El combate al narcotráfico es un aspecto prioritario de la nueva gestión policial, liderada por Jorge Larrañaga. Desde que asumió en el Ministerio del Interior se cerraron decenas de bocas. Además, el ministro destacó que bajaron los principales delitos durante marzo y abril.
“Esto recién empieza”, le dijo a Larrañaga el jefe de la Dirección que combate el tráfico de drogas, y el ministro replicó la frase en la conferencia de prensa en la que respondía sobre los hechos ocurridos en la madrugada del sábado 9 de mayo, cuando un delincuente bajó de un auto y lanzó un explosivo hacia el estacionamiento de la sede de la Brigada Antidrogas ubicada en el Prado.
Una semana antes, el diario El País daba a conocer las cifras de delito de marzo y abril 2020, información que el propio ministro del Interior ratificó públicamente. “Estamos empezando a tener mejores resultados que los que tenía el Frente Amplio”, celebró Larrañaga notando que comparado a marzo y abril de 2019, las rapiñas cayeron 32%, los hurtos bajaron 19,7%, los homicidios disminuyeron 15,6% y los casos de violencia doméstica se redujeron en un 16,33%. Es un considerable descenso de los delitos tras la tendencia al alza de los últimos años; aunque los frenteamplistas, Eduardo Bonomi y Charles Carrera, manifestaron que los números de hurtos y rapiñas son peores que en enero y febrero de este año.
Cambios en el PADO y operativos de alto impacto
Desde tiendas ministeriales atribuyen los buenos resultados obtenidos “al mayor despliegue policial, el incremento del patrullaje, la flexibilización del PADO y la disposición de la totalidad de los recursos policiales en el combate al delito”. Apenas asumió, Larrañaga informó que el Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO) pasó a depender de cada Jefatura de Policía, medida que “permite contar con mayor autonomía de los recursos humanos necesarios para la disuasión y prevención del delito”, aseguraba un comunicado ministerial.
El apoyo del PADO se realiza en patrullajes especiales, en barrios donde hay mayor concentración del delito y en los operativos denominados de alto impacto. En estos operativos, que se ejecutan desde el 3 de marzo, principalmente en zonas críticas de Montevideo y Canelones, el ministerio despliega unos 255 efectivos; 200 de la Jefatura de Montevideo y 55 de la Guardia Republicana. El jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz, indicó que estos se desarrollan teniendo en cuenta la hora donde se concentra la mayor cantidad de los delitos.
En tanto, los operativos para desbaratar organizaciones que comercializan drogas, son ejecutados conjuntamente por la Jefatura, la Guardia Republicana y la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID).
Dos meses y medio de combate constante a las bocas de venta de drogas
El primer operativo de esta gestión fue el 11 de marzo en el Cerro de Montevideo, y luego se siguieron realizando en otros barrios de la capital y el interior del país. El 16 de marzo cayó una banda de narcotraficantes en la Operación Cobre realizada en Tacuarembó. También ese día en San José, durante la Operación Halcón Blanco, se desbarató una banda que distribuía drogas y, en Treinta y Tres, la policía desarticuló una boca de drogas tras la Operación Escorpión. Dos días después, en las afueras de Río Branco (Cerro Largo), cayó una banda que comercializaba varios tipos de estupefacientes en esa zona del noreste del país. El 19 de marzo, en la ciudad de Pando, la policía canaria cerró tres bocas de droga. El día 20, tras la Operación Acuario en el barrio Aparicio Saravia de Treinta y Tres, la policía logró desbaratar una boca de dispendio de narcóticos. En tanto, el 31 de marzo cayó una banda que vendía drogas en el departamento de Flores.
