La directora de Cifra, Mariana Pomiés, dialogó con La Mañana y analizó la elección del pasado domingo. La socióloga destacó que, si bien no hubo grandes sorpresas en cuanto a quienes encabezarían y saldrían segundos en cada agrupación, nunca pensó que Álvaro Delgado elegiría como compañera de fórmula a Valeria Ripoll.
¿Cuál es su evaluación sobre las elecciones internas?
Fue una elección que no sorprendió en cuanto a los resultados en las tres internas (Partido Nacional, Frente Amplio y Partido Colorado). Todas las encuestas fueron buenas en mostrar quiénes eran los ganadores y los segundos, con lo cual en realidad no hubo grandes sorpresas en este aspecto. Creo que votó menos gente de la esperada. Eso es una lectura que se debe el sistema político: qué pasó, porque la gente no respondió a esta convocatoria. Me parece importante analizar más adelante dentro de la política este hecho. O sea, si las campañas no fueron lo suficientemente atractivas y los candidatos no llegaron a la gente, o la escasa concurrencia fue por el hecho de que no sea obligatoria. Un tercer elemento es cómo los partidos resolvieron cerrar sus candidaturas o esperaban hacerlo. Esto también se recoge en la lectura de la convocatoria del domingo.
En el caso del Frente Amplio, ¿qué comentario le merece el discurso de Yamandú Orsi?
Se trató de un discurso bueno para la ocasión y contempló los elementos identificados como posibles debilidades del gobierno y los puntos de interés de la población. También llamó a la unidad, que es lo que suele hacerse en estos momentos, y salir a buscar votantes fuera del Frente Amplio, lo que necesita el partido si quiere ganar en octubre. Por lo tanto, fue un discurso en el tono adecuado.
¿Cómo observó a Carolina Cosse frente a la derrota?
Creo que reaccionó muy bien e hizo un aporte a ese cierre de la jornada del Frente Amplio. Ella estuvo todo el tiempo resaltando la buena votación del partido, no se la veía desmotivada o desmoralizada, transmitía una genuina alegría, más allá de que la procesión fuera por dentro. Reaccionó muy bien cuando se anunció la fórmula y sus pocas palabras en el escenario fueron buenas. Todo su comportamiento, su actitud y sus palabras fueron buenas para el momento.
Dentro del Partido Nacional la sorpresa mayor fue que Álvaro Delgado eligiera compañera de fórmula a Valeria Ripoll y demora en hacer el anuncio. ¿Cómo observa este hecho?
Creo que los mensajes que habíamos recibido durante el día, no fueron los adecuados. Los diferentes actores del Partido Nacional decían que la fórmula estaba cerrada, que se iba a comunicar, que estaba todo acordado. Hablaban de la unidad del partido y todos tenían buenas caras hasta que cerraron los circuitos y fue como que cambió el “switch”. Hasta horas ante Laura Raffo, Beatriz Argimón y la propia Valeria Ripoll decían que estaba todo arreglado y se comunicaría ni bien cerrara la votación. Y después, toda esa postergación en el anuncio, las caras y el ambiente ya no era de festejo y de celebración. Todo eso afectó el clima y terminaron muy tarde anunciando la fórmula. Era un día de mucho frío, los militantes habían estado esperando mucho tiempo y la información salió primero en los medios, antes de que el candidato Álvaro Delgado lo dijera públicamente. Fue muy estirado y considero que no fue lo mejor que se podría haber hecho.
¿Usted pensaba que Ripoll pudiera ser la elegida?
No. Me sorprendió mucho. No era uno de los nombres que manejaba como posible. Como hasta las seis de la tarde, pensé que la fórmula ya cerrada que nos transmitirían era con Laura Raffo.
La diferencia entre Raffo y Delgado era demasiado grande, 74% a 19%. ¿Cree que eso influyó?
No lo sé, porque la diferencia fue más o menos la que preveían las encuestas. Nuestra encuesta hablaba de 20% para Raffo, alguna otra podría dar 22% o 23%, pero eran tres o cuatro puntos, por debajo de las encuestas. Ya se veía una diferencia grande en los sondeos previos.
¿Por qué razón cree que se dio esta decisión de Álvaro Delgado?
Estimo que tomó una decisión muy jugada, apostando por alguien que no era de los nombres que se manejaban. Álvaro Delgado genuinamente debe creer que ella le aporta algo distinto a la fórmula y que le trae votos o que beneficia en algo su próxima estrategia. Obviamente, la elige porque cree que va a ser útil y que le va a dar algo que hoy él no tendría, o sea un complemento.
