El coordinador político de Cabildo Abierto y asesor en relaciones internacionales del partido, senador Marcos Methol, sostuvo que las decisiones internacionales generan ganadores y perdedores en la economía doméstica, así como consecuencias en el posicionamiento geopolítico. El legislador dialogó con La Mañana tras participar de un conversatorio en la Universidad de Montevideo sobre integración y comercio internacional.
¿Cuáles fueron los temas principales en el encuentro mantenido en la Universidad de Montevideo?
Fue un conversatorio que organizó la maestría de integración regional y comercio internacional de la UM. Invitaron a los referentes en estos temas de los distintos partidos y ahí dimos nuestra visión sobre el panorama internacional, regional y sobre nuestras propuestas. Es muy bueno que existan estos ámbitos en que los partidos políticos y la universidad dediquen un tiempo para intercambiar sobre estos asuntos, que normalmente no son los que tienen mayor difusión en las campañas electorales.
Como legislador de CA y participe en la elaboración del programa de gobierno, ¿qué posición llevó sobre estos temas?
Primero que nada, una de las cuestiones que planteé es que la perspectiva de la integración regional permite aterrizar las distintas maneras en que los países, a través de las regiones, enfrentan los desafíos de los cambios en el comercio internacional. Esa perspectiva permite que los temas del mundo se vuelvan menos abstractos, aunque seguramente más complejos. Entiendo que el rol de los políticos es actuar a partir de esa complejidad. Es decir, no hay soluciones mágicas, ni dentro ni fuera de la integración, en un mundo cambiante, incierto y repleto de oportunidades, pero también de amenazas. Hay consenso entre todos los partidos de que un país como Uruguay, que es agroexportador, tiene que procurar la mayor apertura posible para los productos y allí donde hay mercados con barreras arancelarias procurar los acuerdos necesarios para ingresar, al menos en igualdad de condiciones que nuestros competidores. Lo que sí planteamos es que las decisiones internacionales generan ganadores y perdedores en la economía doméstica y también consecuencias en el posicionamiento geopolítico. Eso siempre hay que tenerlo en cuenta, por lo cual los mensajes simplistas ya no corren. Eso de salir del Mercosur ya no es una opción para ningún partido. Sobre todo, teniendo en cuenta un dato que daban en la conferencia desde otro partido y es que la mitad de las empresas exportadoras lo hacen hacia el Mercosur y la cuarta parte prácticamente vende de forma exclusiva al bloque.
Pero el tratado ha tenido sus dificultades, en especial en materia de comercio, ¿cuál es su comentario frente a estos señalamientos?
No es novedad para nadie que el Mercosur no ha logrado en los últimos años multiplicar el comercio intrarregional, ni mayores encadenamientos productivos o grandes éxitos en la agenda externa. Sin embargo, hay ciertos avances, que uno puede ir viendo en los últimos años. Por ejemplo, la rebaja generalizada del arancel externo común, la aprobación de un nuevo régimen de origen, un acuerdo de facilitación de comercio, el TLC de Mercosur y Singapur. Creo que todo eso tiene que ver con que Brasil en las últimas décadas ha experimentado una gran transformación económica. Hoy es una de las potencias mundiales de los agronegocios. Eso hace también que modifique su visión exterior y quizás tenga una sintonía mayor con nuestro país.
En este contexto, ¿qué opinión le merece que el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea siga trancado?
El tema estuvo presente y yo planteaba en esa charla algunas de las situaciones a nivel internacional a las que hay que prestar especial atención. Entre ellas mencioné el gran acuerdo del Asociación Económica Integral Regional, que integra a los diez países que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. Ahí en Asia se está generando una gran zona de libre comercio que incluye a Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar (Birmania), Singapur, Tailandia y Vietnam, Australia, China, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda.
También señalé otras situaciones como, por ejemplo, el nuevo TLC de América del Norte, la creación de la zona de libre comercio de la Unión Africana y en particular la implementación del Pacto Verde europeo. También este pacto tiene voces encontradas en la interna de la Unión Europea por parte de algunos movimientos políticos. Ese hecho, sin lugar a duda, repercute y obstaculiza lo que es la concreción del acuerdo entre el Mercosur y Unión Europea. Creo que en este tema hoy la pelota está más del lado europeo que del sudamericano. El Mercosur ha hecho prácticamente todos los deberes y si no se ha avanzado más tiene que ver con una cuestión interna de la política y la economía de la Unión Europea.
¿Qué se plantea desde Cabildo Abierto para impulsar a las empresas exportadoras, considerando que mencionaba que se debe ver hacia el mercado regional?
Es un tema clave. Estamos de acuerdo en que hay que abrir la economía y acceder a nuevos mercados. Pero también decimos que si a nuestra industria y producción nacionales las tapamos de impuestos, ponemos cargas burocráticas por tener un Estado ineficiente y les complicamos la vida cada vez que contratan a un nuevo empleado y, además, les decimos que en esas condiciones tienen que competir con extranjeros, de alguna manera los estamos asfixiando. Por eso hay muchos deberes que se tienen que hacer internamente para mejorar la competitividad del país. Eso también es parte de la propuesta de Cabildo Abierto en materia económica.
