La situación provocada por la sequía frenará las exportaciones y, sumado a la llegada de menor cantidad de capitales, pondrá presión sobre el precio de la moneda norteamericana. La Mañana dialogó con Sebastián Pérez, asesor económico de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) sobre estos temas.
¿Qué opina la Cámara de Industrias sobre la situación cambiaria actual de Uruguay?
En este momento los costos en Uruguay se han tornado caros por la situación de la moneda. Para los negocios industriales, que son negocios transables que compiten con el mundo, se hace difícil tener una rentabilidad razonable para poder competir en buenas situaciones.
¿Ustedes tienen alguna estimación sobre la sobrevaloración del peso en la actualidad?
Tenemos estimaciones que son similares a las que elabora el Banco Central. Nuestros modelos están mostrando una sobreapreciación en el entorno del 15% al 20% aproximadamente, con los precios internacionales que tenemos hoy. Porque también el tipo de cambio tiene que ver con los movimientos de capitales que se generan por la vía del comercio exterior o las inversiones extranjeras. Para la situación actual del Uruguay, teniendo en cuenta cómo están los niveles de comercio exterior, los precios internacionales y el flujo de inversiones, el lineamiento que nosotros estimamos es que está en ese entorno, del 15% al 20%.
Ahora, ¿esta es una situación en que Uruguay está muy bien o que los vecinos están muy mal?
El desalineamiento cambiario de Uruguay no es algo que se calcula en función de la situación de los vecinos solamente. El tipo de cambio es una variable de toda la economía y ésta se relaciona no solo con los vecinos, sino también con el mundo a través de importaciones de bienes y servicios. No necesariamente la comparación tiene sentido hacerla sólo con los vecinos. Es verdad que en particular la situación de Argentina, no tanto la de Brasil, genera una distorsión mayor producto de cómo está Argentina.
Pero el tema de Uruguay no necesariamente está focalizado en eso, sino también responde a problemas propios del país vinculados principalmente a la inflación y cómo funciona el sistema de fijación de precios de Uruguay tanto de los servicios como los salarios, o incluso de las tarifas públicas. La inercia inflacionaria es mayor a la normal y en momentos cuando empieza a acelerarse, el esquema de Uruguay a los efectos de que la inflación no se vaya para arriba genera este tipo de situaciones de atraso cambiario. Pero esto es producto de cómo funciona el mecanismo de fijación de precios y salarios en la economía.
¿Cómo influye la tasa de interés del Banco Central?
Ahí es donde el BCU debe tener una mirada prospectiva y no solo el ojo puesto en el retrovisor. Ya venimos de dos meses de recesión y todavía estamos previendo una situación bastante compleja producto de la sequía y de cierta baja de precios internacionales. A esto se agrega un aumento en los precios del petróleo. Hace seis meses lo que podría ser una evaluación del Banco Central de hacer política monetaria más restrictiva, hoy tiene sentido hacer un aflojamiento. Porque la perspectiva en los próximos meses es de mucha más restricción para la entrada de dólares en Uruguay. O sea, el desbalance de dólares en los próximos meses va a ser creciente, de momento las exportaciones serán afectadas y en definitiva las inversiones extranjeras también empezarán a ceder. La obra principal que fue la de UPM2 está terminando.
¿Qué están previendo para el precio del dólar en los próximos meses?
Nuestras estimaciones es que irá subiendo del momento que tendemos a pensar que la política monetaria será más laxa y que al mismo tiempo no hay condiciones de fondo para pensar que no va a haber un flujo de exportaciones tan alto como veníamos teniendo el año pasado. Tampoco va a haber una afluencia de dólares por la inversión extranjera. O sea, tendemos a creer que el dólar ha tocado fondo y que en definitiva de ahora en más lo que va a pasar es que va a subir. Quizás podamos tener algunos meses todavía en este primer semestre de un dólar relativamente planchado o bajo. Pero eso va a ir cambiando a medida que transcurra el 2023 para cerrar un año con el tipo de cambio hacia arriba.
¿Cómo podría afectar esto la industria local?
Cuanto más mano de obra tengas, este tipo de situaciones cambiarias afectan más. En términos generales las empresas están para afrontar estas situaciones. El problema es cuando es persistente. Si una empresa empieza a no tener rentabilidad y esto dura mucho tiempo, llega un momento en que la decisión es cerrar. No es la situación en la que estamos hoy, porque venimos de dos años de crecimiento y de un rebote por la pandemia. Además, con balances de las industrias en términos generales ordenados y sanos. No estamos viendo una catástrofe hoy, pero la clave es que esto no persista.
Cuando se habla de atraso cambiario, ¿lo ven como una política de gobierno para mantener algunos precios controlados, por ejemplo, el de los combustibles?
El fenómeno más importante es un fenómeno de mercado, no es que el gobierno lo genere. Lo que sí puede pasar es que el gobierno toma decisiones que a veces le echan leña al fuego, eso sí. El Banco Central ha tenido una política de tasa de interés muy agresiva y eso lo que ha hecho es agregar esa leña al fuego. Pero el fenómeno principal no es un fenómeno provocado por nadie, sino producto del mercado de divisas. Después los gobiernos pueden atemperar o exacerbar los fenómenos de este estilo. Es por eso que estamos bastante expectantes de la próxima reunión del Comité de Política Monetaria del Banco Central.
¿Las decisiones del BCU en materia de tasa de interés influyeron para la llegada de dólares especulativos?
No hay indicios de que eso haya ocurrido.
Se habla de pérdidas muy importantes por la sequía. ¿Consideran que esa caída de ingresos ya está internalizada por la política y la sociedad?
Me da la sensación de que todavía no se tomó conciencia. Pero lo mejor es que la economía no ande a los bandazos. Da la sensación de que vamos a ir procesando este deterioro de nuestra economía producto de la sequía, lo estamos procesando con relativa lentitud que es parte de nuestra idiosincrasia.
Para la CIU, ¿cómo ven el tema empleo para lo que resta del año?
Pensamos que este año va a bajar el empleo industrial. Esa es nuestra proyección y en los hechos ya está teniendo alguna afectación, si bien no muy relevante. Tampoco opinamos que vaya a ser una caída muy relevante, pero, probablemente, pueda terminar con una caída de dos o tres puntos porcentuales con respecto al año anterior.
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