El 1 de abril se cerró una boca de pasta base y cocaína en Las Piedras. En Salto, la Operación Gato Negro permitió desarticular una organización de venta de drogas y deportar a un narcotraficante brasileño. El 3 de abril se cerró otra boca en Tacuarembó; y en el departamento de Rivera, tras aclarar una rapiña, la policía cerró una boca de venta de drogas. El 9, en Nuevo París, la policía desarticuló una banda que vendía pasta base. El 15 de abril cayó una banda en Lascano, con plantaciones ilegales de cannabis y, en el Cerro de Montevideo, se desarticularon varias bocas de venta de pasta base. El 17, en Minas, la Jefatura Policial de Lavalleja cerró una boca de venta de drogas. El 23 de abril, la policía de Rivera descubrió un predio con 380 plantas ilegales de cannabis; mientras que en el Cerro y Pinar Norte cayeron varias bocas de drogas. El día 24, se cerraron tres bocas de ventas de droga en Manga, mientras que en la localidad coloniense de Juan Lacaze cayó una banda que vendía narcóticos. El 28, en Bella Italia, allanaron un comercio y dos casas donde se vendían drogas, y en un fuerte operativo, cayeron varias bocas de venta de droga en Malvín Norte. A su vez, en un motel y una casa de Artigas, cayó una banda que traficaba droga.
El 29 de abril, en el mayor operativo de la gestión, cayó en Artigas una banda que transportaba en un camión con leña, 454 kilos de cocaína hacia la capital del país.
El 4 de mayo, la Jefatura de Cerro Largo cerró una boca de pasta base en barrio Arpí; en Florida cayó una banda que comercializaba cocaína y marihuana; y en la triple frontera entre Durazno, Florida y Treinta y Tres cayó un vendedor de cocaína. El 5, en Tacuarembó, se desbarató una organización que traficaba pasta base. El 7, cayeron varias bocas en La Unión, Jardines del Hipódromo y Piedras Blancas; y en Paysandú, el PADO arrestó a un joven que trasladaba un ladrillo de cocaína. El 8 de mayo, en Cordón, cayó una banda de deliverys que vendía pasta base.
El 14, la policía de Treinta y Tres cerró dos bocas en los barrios Saravia y Las Delicias. Los continuos operativos en ese departamento no son casualidad, ya que el director de Investigaciones que oficia desde marzo es el comisario mayor Virgilio De los Santos, con vasta experiencia en la materia por su labor en la DGRTID y en la Dirección de Información Táctica de la Jefatura de Montevideo.
En los últimos operativos antidrogas que se desarrollaron el 14 de mayo, la policía logró cerrar varias bocas de venta de droga en La Teja y en Barros Blancos.
Tras estar cuatro años preso en Uruguay, finalmente fue extraditado el narco mexicano Gerardo González Valencia
A las 6:12 del jueves 14, dejó suelo uruguayo “El Lalo”, integrante de Los Cuinis. Había sido detenido en abril de 2016 por lavado de activos y esperaba su traslado a Estados Unidos, acusado por narcotráfico.
Esta extradición “es un símbolo claro de que el Estado uruguayo y el gobierno uruguayo van para adelante en causas contra el narcotráfico”, remarcó el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, en conferencia de prensa realizada apenas fue notificado del arribo de González Valencia al Aeropuerto Internacional de Dulles.
Desde el país norteamericano, el administrador interino de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Uttam Dhillon, manifestó su agradecimiento “por la sobresaliente cooperación de la Policía Nacional y el Gobierno de Uruguay durante esta investigación de largo plazo”.
Subrayó que “el arresto del Sr. González Valencia significa un nuevo golpe al liderazgo del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG)”, que “se presume ha distribuido cantidades significativas de cocaína y metanfetaminas” delitos por los que declara, desde el viernes 15, ante la Justicia de EE.UU., en la Corte Federal del Distrito de Columbia.
En el espectacular operativo que se realizó la madrugada del jueves participaron distintas dotaciones del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa, y también un agente de la DEA, siete marshalls del Departamento de Justicia estadounidense, enviados especialmente para la operación. El día y la hora de la misma fueron manejados con absoluta reserva. Ni siquiera la defensa del extraditado sabía en qué momento se daría el traslado del mexicano de 43 años.