Fue diputado, director de Hacienda y secretario general de la Intendencia de Rivera, y ya había sido jefe comunal por varios meses, supliendo a Marne Osorio, su predecesor. Integra el Partido Colorado y si bien conoce en profundidad la situación del departamento, explica que la pandemia cambió todo y complicó aún más la realidad económica local, que ya era preocupante. En ese sentido, una de las prioridades de su gestión será ahondar en la asistencia social a los riverenses.
¿Cómo es la realidad actual del departamento? ¿Cuáles son las prioridades de la gestión?
La realidad es que la pandemia ha cambiado prácticamente todo. Nuestra prioridad sigue siendo el plan de gobierno que incluye obras, servicios, cultura, deportes y un gran mix de acción social.
Gran parte del trabajo de la Intendencia de Rivera es social: tenemos seis comedores municipales, pasamos de elaborar 400 platos de comida por día a más de 2.000 con la pandemia, tenemos seis merenderos que vamos a aumentar a diez, siete hogares estudiantiles, dos buses que son consultorios médicos y odontológicos con los que visitamos a casi 10.000 vecinos del interior.
Al mismo tiempo, trabajamos en veinte centros barriales donde capacitamos a unos 500 hombres y mujeres por año en herrería, carpintería, fotografía, culinaria, peluquería, entre otros. En materia deportiva trabajamos con casi 1.000 niños en todos los barrios de Rivera, a quienes les enseñamos fútbol, básquetbol, boxeo, natación, remo.
Lo que más se ve es la obra, con la cual hemos transformado el departamento, donde los servicios como la recolección son muy buenos y tienen 92% de satisfacción, según las encuestas.
“Estamos trabajando con el gobierno en la instalación de una nueva zona franca y de un parque industrial, que serían dos herramientas que nos permitirían crear empleo”
Rivera es un departamento que tiene muchas carencias y hacemos mucho en materia de vivienda, con recursos nuestros y del Ministerio de Vivienda. Nuestras prioridades hoy son seguir con las obras, con los servicios de calidad y profundizar en el área social y de vivienda.
Mencionaba el impacto de la pandemia. ¿Cómo se ha sobrellevado? ¿Cómo se ha gestionado con Brasil, teniendo en cuenta que la frontera nuclea a miles de habitantes?
Durante el período de la exintendenta Alma Galup hubo un trabajo en conjunto, inclusive en campañas publicitarias. Realizamos un trabajo permanente con los hermanos brasileños. La pandemia complicó porque la capital es una ciudad de turismo comercial y este se ha resentido muchísimo.
Llegamos a tener más de 4.000 personas en seguro de desempleo en abril, que fue el pico de la desocupación. No tengo números actuales, pero a fines de octubre todavía había 2.000 individuos en esa situación. Muchos comercios cerraron. El turismo venía bajando ya en 2019 por el tipo de cambio -la frontera sufre eso-. Hoy, con un real a 5,40 por dólar, el brasileño perdió mucho poder adquisitivo y eso ha complicado la vida de los comercios de la frontera.
Desde la Intendencia hemos intentado hacerle planteos al gobierno para mejorar la situación comercial y hemos trabajado mucho con los comercios para instrumentar protocolos y todos los cuidados con los compradores, con los turistas, para evitar los focos y tratar de reactivar el comercio, que es lo que genera empleo en el departamento.
Estamos trabajando con el gobierno en la instalación de una nueva zona franca y de un parque industrial, las cuales serían dos herramientas que nos permitirían crear empleo. Las dos están encaminadas: el parque industrial está dentro del Presupuesto nacional y se haría en el terreno de la Universidad Tecnológica, donde está el polo educativo, y la zona franca estaría a 20 kilómetros de Rivera, con empresarios brasileños y americanos. Eso nos va a permitir crear empleos de calidad en Rivera y salir de los problemas económicos que nos ha generado la pandemia.
¿Cómo se encuentra Rivera en materia económica? Remarcaba el problema del empleo.
La pandemia nos va a dejar un gran problema en lo económico, eso se vio en la alimentación que tuvimos que reforzar y en la economía informal, que funciona mucho en el entorno de los comercios: el cuidacoche, el que carga las cosas, el que vende souvenirs. Cuando se cerraron los comercios de Rivera en marzo-abril, eso se cayó de un día para el otro.
