El expresidente de Antel sostiene que si las elecciones de 2024 las gana el Frente Amplio “será el retroceso, es dar marcha atrás”. Gurméndez dijo que aspira a liderar el Partido Colorado “y que desde este podamos liderar dentro de la coalición esta visión de afianzar las reformas que se hicieron e ir un paso adelante”.
¿Cómo está encarando la campaña política?
Hablando en términos hípicos, recién salidos de las gateras. Estamos recorriendo estos primeros metros muy entusiasmados y alentados por las adhesiones que hemos logrado ir incorporando a nuestra corriente dentro del Partido Colorado. En pocas semanas nuestra candidatura, que se inició con una intención de una declaración de la Lista 15 tradicional, recibió la suma de los sectores de Ciudadanos Montevideo que lidera el secretario general del Partido en la capital, Carlos Rydström, que es una expresión muy vigorosa y renovadora del Partido Colorado. Se incorporó también la Lista 23 Reformistas, que lidera Agustín Quintana Puñales, otra expresión juvenil renovadora dentro del partido. Se sumó también la agrupación Liberal Humanista y la agrupación Liberal. También tenemos la adhesión del grupo del único legislador del sector Batllistas de Montevideo, el diputado Conrado Rodríguez, otra persona joven y muy dedicada a la actividad legislativa. Asimismo, entre los legisladores, contamos con el apoyo del diputado Jorge Alvear del sector Batllista de Canelones, que había estado en Vamos Uruguay. En Rivera tuvimos el apoyo de la Lista 123, una lista muy tradicional, muy fuerte que también había estado con Vamos Uruguay. Y el lunes se incorporó la senadora Carmen Sanguinetti, que tiene una gran dedicación en los temas sociales.
¿Cómo observa a las demás candidaturas dentro del Partido Colorado?
Siento que tenemos una situación en la que hay una demostración de mucho vigor partidario, porque han aparecido varios que aspiran a la candidatura del Partido Colorado. De hecho, hay cinco o quizás seis en los próximos días. Eso demuestra un partido efervescente, y una competencia interna que creo que hace atractiva esta interna. Seguramente se decante esa situación de múltiples candidaturas en un equilibrio entre un par y opino que notoriamente nosotros somos uno de los perfiles que se distinguen como sector dentro de esta puja. Aspiramos a liderar el Partido Colorado y que desde este podamos liderar dentro de la coalición esta visión de afianzar las reformas que se hicieron e ir un paso adelante. Considero que nuestro sector tiene esa capacidad en cuanto a que son los resultados de las gestiones y la experiencia en la acción de gobierno. En particular, nosotros representamos un compromiso de larga data en términos de militancia partidaria y de haber estado en cargos de gobierno a lo largo de todo este tiempo. También tenemos un equipo muy robusto en el que podamos mencionar, por ejemplo, al economista Julio de Brum, que va a ser el coordinador de todo el trabajo programático, o en el agro a Martín Aguirre Zavala. Creo, por lo tanto, que tenemos ese perfil de experiencia en manejo de gobierno, de conducta personal y de trayectoria también en diversas áreas de la actividad privada.
¿Por qué estima que las precandidaturas van a reducirse?
Repito lo que dicen los analistas. Es muy difícil dentro de un partido distinguir una diversidad tan importante de matices para el elector, que termina tomando partido en función de perfiles más definidos.
¿Cuál es su visión sobre el rol de la inversión privada?
Tenemos una visión de país que pretende impulsar el crecimiento económico, desde una concepción de una sociedad muy abierta, en la que el impulso de la iniciativa privada sea motor de la economía, en la que la capacidad de emprendedurismo sea parte de la generación de oportunidades, con la incorporación de una visión también desde el punto de vista de la tecnología y de lo que eso puede significar para las oportunidades de crecimiento. La idea es evitar un Estado que asfixie el espíritu emprendedor. O sea, realmente queremos ser la candidatura del emprendedurismo y la innovación. También con una mirada puesta en un Estado que queremos que esté presente en el esfuerzo de igualar para arriba aquellos uruguayos que están en situaciones más desfavorecidas.