¿Por dónde pasaría esa propuesta y cuáles serían sus principales puntos?
Uno de los puntos tiene que ver con rebajar la carga impositiva que tiene hoy sobre todo nuestra pequeña y mediana empresa, o sea aquella que apunta a internacionalizarse y a la exportación. Es por eso por lo que decimos que la Ley de Promoción de Inversiones tiene que ser revisada, pensando además lo que implicará el impuesto global de la OCDE, que sin lugar a duda llevará una exigencia de análisis para ver cómo se puede hacer frente a esta nueva realidad. También podría mencionar que, así como se hizo hace algunas décadas y con éxito desde el Estado el impulso de la forestación que culminó con la celulosa como uno de los principales rubros de exportación, pensar en otros sectores que tengan ese potencial. Planteamos el impulso de la industria pesquera, que es uno de los temas que tenemos desarrollados dentro del programa de gobierno.
El sector de la pesca es casi nulo en Uruguay cuando se habla de exportaciones, teniendo un gran frente marítimo. ¿A qué atribuye esta situación?
La escasa participación de Cabildo Abierto en materia internacional en el gobierno se centró y con mucho éxito en las comisiones binacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ahí participamos no solamente de la Comisión Administradora del Río de la Plata, o del río Uruguay, sino también de la Comisión para el Desarrollo de la Cuenca de la laguna Marín y en la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo. En esta última se están haciendo avances, procurando lograr los acuerdos necesarios con los países vecinos para la explotación marítima. Pero eso va a requerir no solamente de ese trabajo diplomático, sino también de un esfuerzo y una política de Estado que vayan en línea con esos objetivos. Como ejemplo de los avances está la reciente inauguración de la terminal pesquera en Montevideo o los patrulleros oceánicos, pero eso es apenas el inicio. En este camino se necesita, por ejemplo, un buque científico para la investigación de las especies.
Argentina está teniendo un desarrollo importante en plantas de producción pesquera. ¿Uruguay podría avanzar en esta industria?
Las posibilidades seguramente están. Hay que analizarlo seriamente y sobre todo se puede hacer a través de esta herramienta que proponemos en el programa de gobierno, que es convocar el Consejo de Economía Nacional, previsto en la Constitución. Ese sería el ámbito ideal para que los actores del sector y de la economía lo puedan hablar y se puede llegar a un acuerdo.
Coalición: “No es oportuno avanzar concretamente en un documento antes del 27 de octubre”
En un mensaje por la red X señaló que “el 27 de octubre nuestro compromiso está en el programa de CA y las propuestas para cambiar la seguridad pública, luchar contra las adicciones, resolver el endeudamiento familiar e impulsar el trabajo. Luego nos sentaremos con la coalición a trabajar juntos”. ¿A qué hacía referencia?
Ese comentario fue a raíz de declaraciones de uno de los candidatos de la coalición que llamaba a avanzar en un documento de los integrantes, antes de 27 de octubre. Nuestra respuesta es clara. Nuestro único compromiso hasta el 27 de octubre es el del programa de gobierno de Cabildo Abierto, con propuestas que seguramente en muchos aspectos estarán en línea con otros partidos de la coalición. Pero estamos seguros de que en otros solamente a través de Cabildo Abierto se puede alcanzar los cambios que proponemos en materia de seguridad pública, política de adicciones, impulso del trabajo y la producción nacional y también lo que tiene que ver con una solución para el endeudamiento de las familias en el país. Esto no quiere decir que los teléfonos no estén abiertos para conversar entre los coordinadores de los programas de los partidos, eso siempre ha sido así. No hay ningún problema en conversar y en intercambiar ideas, pero eso no significa que sea oportuno avanzar concretamente en un documento antes del 27 de octubre, cuando además todavía nos conocemos ni siquiera la correlación de fuerzas tras las elecciones.
En su opinión, ¿qué puede llegar a suceder si se está frente a un Poder Ejecutivo que no tenga mayorías parlamentarias?
Hay muchos analistas que vaticinan que el próximo Parlamento seguramente va a precisar de un espacio de diálogo, de negociación, todavía mayor al que hubo en los últimos años. Eso sería algo positivo. De lo que sí estoy seguro es que una mayoría parlamentaria del Frente Amplio nos retrotrae a resolver los temas entre cuatro paredes y luego simplemente el Parlamento funciona como escribanía. Mientras que con la coalición, aun teniendo grandes coincidencias, quedó claro que en el Parlamento la dinámica, la discusión, ha sido totalmente diferente y que los partidos hemos podido hacer nuestros aportes muy significativos en todas las leyes que remitía el Poder Ejecutivo.
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