“Rivera es un departamento que tiene muchas carencias y hacemos mucho en materia de vivienda, con recursos nuestros y del Ministerio de Vivienda”
Lo formal también ha sufrido muchísimo y la gente, al no tener empleo, no paga impuestos. La morosidad en contribución hoy supera el 40%, es muy alta, y la Intendencia tuvo que hacer ajustes internos. En 2019, habíamos congelado la contribución inmobiliaria urbana y suburbana del 2020 y ahora, nuevamente, la congelamos para el 2021, porque si de cada dos vecinos hay uno que no puede pagar y seguimos aumentando su valor, cada vez va a poder pagar menos gente.
La forestación y la actividad arrocera se destacan en la economía de Rivera. ¿Cómo ve la situación de ambos sectores?
Hoy tenemos dos enormes aserraderos, uno de eucaliptus y otro de pino, que generan mucho empleo, y los dos tienen planta de biomasa, de energía, y tienen todo el tema de las plantaciones. Somos el departamento más forestado del país en hectáreas.
Después, tenemos la planta de Dambo, que es una industria que vende arroz de calidad para 80 países del mundo.
En la parte ganadera, al no tener frigorífico, tenemos que venderles a otros departamentos y estamos trabajando con el gobierno para ver si podemos instalar algunos mataderos chicos en el interior, porque somos el único departamento que no tiene ninguna planta de faena autorizada.
El campo también ha sufrido. Por suerte el aumento del dólar y el repunte del ganado gordo han ayudado, pero nuestros campos no son tan buenos, son muy arenosos; en otras épocas había mucha oveja. El ganado acá se mezcla bastante con la agricultura y con la forestación.
¿Esas actividades siguieron en funcionamiento sin mayores dificultades por la pandemia?
Si uno hoy sale a la ruta 5 a hacer un viaje a Montevideo, se da cuenta, por la cantidad de camiones de madera y de ganado que circulan, que el país productivo no paró con la pandemia, paró el país comercial. Eso fue bueno para el Uruguay y para los productores, que de alguna manera van a poder mantener los niveles de precios.
El departamento tiene una oferta muy grande de servicios turísticos y comerciales. En ese sentido, como decía, ha sido uno de los sectores más golpeados. ¿Cómo se encuentra hoy el rubro?
Los free shops de Rivera venden el 75% de lo que se vende en ese rubro en todo el país, y hoy están muy afectados, muy disminuidos, con mucha gente en seguro de desempleo o que perdió el trabajo. Eso genera un problema adicional a un departamento que ya tiene dificultades, que tiene que competir con un monstruo que es Brasil. Todos los fines de semana tenemos colas de autos yendo de Tacuarembó a comprar a Livramento, y eso hace que la plata no circule en Rivera, sino del otro lado de la frontera.
El comercio de Rivera es el que más genera empleo y, si todavía tenemos 2.000 personas en seguro de paro, es señal de que no venimos bien. La economía local está con problemas, no hay construcción, sumado a toda la gente que depende de la hotelería, la gastronomía, el turismo, las fiestas y los entretenimientos, que no tiene ingresos hace casi un año.
“La pandemia nos va a dejar un gran problema en lo económico, eso se vio en la alimentación que tuvimos que reforzar y en la economía informal”
¿Qué opinión tiene acerca del proceso de descentralización llevado adelante por los gobiernos anteriores y hacia dónde se debería apuntar?
La descentralización vino para quedarse. En Rivera tenemos una excelente relación con los alcaldes. Estamos trabajando y buscando alternativas para un desarrollo integral del departamento. Venimos invirtiendo mucho dinero en los municipios y en las localidades que no están municipalizadas, y trabajando en urbanizar los centros poblados.
Aspiramos a que los vecinos de cada punto del departamento tengan el mismo servicio que los de la capital. Hay un estudio de la OPP, del año pasado, que muestra que Rivera es el departamento donde hay una distribución equitativa de los recursos entre la capital y el interior, y en 2018-2019 casi el 70% de los recursos del interior se destinaron a obras. Eso es un orgullo y queremos seguir trabajando en esa línea.
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