Ministro Javier García dijo que la apertura de fronteras obliga a dos tipos de controles, por un lado, lo sanitario en cuanto a la doble vacunación y los PCR negativos, y por el otro el cuidado de los comercios del litoral para que no se vean perjudicados por la diferencia de precios con Argentina.
Uruguay ha decidido avanzar hacia una situación de mayor normalidad en varios aspectos de la cotidianeidad, incluyendo la apertura de fronteras. Este martes 10 de agosto, en ministro de Defensa Nacional, Javier García, aclaró que “abrir las fronteras no es descontrol”.
La observación del jerarca fue en rueda de prensa luego del acto de los Mártires de la Aviación Militar, en el cual también participó el presidente Luis Lacalle Pou, el subsecretario de Defensa, Rivera Elgue, y los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.
Abrir las fronteras “no es descontrol”, sino que implica “el cumplimiento de protocolos sanitarios y en ese sentido las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa han trabajado durante todo este año en los puestos de control fronterizo donde la tarea migratoria y sanitaria ha sido muy importante”, dijo García al ser consultado sobre el tema.
En relación al anuncio realizado el lunes 9 por el presidente Lacalle, el ministro dijo que ya conversó con su par del Interior, Luis Heber, y con el director nacional de Aduanas, Cr. Jaime Borgiani, y anunció que se va a “trabajar en coordinación con todas estas instituciones” para lograr una “apertura de fronteras escalonada” como se está planteando, con “controles y el cumplimiento sanitario tanto de PCR como el control de la doble vacunación”.
La apertura escalonada es para continuar siendo “un país que brinda seguridad y salud”, porque somos “un país seguro y saludable” y así “sumar a todo lo que significa prepararnos porque esto sin duda también va en sintonía con una temporada que esperamos signifique una temporada mucho mejor que lo que hemos vivido el año pasado”, comentó.
El desafío sanitario y comercial
Pero el desafío no es solamente sanitario, también lo es comercial, y en el caso del litoral se pasará de fronteras con una movimiento “prácticamente cero” a una actividad importante, entonces “tenemos que trabajar en dos áreas: los controles de los protocolos sanitarios de ciudadanos argentinos que cumplan con las condiciones y puedan ingresar al país, y por el otro lado cuidar el aspecto comercial por los comercios del litoral, en virtud de la diferencia de precios que tenemos con Argentina”, precisó García.
Es ahí donde “vamos a trabajar con la Dirección de Aduanas” y “lo hablamos con el director Jaime Borgiani, para establecer que una cosa es la apertura de fronteras y el tránsito que va a estar aumentado, y otra cosa que esto no signifique un golpe para los comerciantes”, concluyó.
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