En la gira que realiza en el interior, ¿cuáles son las principales preocupaciones que observa por parte de la población?
Depende mucho de la zona. Evidentemente, en la zona del litoral, donde la afectación de la debacle argentina, ese caos que el populismo y la demagogia generó, está afectando aspectos vinculados a la actividad comercial y la generación de empleos. Hemos visto también la preocupación en términos de la seguridad y las adicciones en los muchachos jóvenes. Otro aspecto es el tema vivienda.
¿Qué visión tiene usted de la seguridad, qué es lo que habría que mejorar?
Creo que la seguridad no se debe reducir a un concepto de operativo táctico policial. Se debe llevar adelante un abordaje desde una gama muy amplia, con medidas policiales, pero también incorporar herramientas de tecnología y fortalecer las entidades de inteligencia dedicadas a combatir el crimen organizado. Esto requiere, por ejemplo, de la perspectiva de la vivienda, dar solución a los asentamientos, ya que es un factor que va a colaborar con los temas de seguridad. O sea, un abordaje integral, y también recurrir a todos los instrumentos que puedan estar al alcance de la mano, y ahí debo decir que soy partidario del allanamiento nocturno.
Se está discutiendo una ley para el financiamiento de los partidos políticos. ¿Cuál es su posición al respecto?
Uruguay está en camino hacia las elecciones nacionales y se debe reconocer el problema del narcotráfico como factor de corrosión de la institucionalidad democrática, tanto por su poder de corrupción eventual, como por su capacidad violenta. Tenemos una sociedad en la que estamos muy lejos de situaciones como las que se viven en México u otros países de Latinoamérica. Basta mirar incluso situaciones como la del puerto de Rosario, Argentina, para entender los riesgos que tiene el narcotráfico para la institucionalidad. Me da la impresión de que en vez de cobrarnos las facturas entre los partidos y los sucesivos gobiernos, hoy estamos en condiciones de hacer acuerdos entre los partidos y los candidatos para procurar un paquete de medidas que, precisamente, fortalezca los institutos de contralor, las medidas de financiación y el combate al enriquecimiento ilícito.
¿Cómo ve la actitud que está tomando hoy el Frente Amplio y cómo piensa que va a ser la campaña?
El Frente Amplio está tomando una actitud totalmente distinta a aquella de Seregni que hablaba de que el FA era una fuerza constructiva. Eso no tiene nada que ver con la ametralladora de destrucción televisiva que hace Fernando Pereira diariamente. Vemos una posición en la que el combate es permanente y diario, dónde se señala que todo está absolutamente mal. Tenemos un Gobierno que ha sufrido el peor embate de los últimos tiempos en la forma de una pandemia, los precios de las materias primas afectadas por la guerra en Ucrania, la sequía más fuerte en décadas y que está sufriendo la influencia del desastre argentino en temas importantes para el comercio y para el turismo. Y a pesar de estas circunstancias tiene hoy uno de los niveles de empleo más altos que se registran en los últimos tiempos, un aumento del salario real, un índice de inflación que hace algunas décadas no se lograba, una inversión vial récord en materia de infraestructura de transporte y un Gobierno que con coraje asumió atacar temas ineludibles de la viabilidad futura, como la reforma jubilatoria y la reforma educativa.
¿Todos esos cambios piensan que serán valorados a la hora de votar?
Lo que valora la gente es quiénes se ocupan de los problemas que tiene. Creo que los avances que se han dado en diversas áreas, con una economía en orden, serán valorados por la gente. Seguramente de lo que se trata aquí es de renovar el vale de confianza para poder dar el siguiente paso adelante en materia de afirmar las transformaciones, que nunca se pueden hacer en un período de cinco años.
¿Qué puede suceder si gana el Frente Amplio?
Será el retroceso, es dar marcha atrás, y volver a un modelo que basta mirar en el contexto sudamericano a los que siguieron esas recetas y en qué terminaron.
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