La disputa por el liderazgo en el Partido Colorado sigue escalando, con Andrés Ojeda y Pedro Bordaberry en una tensa pugna de poder. La distribución de cargos en empresas públicas y el rol del partido en la nueva legislatura marcan los principales focos de conflicto, mientras cada sector busca afianzar su control.
La situación en la interna del Partido Colorado (PC) sigue tensa, en una clara disputa de liderazgo entre Andrés Ojeda y Pedro Bordaberry. Existe coincidencia entre diversas fuentes consultadas en que las miras están puestas en las posiciones a adoptar durante la presente legislatura, el relacionamiento con el gobierno de Yamandú Orsi y los cargos dentro de las empresas públicas que se ocuparán en los próximos meses.
El gobierno de Orsi distribuirá los cargos de la oposición en empresas públicas y otros organismos de acuerdo con la votación de cada fuerza política en las elecciones nacionales: se informará de los cargos que le correspondan a cada partido, que a su vez designará sus representantes. Esto puede provocar un nuevo enfrentamiento en el PC, aunque se espera que se solucione de una manera bastante simple: tantos votos, tantos cargos.
En la votación de octubre del año pasado, el sublema Unir para Crecer, aglutinado en torno a Ojeda, obtuvo 238 mil votos. Con este también se presentaron encabezando listas Robert Silva, Gustavo Zubía, Gustavo Osta y Zaida González (que apoyó a Orsi en el balotaje). Por Vamos Uruguay, había una sola lista al Senado, encabezada por Bordaberry, secundado por Tabaré Viera. Llegó a 150 mil votos. De esta manera, Ojeda se quedaba con tres de los cinco senadores del PC. Pero la lista 10 de Vamos Uruguay tuvo gran respaldo en el interior y hubo mucho voto cruzado, por lo cual al final se quedó con 13 de los 17 diputados. En conclusión, Ojeda tiene más votos en la Cámara Alta y Bordaberry en la Baja.
Frente a la realidad política de una falta de mayoría para el Frente Amplio (FA) en Diputados, Bordaberry insiste en que el poder real del PC lo tiene él, ya que podría ser en algunos proyectos los dos votos que necesite el FA. Aún resuena su frase la noche de las elecciones frente a sus partidarios: “Acá no se entrega nadie”, en una señal de que en Diputados eran la mayoría colorada.
Primer round
Para entender este enfrentamiento se debe de partir de que a comienzos de diciembre del año pasado aún no estaba convocada la Convención colorada para la elección del nuevo secretario general. Ese factor es muy importante siempre que se elige un nuevo gobierno, ya que se supone que es el secretario general el interlocutor con el presidente electo.
En una jugada inesperada y sin anuncio, Bordaberry se reunió con Yamandú Orsi a los pocos días de que fuera electo. En la reunión también participaron Gabriel Gurméndez, Walter Cervini, Germán Coutinho y Viera. Esto generó críticas desde la propia interna y, por ejemplo, Silva lo acusó de “cortarse solo” sin que la delegación hubiera sido coordinada con los colorados liderados por Ojeda. Las críticas fueron calificadas por Bordaberry en varios medios como “una pelotudez”, a lo cual el hijo del expresidente Jorge Batlle, Raúl, le indicó por X: “Pedro, la verdad no me quería meter en esta ‘pelotudez’ que armaste, pero no me queda otra: estás cada día más parecido a tu padre que al mío”. Hacía referencia a que el padre de Bordaberry dio un golpe de Estado en 1973.
Para quienes apoyan a Ojeda, ese movimiento del líder de Vamos Uruguay fue hecho a propósito antes de que se nombrara a un nuevo secretario general del partido, un cargo que claramente pertenecía a Ojeda.
Segundo round
Después de ese encuentro, se comenzó a activar rápidamente la Convención partidaria para evitar que Bordaberry siguiera hablando por el PC. No obstante, este le ha sacado importancia al cargo de secretario general. Su pensamiento al respecto se vio reflejado en una entrevista con el programa Desayunos informales. Cuando se le preguntó si se consideraba líder del PC, respondía que un editorial de José Batlle y Ordóñez del diario El Día en 1915 decía: “El PC no tiene jefe: es jefe de sí mismo”. “El PC no tiene presidente, tiene secretario general y eso es un mensaje grande: el Partido Nacional tiene presidente, el Frente Amplio tiene presidente, el Partido Independiente tiene presidente; nosotros tenemos secretario general del Comité Ejecutivo. Nadie es más importante que todos, a nadie se le puede prohibir nada. Hay que coordinarlo y trabajarlo”, agregó. También hizo referencia su reunión con Orsi. “Los que piensan que esto es por cargos no entendieron nada, no comprendieron por qué volví a la política. Si es por cargos me quedo en mi laburo privado, que gano mucho más. Yo vine a hacer. Y si no, que me chequeen los antecedentes”. Y aplicó una especie de análisis psicológico: “El que te dice: ‘Este fue a acordar por los cargos’, ¿sabes por qué es? Es porque está pensando en los cargos él. Es el fenómeno psicológico de la transferencia. Es decir, cuando lo que uno piensa, piensa que es lo que el otro está pensando y no es así. Yo no me llamo cargos. Estoy acá para trabajar. Estoy grande ya para estas cosas pequeñas”.
