntó a que la atención a la gestión será lo que saque adelante, “con datos” y “sin fundamentalismos”.
La sorpresa fue la presentación por parte de Peña a través de unas diapositivas en las que no solo se planteaban las herramientas normativas vigentes sino también adelantaba las pautas de gestión del ministerio, los planes de gestión ambiental forestal y sobre todo los criterios ambientales para la clasificación de proyectos forestales.
“El tema está en cómo seguimos forestando”, dijo y presentó una siguiente filmina con una actualización de los criterios a la hora de las calificaciones de los proyectos forestales. “La semana pasada lo presentamos como propuesta a la Dirección Nacional de Forestación y a nosotros como Ambiente nos gustaría avanzar en lo sucesivo siguiendo y cuidando estos aspectos”, expresó Peña.
La pantalla proyectaba con el título “Objetivos de la política ambiental para los proyectos del sector forestal” una serie de consideraciones respecto a suelos, biodiversidad, agua y contralor.
En suelos señala el documento que se busca “evitar o minimizar la ocupación de suelos con aptitud agrícola”. En esa línea, indicaba “autorizar en suelos de PF y aquellos suelos de NPF Clase USDA VI y VII categorizados como de Aptitud Uso Forestal. Generalmente suelos índice Coneat <114, como ciertos suelos del grupo 5.02b según estudio semi-detallado”. Agrega “permitir plantar como máximo 10% o 50 hectáreas de otros suelos Clase USDA III y IV, Aptitud Uso Agrícola con limitaciones (suelos asociados generalmente a suelos IC 114 o superior)”.
En biodiversidad apunta a “definir la estrategia de conservación de campo natural en acuerdo con la Mesa de Campo Natural, de acuerdo al % remanente de campo natural en la unidad de cuenca 5, que se encuentre en buen estado de conservación”.
En agua el documento indica “minimizar el avance de forestación en cuencas unidad 5 que se encuentren sobreforestadas (>50%), para no afectar el caudal ambiental.
Finalmente en el punto contralor dice “establecer criterios y controles ambientales para las plantaciones de <100 hectáreas, de trámite ágil y corto”.
“Sensación de gusto amargo”
La parte final de la presentación del ministro Peña evidentemente no cayó bien en los forestales que concurrieron al evento. A pesar de que la instancia de preguntas había sido eliminada por falta de tiempo, la inquietud de los asistentes llevó a que se extendiera para hacer conocer las reacciones al ministro que había echado un balde de agua fría ya en pleno mediodía.
Nelson Ledesma de la SPF dijo que él y sus colegas “vemos que sigue habiendo una política de restricción, queremos expresar que nos causa una sensación de gusto amargo”. Otros productores y académicos presentes manifestaron también sus reparos a las propuestas del ministerio de Ambiente.
Por otra parte, el director forestal del MGAP, Carlos Faroppa, desde una de las mesas se dirigió al ministro Peña y le recordó que falta el informe de la Dirección de Medio Ambiente y la cartografía 1 40.000 de la terrenal para poder avanzar. “Hay trabajo para hacer antes de incurrir ahí”, planteó.
Diputados de Cabildo Abierto y el FA conversan sobre proyecto de ley
En las próximas horas está prevista una reunión entre diputados de Cabildo Abierto y del Frente Amplio para intercambiar opiniones acerca del proyecto de ley que limita los proyectos forestales.
La iniciativa de Cabildo Abierto en su exposición de motivos subraya que “hoy vemos como la forestación avasalla sobre campos agrícolas, ganaderos y lecheros de altos índices de productividad”, contraviniendo el espíritu de la ley forestal de 1988 que promovía el desarrollo de la forestación en terrenos menos aptos para la producción de alimentos.
Entre las disposiciones previstas se establece la limitación para proyectos de implantación de monocultivos forestales que sobrepasen densidades de siembre de 300 árboles por hectáreas exclusivamente a suelos cuyo índice de productividad Coneat sea en todos los casos inferior de 65.
Por otra parte, propone que la superficie destinada a bosques de servicio, cuyas densidades de siembra superen los 300 árboles por hectárea implantadas sobre suelos cuyo índice Coneat sea superior de 65 no podrá superar el 2% de la extensión total del padrón, entre otras medidas vinculadas a la presentación de proyectos forestales. Una opción que está sobre la mesa tiene que ver con la posibilidad de establecer un porcentaje límite para la forestación sobre el total de la superficie del territorio nacional. Actualmente se calcula que hay un 7% de superficie forestada, lo que supone 1.100.000 hectáreas.
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