¿Podría ser pensando en un enfrentamiento con Carolina Cosse, quien también será candidata a la vicepresidencia y además ambas se conocen por la actividad gremial de Ripoll en la Intendencia?
Eso me parecería como demasiado sofisticado, o sea elegir un vicepresidente por cinco años para enfrentarse con Carolina Cosse. Me parece que no, que en realidad él debe considerar que Valeria Ripoll le aporta a la campaña.
Y las resistencias a esta candidatura dentro del Partido Nacional, ¿qué juicio le merecen?
Delgado habrá evaluado que las puede resolver. Podrá haber gente herida o enojada, pero no creo que ninguno deje de votar al Partido Nacional porque la vice no sea la que hubieran elegido. Sin duda, hoy se ve gente muy enojada. No lo dudo. Hay mucha gente que hace mucho tiempo viene trabajando en el Partido Nacional y que pensaba que había otros nombres que podrían haber estado ahí. Ahora no creo que eso le quite votos de blancos. Hay que ver qué pasa con posibles votantes que se podrían acercar. Delgado estimará que la candidatura de Ripoll le suma y el tiempo dirá si es así o no.
Que Delgado anunciara que Lacalle Pou encabezará las listas al Senado dentro del Partido Nacional, ¿tiene alguna importancia para el votante común?
Creo que es importante. El presidente Lacalle Pou es la figura más querida de la Coalición, la más aprobada, que genera más simpatía con una muy buena gestión. Entonces pienso que sumarlo a la campaña, aunque no pueda hacer política explícitamente, pero simplemente que esté su nombre como primero en la lista le agrega. Se puede considerar algo muy positivo y tal vez lo anuncia en el momento que devela el nombre de Ripoll, como una manera de compensar algún enojo que podría generar esa otra decisión.
Dentro del Partido Colorado, ¿cómo le pareció que estuvo la votación y qué piensa sobre su futuro, considerando que se encuentra bastante fragmentado?
Tuvo una votación un poco más alta que la que preveíamos. Si bien son 80 mil votos menos respecto a la interna pasada, para lo que se esperaba creo que tuvo una buena votación. El peso de cada candidato es bastante similar al que preveían las encuestas, con lo cual no hubo grandes novedades y, por otro lado, lo que está mostrando es una renovación del Partido Colorado o una búsqueda de renovación. Esto es interesante para un partido que necesite revitalizarse.
¿Cuál sería, entonces, el peso del partido Colorado hacia octubre?
Hay que esperar, ver si Ojeda es una promesa de cambio, de renovación y de juventud. Ahora va a tener estos meses para consolidar esa promesa y generar esperanza y, por tanto, atracción de votos. Hay que ver si lo logra. Creo que puede, pero hay que esperar a ver qué dicen las encuestas.
¿Qué espera de acá en más, cuando ya están definidas las fórmulas presidenciales en la mayoría de los partidos?
Empieza una etapa nueva donde los candidatos están definidos y van a desplegar sus estrategias. Vamos a ver un Frente Amplio que viene con viento en la camiseta porque votó muy bien, movilizó a sus militantes y logró un buen acuerdo de fórmula. Hay que ver si esta fórmula se concreta en colaboración. Creo que Carolina Cosse y Yamandú Orsi son perfiles bien distintos que pueden complementarse como atractivo para los votantes. Por otro lado, el Frente Amplio viene en todas las encuestas primero en intención de voto por partido, con lo cual parte de una un punto positivo, por su nivel de votación y con una resolución de las internas que no dejó heridas, con lo cual podrían empezar con fuerza la campaña. Por otro lado, la Coalición sumada también está en un buen momento, donde el Partido Nacional hoy es el fuerte. Hay que ver cómo capitaliza todos estos resultados y esta nueva etapa, o sea si mantiene la intención de voto, la mejora o si pierde algún punto. En el caso de Ojeda, ahora queda como líder y hay que ver si consolida ese liderazgo y genera una mayor intención de voto hacia el Partido Colorado.
¿Qué lectura le merece la votación de los partidos más pequeños?
El problema que tenían es que cuando no hay internas, pierden un poco de atractivo. Un ejemplo es el Partido Independiente. Tiene 600 votos más que hace cinco años, pero no era un partido que tuviera interna con lo cual, sus votantes tenían pocos incentivos para participar. Lo mismo pasa con Cabildo Abierto. El incentivo por participar era marcar presencia. También están los partidos aún más pequeños que si en la elección hay una polarización muy grande pierden atractivo. Me parece que es interesante la cantidad de partidos nuevos que aparecen y hay que ver si en la campaña logran mantener el interés y hay un nicho para estos grupos
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