El primer movimiento para la convocatoria de la Convención lo realizó el diputado Felipe Schipani, de Unir para Crecer, el grupo de Ojeda. Reunió 107 firmas de los 600 convencionales y la idea era una convocatoria para el 7 de diciembre, lo cual había sido cuestionado por los representantes de Bordaberry. Julio María Sanguinetti intervino en la disputa y la Convención quedó fijada para el 21 de diciembre. Del total de los convencionales, Ojeda contaba con el 40%, al que había que sumarle otro 23% de Silva. El resto eran mayormente de Viera, quien participó junto a Bordaberry en la elección nacional. Como propios, Bordaberry no tenía ningún convencional, ya que no se había presentado en las elecciones internas, que es donde se los elige.
Finalmente, el 21 de diciembre se llegó a la Convención, con 600 convencionales habilitados para votar (500 nacionales y 100 del sector de los jóvenes) y se sufragó en los 19 departamentos. La agrupación Vamos Uruguay terminó restando importancia a esta elección y finalmente aceptó participar en una lista única con los partidarios de Ojeda.
Se elegían 15 cargos. En la lista única, Unir para Crecer estaba representada por muchos de sus principales dirigentes: Ojeda, Silva, Zubía, Schipani y Batlle. Por su parte, Vamos Uruguay optó por no colocar en la lista a ninguno de sus legisladores electos. De esta manera, Bordaberry enviaba el mensaje de que no le daba importancia al Comité Ejecutivo Nacional colorado. Pero ya instalado como secretario general, Ojeda realizó una jugada considerada por algunos como una “chicana política”: propuso que Bordaberry fuera el candidato a la Intendencia de Montevideo. Por supuesto que este descartó tal posibilidad.
Tercer round
Faltaba aún un nuevo enfrentamiento entre Bordaberry y Ojeda dentro el calendario electoral: las elecciones departamentales. El caso más ilustrativo se observó en Canelones, donde fue electo como candidato a intendente el diputado reelecto Cervini de Vamos Uruguay y uno de los principales representantes de Bordaberry en tierras canarias. Cervini irá junto a los nacionalistas Alfonso Lereté y Sebastián Andújar como candidatos a la comuna bajo el lema Coalición Republicana. La intención de Unir para Crecer era que la Convención decidiera el candidato, pero finalmente se acordó que fuera Cervini el candidato. El dirigente Heber Duque responde a Ojeda y podría haber sido el candidato colorado. Duque había señalado al diario El País antes del acuerdo: “Nosotros estábamos trabajando mucho en tratar de lograr una lista única al Comité Ejecutivo Departamental, para luego llevar un candidato a la Convención y la Convención era la que iba a decidir. Pero una vez más, Vamos Uruguay se adelanta a los hechos: toma la decisión que debió tomar la Convención Departamental”.
Cuarto round
Sin consultar al resto del PC y tras asumir su banca como senador, Bordaberry anunció que Vamos Uruguay estaba presentando 47 proyectos de ley. El primero hace referencia a la reducción del receso parlamentario, proponiendo llevar el comienzo de la legislatura al 1º de febrero y su final al 20 de diciembre. Al ser una ley constitucional requiere aprobación de dos tercios del Paramento y luego ser sometida a votación popular. Así, se lleva el receso de 75 días a unos 40. Pero hay 46 proyectos más. Entre otros están la penalización escalonada para los delitos, una oficina de desregulación en la OPP, la desregulación de los combustibles, así como el homicidio piadoso y la eutanasia. En cuanto al primero, es cuando los jueces tienen la facultad de exonerar de castigo a quien, animado por un móvil de piedad y a inequívoco y reiterado pedido de la víctima, diere muerte a una persona sometida a sufrimientos que considere insoportables o le ayudara a suicidarse. Ninguno de estos temas se ha discutido en la interna colorada y para muchos integrantes del partido, Bordaberry quiere fijar una agenda propia.
Para determinar “quien manda”, Ojeda anunció en las últimas horas que será Silva quien negocie los cargos en las empresas públicas que le correspondan al PC. Habrá que ver ahora cuál es la respuesta del líder de Vamos Uruguay.
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