El BCU y la Intendencia de Durazno presentaron la Moneda Conmemorativa de los 200 años de la fundación de la ciudad de Durazno. La moneda es en plata 900 y muestra en el anverso la imagen del monumento a Cristóbal Colón, junto con la inscripción “Bicentenario de Durazno, República Oriental del Uruguay”, además del año de acuñación. En el reverso figura la efigie de Fructuoso Rivera, acompañado de la inscripción “Fundador de la ciudad de Durazno”.
El acto se realizó en el Museo Histórico “Casa de Rivera” de Durazno, edificio construido por el primer presidente constitucional de Uruguay. En esa casa, además, Rivera ejerció parte de su segunda presidencia a partir del año 1839.
Entre los presentes estaba el senador por Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. Tras agradecer la invitación del intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, expresó: “Rivera llevó al terreno y a la práctica lo que se podía rescatar de ese Artigas derrotado militarmente, pero triunfante de la historia. Entonces me sumo totalmente a la conmemoración de la que hoy participamos y por supuesto hacemos votos porque Durazno tenga el futuro que se merece y que haya mucha celebración en este equipo”.
También se encontraba presente el exintendente del departamento, Raúl Iturria, quien recordó que en la diagonal a la casa de Rivera se encontraba la de otro héroe: Juan Antonio Lavalleja.
“La historia, como decía Pivel Devoto no solo son los hechos, sino también lo que se recuerda y el recuerdo de los hechos históricos son la base fundamental del pueblo”, dijo. “El alma de una sociedad, ya sea grande o chica, pequeña o pobre, es el sentimiento y la unidad que predomina. No hay tantas diferencias entre los hombres del mundo y menos puede haberla en una sociedad como la nuestra”.
Por su parte el presidente del Banco Central, Diego Labat, destacó esta acuñación conmemorativa y la importancia que tienen los billetes y monedas como forjadores de identidad nacional. Por su parte, el intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, reflexionó sobre el rol histórico que tuvieron figuras como José Batlle y Ordoñez y Fructuoso Rivera. En ese sentido, llamó a tomar y seguir esos ejemplos de superación de las diferencias políticas con el horizonte de alcanzar “una sociedad feliz, como soñó el general Rivera y anhelamos todos”, dijo Vidalín.
“Hoy los colores tienen que quedar de lado”, agregó. “Aquí lo que debemos evocar son las cosas importantes y maravillosas que tiene nuestra sociedad y que nos han legado aquellos que nos precedieron”.
Vidalín destacó la presencia de Iturria. “Verlo lúcido, joven, transmitiendo sus conocimientos; indudablemente que nos hace palpitar el corazón y en ese reencuentro de los duraznenses vemos que este pueblo nuestro, es un pueblo que quienes lo fundaron y quienes después llevaron adelante la construcción del monumento fue gente solidaria y con ideales”, expresó. “Quienes lo fundaron con don Fructuoso Rivera, quien quizá fue el principal intérprete de los ideales del Gral. Artigas y un monumento a Cristóbal Colón que nos identifica a todos”.
La iniciativa de la acuñación de la moneda partió del actual presidente de la Cámara de Diputados, Ope Pasquet. “Durazno es una referencia estratégica para las fuerzas orientales”, dijo. “Si Rivera no hubiera permanecido en el territorio, no hubieran pasado otras cosas que coadyuvaron para que tuviera éxito la cruzada libertadora del año 1825. La fundación de Durazno fue una decisión madura, un acto de ética y responsabilidad en cuanto a hacer frente a las dificultades del momento y tomar la mejor decisión posible”.
Rivera y Durazno
El historiador Oscar Padrón Favre también resaltó la importancia de la moneda en el contexto histórico y de celebración del bicentenario de Durazno. En diálogo con La Mañana, recordó que la ciudad de Durazno nació como Villa San Pedro del Durazno.
Dijo que “el gran fundador, el gran gestor, tanto desde la ubicación del lugar, la llegada de las familias, el reparto de tierras, la protección de la población de algunos que querían eliminarla, fue obra del entonces coronel Fructuoso Rivera”. Para entender el contexto “tenemos que situarnos en el año 1821, cuando los orientales han sido derrotados después de la batalla de Tacuarembó”, agregó. “Artigas se ha tenido que retirar del escenario oriental, primero hacia la margen occidental y después en Paraguay y acá en la Provincia Oriental la figura más relevante que permanece es Fructuoso Rivera. Este queda como coronel de las fuerzas de ocupación portuguesas y se le permite algo muy extraño, que mantenga el mando directo sobre el escuadrón de caballería, lo que se llamó el regimiento de Dragones”.
Padrón Favre recordó que después de la guerra había una cantidad de familias que estaban sin hogar, sobre todo muchas viudas con hijos, y por eso es que hay un acuerdo de Rivera con las autoridades portuguesas para tratar de darles un lugar y tierras a esas familias.
“El propio Rivera en algún documento dijo que Durazno se había formado con los huérfanos de la patria, para demostrar que buena parte de la familia pobladora que comenzaron a llegar a finales de 1821 y sobre todo a lo largo del año 1822, eran muy humildes y habían quedado sin hogar después de tantos años de guerra”, acotó.
Cuando se le consulta por qué se elige ese enclave, sostiene que era una manera de ir avanzando poblaciones hacia el norte, ya que las existentes eran Melo y Porongos. Solamente en el litoral se encontraba Paysandú. También era un sitio estratégico, por ser un paso muy transitado por los ejércitos.
“La otra razón es que esas tierras pertenecían a la familia Diana Atchucarro, que eran contrarios a Artigas, y este ya le había quitado esas tierras para repartirlas entre paisanos que habían adherido a la revolución. De alguna manera, Riviera mantiene esa línea de considerar que sus legítimos dueños, al no haber adherido a la revolución, perdieron el derecho de propiedad”, dice Padrón Favre.
En esto surge una pregunta bastante lógica, el porqué los portugueses le dan tanta confianza y poder a Rivera en ese momento de la patria.
Para el historiador, “esa es la gran pregunta. El comandante de las fuerzas portuguesas eran Carlos Federico Lecor, que luego va a ser el Barón de la Laguna. Era un militar experimentado, pero más que nada era político y buscó controlar la provincia oriental con buenos modales. Es decir, tratando de atraer a la población oriental. Rivera es el último en rendirse, cuando ya no había otra opción en marzo de 1820 y había pasado a ser una figura destacada al irse Artigas. Sintió que seguir resistiendo era un suicidio y Lecor consideró que tener este jefe tan prestigioso a su lado le iba a dar garantía de que no se iban a dar más revoluciones y resistencia armada”.
Rivera mandó a construir la casa donde se realizó el acto de presentación de la moneda en 1835, luego de su primera presidencia. Después volverá a ser presidente tras derrotar a Oribe en la guerra civil de 1836 a 1838. La mayor parte de la segunda presidencia la ejerce desde esa casa.
“Rivera siempre estuvo ligado a Durazno. Su presencia acá no fue circunstancial. Toda su principal etapa como líder militar y político, que va de 1821 a 1843, cuando tiene que abandonar Durazno porque es derrotado por Oribe, la pasó en Durazno. O sea que el vínculo entre Rivera y Durazno es un vínculo muy fuerte que no lo tuvo ningún otro caudillo en la historia del país”, aseguró Oscar Padrón Favre.
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